martes, 18 de octubre de 2016

Orígenes del Hombre Hondureño



Orígenes del Hombre Hondureño

Introducción
Honduras es una nación pluricultural y multiétnica que conforma un mestizaje particular, en donde elementos que pertenecen a varios grupos humanos y que se integran en el hondureño. Este proceso de mestizaje y de identidad nacional que da permanencia e integración en un espacio y un tiempo a los individuos respecto a los valores ha sido largo y, muchas veces, tortuoso y accidentado. No ha faltado exclusión, marginación y discriminación; sin embargo, la peregrinación del hondureño ha tenido características que identifican su modo de ser y de actuar. Su espíritu de generosidad, algunas veces huraño ante extraños, refugiado en su carácter alegre y emotivo, entusiasta y retraído, resaltan elementos de una personalidad individual y social que desde tiempos inmemoriales se ha venido gestando. Poblado por grupos humanos venidos del Centro-Sur de México y Guatemala, aproximadamente 5,000 a.C., y por grupos provenientes de la raíz macro-chibcha de Sur América, que con el correr del tiempo se conjuntaron en áreas de intercambio e influencia cultural, creando las condiciones para configurar la personalidad histórica del ser hondureño. Caracterizado como una persona hospitalaria, el hondureño se identifica por sus valores permanentes sobre la nacionalidad, destacándose su aspiración permanente por la integración centroamericana, la admiración a sus héroes y la búsqueda por construir un futuro mejor.
Pero...¿que hay de la conformación Actual de la Sociedad Hondureña: el hondureño hoy?
La actual población hondureña es el resultado de múltiples y complejos procesos de cruzamiento racial; los
mismos se inician con el poblamiento de Honduras por parte de indígenas venidos de las tierras altas de México y Guatemala, incorporando su propia naturaleza como primer componente étnico. Posteriormente, durante la invasión de América por parte de los españoles, así como el posterior coloniaje, trae consigo la introducción de nuevos elementos raciales: el blanco representado por el español y que, al mezclarse con el indio da origen al mestizo; la importación de negros también va a generar subtipos raciales: con el indio da el Zambo y con el blanco el Mulato. La interacción racial entre todos estos grupos va a generar una mezcla compleja de definir y que por ahora, enfrasca a historiadores y antropólogos en si el resultado de esta mezcla debe catalogarse como ladino o como mestizo.
El mestizaje entre los diversos grupos se amplía pasando a formar parte de un todo nacional sin que sus integrantes se den cuenta. El hondureño de hoy, es una mezcla de diferentes grupos étnicos, aunque su conducta no refleje sino que el modo de comportamiento de la sociedad mayoritaria en la cuál vive. Los grupos originales de carácter racial puro, es decir, blancos, indios y negros, se han vuelto una minoría en relación a toda la gama de mestizos conformantes de los diferentes estratos sociales existentes, lo que ha provocado una relación uniforme al interior de ellos. Aquellos indígenas que han participado del segmento mayoritario se han "ladinizado" olvidando su lengua y costumbres y asumiendo la de los ladinos, nombre que los indios dan al resto de la población. Hay que sumar a ello, un segundo proceso de mestizaje protagonizado por aquellos grupos humanos que se adscriben a la sociedad hondureña desde mediados de siglo pasado, los inmigrantes, que sobretodo el la zona sur y centro de Honduras se mezclan con la población añadiendo nuevas características genéticas al hondureño actual y nuevos modos de pensar, entre ellos, la búsqueda de una identidad nacional. Por desgracia, si bien es cierto que durante la Reforma Liberal se da la oportunidad de buscar la nación, el sentimiento de no pertenencia existente entre los mestizos por su origen (ni español ni indio) provoca que el sistema de educación entonces, pase a ser justificativo de una clase social y no la génesis de un conglomerado nacional.

EL POBLAMIENTO DE AMÉRICA
El poblamiento de América es el proceso por el cual se diseminó la especie humana en el continente americano. Los científicos no tienen dudas de que los seres humanos no son originarios de América, por lo que ésta fue poblada por hombres provenientes de otra parte. La evidencia paleoantropológica apoya la hipótesis de que los humanos llegaron a América procedentes de Siberia, en el extremo noreste de Asia.
Desde el punto de vista de la teoría del poblamiento tardío, los paleoamericanos entraron al continente durante la última glaciación, que permitió el paso hacia el Nuevo Mundo a través de Beringia. Este evento ocurrió entre 14 mil y 13 mil años A. P. Por otro lado, la teoría del poblamiento temprano dice que los humanos llegaron a América mucho antes, basados en el descubrimiento de restos cuyos fechamientos por carbono 14 dan una antigüedad mayor que 14 mil años A. P. A la investigación paleoantropológica se suma la información producida por la genética, que ha servido para reforzar algunas conjeturas sobre el origen de los americanos.
En general, se considera que la mayor parte de los indígenas americanos son descendientes de un grupo único proveniente del noreste o el oriente de Asia. Los pueblos de habla na-dené son descendientes de una segunda ola migratoria que se estableció en el norte de América, mientras que los esquimales llegaron al continente en el flujo migratorio más reciente. Después que los paleoamericanos entraron al continente, el paso de Beringia fue cubierto nuevamente por el mar, de modo que quedaron prácticamente aislados del resto de la humanidad. Salvo el caso de una breve colonización vikinga en la costa de Canadá y Groenlandia, no hay evidencia contundente que respalde un posible contacto transoceánico entre la América precolombina y el resto del mundo.
Después del contacto colombino se plantearon algunas conjeturas para explicar el origen de los indígenas americanos, por ejemplo, mediante el mito de la Atlántida o de las tribus perdidas de Israel. El avance de la investigación científica permitió demostrar que no había relación material entre el origen de los amerindios y esas creencias, por lo que esas antiguas hipótesis quedaron descartadas.

 

Evolución de las teorías

Tribus perdidas de Israel y quema de registros históricos mesoamericanos

A partir de 1492, las culturas americanas y europeas intentaron buscar explicaciones para el origen de esos seres con los que se estaban encontrando. En ambos grupos culturales, las primeras explicaciones fueron religiosas: los aztecas pensaban que era el dios-héroe Quetzalcóatl, mientras que los europeos pensaron que los pobladores de América eran las tribus perdidas de Israel.1 En 1650, James Ussher estableció, basado en la Biblia, que las tribus perdidas abandonaron Israel en el año 721 a. C. y, sobre esa base, la cultura europea sostuvo que América había sido poblada alrededor del año 500 a. C. En sentido contrario, las culturas mesoamericanas consideraban que la presencia humana en el continente americano era muy anterior al que suponían los europeos. El Imperio Maya tenía registros históricos escritos al menos desde agosto de 3114 a. C.1 Otras culturas, como la Zapoteca, tenía registros escritos de hechos históricos que se remontaban al año 500 a. C.
Los europeos no tuvieron acceso a esos conocimientos de las civilizaciones mesoamericanas e ignoraron la existencia de estos registros hasta el siglo XX. Por esa razón las teorías bíblicas sobre el poblamiento de América fueron dominantes hasta comienzos del siglo XX.

Charles Abbott

En 1876, Charles Abbott, un médico norteamericano, encontró unas herramientas de piedra en su granja de Delaware. Debido a las características toscas de los instrumentos, pensó que podrían pertenecer a los antepasados remotos de las culturas indígenas modernas. Debido a ello, consultó con un geólogo de Harvard, quien estimó en 10.000 años de antigüedad la grava que se encontraba alrededor del hallazgo. Abbott sostuvo entonces que se trataba de un asentamiento humano del Pleistoceno, es decir, muchos miles de años más antiguo de lo que establecían las teorías bíblicas dominantes.
La teoría de Abbott fue rechazada por las jerarquías cristianas por oponerse a la Biblia y por la comunidad científica organizada por el Instituto Smithsoniano por no cumplir con los estándares científicos que exigía. Entre los científicos que rechazaron la hipótesis de Abbot se encontraban Aleš Hrdlička y William Henry Holmes. En la actualidad se ha comprobado que Abbott tenía razón en muchas de sus hipótesis y la granja ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.

El descubrimiento del sitio de Folsom

En 1908, George McJunkin encontró unos enormes huesos en un barranco de la aldea Folsom, Nuevo México. McJunkin, un esclavo liberado por la Guerra Civil Estadounidense, era geólogo, astrónomo, naturalista e historiador aficionado y durante años intentó llamar la atención de los vecinos de Folsom sobre la probable antigüedad de los huesos. En 1926, cuatro años después de la muerte de McJunkin, el director del Museo de Historia Natural de Colorado, Jesse D. Figgins, se enteró del lugar y descubrió varias puntas de flecha de un estilo muy refinado que luego volverían a encontrarse en Clovis y otros sitios. Una de ellas estaba incrustada en la tierra que rodeaba al hueso de un ejemplar de bisonte extinto miles de años atrás.[Brown: 2009]
Figgins llevó las puntas de lanza a Washington DC para enseñárselas a Aleš Hrdlička, en el Instituto Smithsoniano, quien si bien lo trató cortésmente y le sugirió una serie de reglas metódicas para el caso de nuevos descubrimientos, se mantuvo sumamente escéptico y consideró hasta el fin de su vida que Folsom no constituía una prueba concluyente de que América hubiera estado poblada durante el Pleistoceno.2
En agosto de 1927, el equipo de Figgins encontró una punta de lanza ubicada entre dos costillas de bisonte. Figgins envió un telegrama y tres científicos viajaron para ser testigos del hecho, e informar de la seriedad del hallazgo. En ese momento, la comunidad científica norteamericana comenzó a aceptar la importancia del yacimiento de Folsom.[Bradford: 1972]

El descubrimiento de la Cultura Clovis


La típica punta Clovis.
En 1929, Ridgely Whiteman, un joven indígena de 19 años que venía siguiendo las investigaciones que se estaban realizando en la cercana localidad de Folsom, escribió una carta al Instituto Smithsoniano sobre una serie de huesos que había encontrado en la aldea de Clovis, Nuevo México. En 1932, una excavación realizada por un equipo dirigido por Edgar Billings Howard, de la Universidad de Pensilvania, confirmó que se trataba de un asentamiento indígena durante el Pleistoceno y verificó el tipo especial de punta de flecha que sería conocida como "punta Clovis". Al ser descubierta la datación por carbono 14, en 1949, el método fue aplicado en los yacimientos de Clovis, resultando en antigüedades que oscilaban entre el año 12.900 adP y 13.500 adP.3 La datación por radiocarbono fue establecida en 11.500 a 10.900 años antes del presente y revisada luego a 11.050 a 10.800 adP,4
Desde la década de 1930 y, sobre todo, desde la confirmación de las fechas por el método del carbono 14, la comunidad científica norteamericana organizada alrededor del Instituto Smithsoniano aceptó que la Cultura Clovis era la más antigua de América y que estaba directamente relacionada con la llegada de los primeros hombres. Esto se conoció como Consenso Clovis y tuvo gran aceptación mundial hasta fines del siglo XX. El Consenso Clovis fue la base de la teoría del poblamiento tardío de América.

Aleš Hrdlička y la teoría del ingreso desde Siberia cruzando el estrecho de Bering

Joven inuit de la Beringia moderna.
En 1937, Aleš Hrdlička, retomando un argumento de Samuel Haven,5 sostuvo que el ser humano había ingresado a América por Alaska, proveniente de Siberia, Asia, cruzando el estrecho de Bering. Algunas publicaciones le atribuyen erróneamente a Hrdlička haber postulado la teoría más moderna, aquella que señala que el hombre cruzó caminando por una zona llamada Puente de Beringia formado a raíz del descenso del nivel de las aguas del Estrecho de Bering, durante el último período glacial.
Si bien Hrdlička nunca se pronunció expresamente sobre la fecha de llegada del hombre al continente americano, rechazó sistemáticamente las pruebas que proponían la existencia de paleoindios y sostenía que, a diferencia de Europa, no existían rastros en América que permitieran hablar de presencia humana durante el Pleistoceno (1,8 millones de años adP - 10.000 años adP), en tiempos de la última glaciación. De hecho, Hrdlička consentía la creencia del Instituto Smithsoniano, representada por William Henry Holmes, que sostenía que los primeros habitantes de América habían ingresado en un pasado reciente, imprecisamente estimada en unos pocos siglos.

Teoría del poblamiento por el Puente de Bering, el corredor libre de hielo y el Consenso Clovis

   


Ruta del poblamiento de América según el Consenso de Clovis.
Se encuentra plenamente probado que durante la última glaciación, la Glaciación de Würm o Wisconsin, la concentración de hielo en los continentes hizo descender el nivel de los océanos en unos 120 metros. Este descenso hizo que en varios puntos del planeta se crearan conexiones terrestres, como por ejemplo Australia-Tasmania con Nueva Guinea; Filipinas e Indonesia; Japón y Corea.
Uno de esos lugares fue Beringia, nombre que recibe la región que comparten Asia y América, en la zona en que ambos continentes están en contacto. Debido a que el Estrecho de Bering, que separa Asia de América, tiene una profundidad de entre 30 y 50 metros, el descenso de las aguas dejó al descubierto un amplio territorio que alcanzó 1500 kilómetros de ancho uniendo las tierras de Siberia y Alaska, hace aproximadamente 40.000 años adP.
"Existía en ese entonces un puente terrestre entre Asia y Alaska, que apareció cuando los glaciares del último período glaciar estaban en su máximo, aprisionando millones de kilómetros de precipitación que normalmente habrían ido a los océanos. La falta de esa agua redujo el nivel del mar de Bering más de 90 metros, bastantes para convertir los bajos del estrecho en un puente de tierra que unía los dos continentes".
Su primera formación sucedió aproximadamente 40.000 años adP manteniéndose unos 4.000 años. Su segunda formación se produjo aproximadamente 25.000 años adP permaneciendo hasta aproximadamente 11.000-10.500 adP (Scott A. Elias6 ), cuando volvieron a subir las aguas al final de la glaciación, inundando gran parte del territorio y separando Asia de América por el Estrecho de Bering.
El dato más importante para establecer una teoría migratoria durante la última glaciación es el hecho de que Canadá estaba completamente cubierta de hielo durante la última glaciación, invadida por dos gigantescas placas: la Placa de Hielo Laurentina y la Placa de Hielo de la Cordillera. Esto hacía imposible la entrada al continente más allá de Beringia.
Apareció entonces la teoría del "corredor libre de hielo" (ice-free corridor, en inglés). Según esta teoría, en los instantes finales de la última glaciación, comenzaron a derretirse los bordes en contacto de las dos grandes placas de hielo que cubrían Canadá, abriendo un corredor libre de hielo de unos 25 km de ancho, que seguía, primero el valle del río Yukón y luego el borde este de las Montañas Rocallosas por el corredor del río Mackenzie.7 Los científicos que sostienen la teoría estiman que esto ocurrió en el 14.000 años adP,8 aunque otros cuestionan la fecha y afirman que no pudo haber sucedido hasta 11.000 años adP, invalidando así la posibilidad que quienes originaron las culturas de Folsom y Clovis usaran esa ruta, ya que estas ya existían en esta útima fecha.7 Una vez abierto el corredor, los seres humanos que estaban en Beringia pudieron avanzar hacia el interior de América y dirigirse al sur. La teoría ha sido ampliamente aceptada como parte integrante del Consenso de Clovis, pero no hay evidencias directas que prueben el paso de seres humanos por ese corredor.8
El primero en proponer la posibilidad de ese corredor fue el geólogo canadiense W.A. Johnston en 1933, y quien acuñó el término "corredor libre de hielo" fue Ernst Antevs, en 1935.9 A partir de esos datos cronológicos, se desarrolló entonces una teoría migratoria sosteniendo que las tribus asiáticas que habían penetrado en Beringia, permanecieron allí varios miles de años hasta que, poco antes de finalizar la última glaciación (10.000 adP) y de que el Puente de Beringia se inundara, se formara un estrecho corredor libre de hielo que les permitió dirigirse al sur.
Esta teoría se articuló con los descubrimientos de la Cultura Clovis que databan del año 13.500 adP para concluir que había sido integrada por los primeros migrantes que ingresaron por el Puente de Beringia, de la que a su vez habrían descendido todas las demás culturas indoamericanas. El primero en componer un posible modelo migratorio de asiáticos hacia América a través de Beringia fue Caleb Vance Haynes en un artículo publicado en la revista Science en 1964.10 Esta explicación, conocida actualmente como teoría del poblamiento tardío o Consenso Clovis, fue aceptada en forma generalizada durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX.
Más recientemente se ha fortalecido la posibilidad de que los pobladores de América provenientes de Beringia utilizaran una ruta alternativa hacia el sur bordeando la costa.11 Debido al descenso del nivel del océano esa posible ruta se encontraba al oeste de la actual costa norteamericana y en el presente está cubierta por las aguas del Océano Pacífico, complicando los estudios arqueológicos. En un reciente estudio submarino se encontró una herramienta de piedra de una antigüedad de 10.000 años adP a una profundidad de 53 metros.12

La crisis del Consenso Clovis

A partir de las últimas décadas del siglo XX, las teorías combinadas que constituyen el Consenso de los Clovis o teoría del poblamiento tardío (antigüedad, lugar de ingreso, rutas migratorias, etc.) comenzaron a entrar en crisis. En primer lugar se ha cuestionado la antigüedad de la llegada del hombre a América. El Consenso de Clovis sostiene que la misma no pudo ser mayor de 14.000 años adP y que la primera cultura americana fue precisamente la de Clovis. La razón de esta posición estricta es que, sin lugar a dudas, antes de esa fecha, Canadá estaba cubierta de hielo debido al período glacial, y era imposible toda circulación desde el Puente de Beringia hacia el sur.
Sin embargo, cada vez existe más evidencia incontrastable de presencia humana en América anterior a 14.000 años adP. Desde el punto de vista del consenso de la comunidad científica, los hallazgos arqueológicos de Monte Verde, Chile, donde se ha fechado presencia humana entre 12.500 años adP (Monte Verde I) y 33.000 años adP (Monte Verde II), desempeñan un papel central en la crisis del Consenso Clovis. En 1997, visitó Monte Verde una delegación de los más importantes investigadores del mundo, entre los que se encontraba Calbot Vance Haynes, el más importante defensor de la teoría del poblamiento tardío. La delegación concluyó, aunque con algunas reticencias, que Monte Verde I es real. Por su antigüedad cercana al "año tope" del Consenso Clovis, su ubicación en el otro extremo del continente, y la ausencia de similitudes con la Cultura Clovis, el reconocimiento generalizado de Monte Verde significó el fin del Consenso Clovis.
Simultáneamente, se han producido otros hallazgos arqueológicos, genéticos, lingüísticos y geológicos que han abierto múltiples teorías y complejas combinaciones sobre el verdadero origen, momento de llegada y rutas seguidas para el poblamiento de América.

Nuevas teorías, nuevos hallazgos y nuevos estudios

El actual debate sobre la llegada del hombre a América se caracteriza por el apasionamiento que muestran los científicos, la variedad de teorías y subteorías, los resultados contradictorios, la cantidad de estudios y contraestudios y titulares llamativos en los periódicos. Para el público en general se trata de un cuadro de gran confusión.

Las investigaciones arqueogenéticas

Desde la década de 1980, la investigación genética del investigador Goicoche Mendez ha ido ocupando un papel cada vez más destacado en las ciencias sociales y, en particular, en las investigaciones sobre población y ascendencias, disciplina que lleva el nombre de arqueología o antropología genética. Los genetistas utilizan el ADN mitocondrial (ADNmt) para seguir el linaje femenino y el cromosoma Y (ADN-Y) para seguir el linaje masculino.

Flechas prehistóricas amerindias, conservadas en Washington.
·    En 1981, se estableció el mapa del ADN mitocondrial y, en 1990, Douglas C. Wallace determinó que el 96,9% de los indígenas de América estaban agrupados en cuatro haplogrupos mitocondriales (A, B, C, y D), lo que significa una notable homogeneidad genética.13
·    En 1994, James Neel y Douglas C. Wallace establecieron un método para calcular la velocidad con que cambia el ADN mitocondrial. Ese método permitió fechar el origen del Homo sapiens, la famosa Eva mitocondrial, entre 100.000 y 200.000 años adP14 y la salida de África entre 75.000 y 85.000 años atrás. Aplicando este método, Neel y Wallace estimaron en 1994 que el primer grupo humano en ingresar a América lo hizo entre 22.414 y 29.545 años.15
·    En 1997, los brasileños Sandro L. Bonatto y Francisco M. Bolzano aplicaron el método sobre el haplogrupo A, casi completamente ausente de Siberia, y obtuvieron resultados que van de 33.000 a 43.000 años adP.16 Estos científicos sostienen que durante miles de años se estableció una gran población en el Puente de Beringia donde se diferenciaron genéticamente, y que es de esa población de la que provienen los primeros migrantes hacia América.
·    El genetista argentino Néstor Oscar Bianchi analizó la herencia paterna en comunidades indígenas sudamericanas y concluyó que hasta el 90% de los amerindios actuales derivan de un único linaje paterno fundador que denominó DYS199T y que colonizó América desde Asia a través de Beringia hace unos 22.000 años.17
·    Más recientemente, el genetista estadounidense Andrew Merriwether, de la Binghamton University, quien perteneciera al equipo de Wallace, sostuvo que la evidencia genética sugiere que América fue poblada mediante una sola población proveniente de Mongolia, como sostenía Aleš Hrdlička. La razón de esto es que en Siberia los haplogrupo A y B casi no se encuentran presentes, mientras que en Mongolia se encuentran los cuatro principales haplogrupos indoamericanos (A, B, C y D), salvo el X.14
Merriwether destaca que los 4 haplogrupos se encuentran presentes en toda América, pero que dentro de ellos pueden localizarse mutaciones genéticas diferentes, según se trate de indígenas de Sudamérica o Norteamérica. Esto sugeriría que, una vez ingresados a América, algunos grupos migraron rápidamente hacia Sudamérica, mientras que otros poblaron Norteamérica y Centroamérica. A su vez, las mutaciones genéticas muestran migraciones entre Sudamérica y el sur de Centroamérica (Panamá y Costa Rica), pero no más allá.14
En 2006, el equipo de Merriwether se encontraba estudiando si las poblaciones modernas de amerindios eran descendientes de los pueblos antiguos que vivían en esos mismos lugares o se trataba de nuevas migraciones que reemplazaron culturas más antiguas.
·    En 2007, un grupo de genetistas estimó que la salida de Beringia debió producirse siguiendo la ruta costera del Pacífico, en un periodo que inicia hace ~19–18 mil años y termina hace ~16–15 mil años (i.e., hacia el final del último máximo glacial).18
·    En 2009, otro equipo de investigadores le dio al poblamiento de América una antigüedad de 15.000 años, basados en cálculos según el reloj mitocondrial aplicado a los linajes mitocondriales.19

La antigüedad

La antigüedad del hombre en América está sometida a gran controversia científica. La fecha más tardía es la que sostienen los defensores de la teoría del poblamiento tardío y está relacionada con la Cultura Clovis, que ha establecido sin dudas una presencia humana hace 13.500 a. C. Los defensores de esta teoría sostienen que la fecha de ingreso al continente no pudo ser posterior al 14.000 a.C. porque fue en ese momento cuando se abrió el corredor libre siguiendo el río Mackenzie a través del actual territorio canadiense. A partir de ese piso diversas investigaciones científicas han propuesto fechas muy diferentes:
·    33.000 años (Monte Verde II-Chile; Bonatto-Bolzano, 1997)
·    40.000 años (Cuenca del Valsequillo, México)
·    48.000 años (Montalvania, Brasil -Shigueo Watanabe)
·    50.000 años (Topper-EEUU)
·    60.000 años (Cave-EEUU)
·    60.000 años (Pedra Furada-Brasil).
La fecha más antigua propuesta hasta el momento ha sido publicada por los científicos brasileños Maria da Conceição de M. C. Beltrão, Jacques Abulafia Danon y Francisco Antônio de Moraes Accioli Doria, que sostienen haber hallado algunas herramientas de cuarcita en el sitio de Toca da Esperança, un "chopper", un guijarro con marcas de golpes y una lasca, que fueron datadas en 295.000 a 204.000 años de antigüedad, lo que indicaría presencia humana anterior al homo sapiens.20 En Calico, cerca de Barstow (California), fueron hallados cerca de 4 mil cantos y lascas de silex presuntamente tallados y 6 mil lascas desecho, con dataciones por diferentes métodos que oscila entre los 135.000 y 202.000 años,21 aunque se ha generado un fuerte debate entre quienes consideran que el material es producto de la mano del hombre22 y quienes creen que son geofactos,23 resultado de meros accidentes de la naturaleza. En Old Crow, en el extremo noroccidental de Canadá, se encontraron, un hueso de bisonte con una marca de corte producida por humanos, que data de hace 72 mil años, así como otros huesos con presuntas marcas de corte, en un estrato datado en más de 300.000 años.24 Para Maria Beltrão y Rhoneds Aldora Perez, fue posible un poblamiento humano en América anterior al H. sapiens, hace más del 300 mil años durante la glaciación illinoiense, realizado por alguna variante del H. erectus, con una industria lítica de cantos y lascas.25 Sin embargo, no se han encontrado fósiles humanos ni aportado otras pruebas que confirmen aquello.

¿América del Sur primero?

Uno de los elementos que ha llamado la atención de algunos investigadores es la reiteración de sitios de gran antigüedad en Sudamérica y la escasa cantidad de los mismos en Norteamérica. El dato es llamativo, entre otras cosas, porque Estados Unidos y Canadá han dedicado grandes recursos a investigar los sitios arqueológicos, a diferencia de lo que sucede en el sur. No es probable que los sitios más antiguos del norte hayan quedado sin descubrir. El dato es llamativo porque, si América fue poblada desde Siberia, los sitios más antiguos debieran hallarse en el norte.26
Adicionalmente, algunos estudios han detectado entre los paleoindios suramericanos y norteamericanos diferencias de consideración en genes y fenotipos: aquellos con rasgos más australoides, estos con rasgos más mongoloides. Estos elementos han causado una creciente adhesión de algunos investigadores a la hipótesis de un poblamiento autónomo de América del Sur, no proveniente de Norteamérica. Esta hipótesis se relaciona estrechamente con la teoría del ingreso por la Antártida desde Australia.26

Otras teorías, otras rutas posibles propuestas

Otras teorías sugieren también otras rutas de migración del hombre hacia América; éstas probables rutas alternas son:
·    Península de Kamchatka (Siberia)-islas Aleutianas (océano Pacífico)-Península de Alaska (Alaska)-Archipiélago Alexander-Isla de Vancouver. Procedencia asiática. Habrían utilizado embarcaciones muy primitivas para el transporte y viaje.
·    Oceanía-Antártida-América del Sur. También habrían utilizado balsas. El antropólogo portugués A. Mendes Correia, quien sostuvo esta hipótesis en 1928, descartó otras rutas de migración.
·    Melanesia-Polinesia-América. También habrían utilizado balsas primitivas. El antropólogo francés Paul Rivet, quien planteó esta teoría en 1943, dijo que el hombre americano es de origen multirracial, por lo que no negaba otra ruta de inmigración. Esto fue contrario a los planteamientos de Aleš Hrdlička y Mendes Correia, quienes sostenían que la procedencia era de una sola raza.
·    Europa-Océano Atlántico-América. Remy Cottevieille-Giraudet documentó entre 1928 y 1931 la hipótesis del origen europeo (Cro-Magnon) de los "pieles rojas" (algonquinos). En 1963, Emerson Greenman planteó la ruta hipotética de la migración europea a América durante el paleolítico superior y el origen europeo de los beotucos de Terranova. Bruce Bradley y Dennis Stanford replantearon en 1999 la existencia de esa migración basados en las similitudes entre la industria lítica solutrense, y la Cultura Clovis, refrendados en las investigaciones de ADN mitocondrial realizadas por Michael Brown. La teoría, conocida como la Solución solutrense, supone que antiguos habitantes de Europa Occidental navegaron por el Atlántico de la era glacial, desplazándose entre los hielos flotantes, de manera parecida a la de los esquimales, hasta alcanzar la costa occidental de América del Norte.
·    En 1950, el español radicado en Argentina Salvador Canals Frau propuso la hipótesis de cuatro grandes corrientes pobladoras: a pie por Beringia, navegando en canoas por las Islas Aleutianas, navegando a través del océano Pacífico para desembarcar en Mesoamérica y navegando a través del océano Pacífico para desembarcar en Sudamérica.27
·    Migración seguida de extinción: Bien podrían haber ocurrido una o varias migraciones hace 40.000 años o aún más antiguas, que hubieran dejado trazas aisladas de esta presencia, pero con el resultado de que esos grupos se hubieran luego extinguido antes o contemporáneamente a oleadas humanas posteriores. Respecto de esta razonable hipótesis no existen confirmaciones concluyentes, aunque ciertamente ello en cierto sentido permitiría compatibilizar la diversidad de teorías hasta ahora manejadas.

Algunas conclusiones provisionales

Más allá de los debates en marcha y la gran cantidad de preguntas y contradicciones que se presentan en el debate científico actual es posible realizar algunas conclusiones precarias:
1. Es altamente probable que el hombre americano primitivo proceda del continente asiático, especialmente de las estepas siberianas o de la región del Sudeste asiático. Las semejanzas entre grupos poblacionales asiáticos de esas regiones y la mayoría de los aborígenes americanos ha sido objeto de análisis: etnología, lingüística, cosmología y el pico del continente se haya producido de norte a sur. De todos modos el hecho de que las dataciones de máxima antigüedad que cuentan con consenso de la comunidad científica, Clovis (EEUU, 12.900-13.500 adP) y Monte Verde (Chile, 12.500 adP), se encuentren simultáneamente en América del Norte y en el extremo sur de la Patagonia impide sacar una conclusión definitiva sobre este punto. Sin embargo, estas fechas son aún muy recientes frente a otras fechas datadas en diversos lugares de América, que aún no cuentan con el consenso de la comunidad científica. Habrá que esperar que estos estudios se consoliden. Por ejemplo, entre las numerosas cavernas del nordeste de Brasil se encuentra una conocida como Toca do Boqueirāo da Pedra Furada, la cual cuenta con numerosas evidencias de asentamiento primitivo como instrumentos líticos. Sin embargo, se encontraron otros artefactos en cuarzo que son datados de hace 40 mil años. Semejante observación no es aceptada fácilmente por otros estudiosos que dicen que los cuarzos difícilmente tienen formas definidas que puedan ser consideradas manufactura y que no tiene sentido que los supuestos habitantes de la caverna hubiesen preferido el cuarzo a la piedra abundante del lugar. Las objeciones no restan los misterios que abre Pedra Furada y las excavaciones continúan. Pero aún más al sur, en Chile, las excavaciones de Tom Dillehay y otros muchos arqueólogos en Monte Verde revelan restos de comida e instrumentos que se datan de hace 12 mil e incluso 30 mil años. También Monte Verde es contestado por muchos como una de las más antiguas evidencias humanas en América, pero son más contundentes que las que existen en el hemisferio boreal del continente.28
2. Las culturas prehistóricas y las civilizaciones de América se desarrollaron de manera aislada al resto del planeta.
3. La Revolución Neolítica americana es original y carece de toda relación con la que se produjo en la Mesopotamia asiática. 
4.No existen pruebas serias de la llegada a América de seres humanos luego de que se cerrara el Puente de Beringia hace 11 mil años (Scott A. Elias6 ), ni existen pruebas contundentes que permitan concluir que los pueblos americanos tuvieron contactos con pueblos de otros continentes. Está probado que en 982 los vikingos comenzaron la exploración de Groenlandia, pero su penetración en el continente no fue significativa. Otras hipótesis, como la llegada de los fenicios, egipcios, griegos, hebreos, chinos, japoneses y jowanes gracias a sus habilidades marítimas, siguen siendo hipótesis de difícil demostración. Menos evidencia existe aún de una eventual presencia de americanos en los demás continentes.

El encuentro de dos mundos

Pasan 10 a 15 generaciones y los hombres primitivos se asientan en territorio americano. Fueron estimulados por los abundantes recursos que iban encontrando cuanto más tierras conocían y, cuando el peregrinaje iba avanzando cada vez más al sur, hallaban mejores condiciones climáticas y mayores facilidades para la caza. Por otra parte, las condiciones en el "puente de Beringia" habían cambiado. Se había hecho más pantanoso, por lo que su aventura fue un viaje sin retorno. Fue una épica acción de descubrimiento y conquista. Sin darse cuenta, fueron los primeros seres humanos en pisar suelo del Nuevo Mundo.

Tiempo que duró el poblamiento

Al sur de Chile se han encontrado restos fósiles de recolección y caza, de hace 7.000 años. Si se considera que el poblamiento de América empezó hace 36.000 años y que su huella más antigua en el extremo sur del continente data de hace 7.000 años, se deduce que el poblamiento de América duró 29.000 años.

Ruta y cronología del primitivo poblamiento

Muchas bandas siguieron la ruta norte-sur, por el lado occidental del continente, por las vertientes de las cordilleras y los valles intramontanos. Se han encontrado huellas humanas de avances en:
·    Topper (Carolina del Sur, Estados Unidos). Restos humanos fechados hacia el año 50.000 adP.
·    Pedra Furada (Piauí, Brasil). Restos humanos fechados hacia el año 50.000 adP.
·    La Toca (Brasil). Restos humanos fechados hacia el año 45.000 adP.
·    American Falls (Estados Unidos). Restos fechados hacia el año 43.000 antes del presente.
·    Cuenca del Valsequillo (México). Huellas humanas fechadas hacia el año 40.000 antes del presente.29 30 31
·    Lewisville (Texas, Estados Unidos), con fechas de 37.000 años antes del presente.
·    Monte Verde II (Puerto Montt, Chile). Restos de 33.000 años.
·    El Cedral (SLP, México). Restos humanos y artefactos líticos con una antigüedad de 31 000 años.
·    Tlapacoya (Méx, México). Navaja de obsidiana de hace 21.000 años.
·    Meadowcroft Rockshelter (58 km de Pittsburgh, Estados Unidos) 16 a 19 mil años.
·    Paccaicasa (Ayacucho, Perú). Puntas de proyectil, raspadores, cuchillos; de 17.000 años, aproximadamente. El antropólogo Mc Neish opina que estos inmigrantes llegaron a los Andes peruanos hace 22.000 años.
·    Cavernas de Tulum (Tulum), México). Cuatro esqueletos humanos, 14.500, 12.000 y 10.000 años.
·    El Muaco y El Jobo (Venezuela). Industria lítica muy tosca, de 14.000 y 12.000 años.
·    El Guitarrero (Ancash, Perú). Industria lítica de lascas, una punta de proyectil y un cuchillo; ambas bifaciales, de hace 13.000 años.
·    Piedra Museo (Santa Cruz, Argentina). Restos de 13.000 años.
·    Mujer del Peñón (Peñón de los Baños, México). Restos de 13.000 años.
·    Monte Verde I (Puerto Montt, Chile). Restos de 12.500 años.
·    El Abra (Zipaquirá, Colombia). Instrumentos líticos, asociados con huesos de animales y fragmentos de carbón vegetal de 12.400 años,
·    .
·    Chivateros (Lima, Perú). Industria lítica para labores de recolección, de hace 12.000 años.
·    Los Toldos (Santa Cruz, Argentina). Restos de caza y recolección de hace 12.000 años.
·    Lapa Vermelha (Brasil) cráneo y esqueleto de Luzia, de hace 11.400 años.32
·    Gruta Pedra Pintada (Pará, Brasil). Pinturas rupestres e industria lítica fechadas hacia el año 11.310 adP.33
·    Clovis. Restos de caza y recolección de hace 11.050 años.34
·    Paiján (La Libertad, Perú). Esqueletos humanos de hace 11.000 años.
·    Las Vegas. Península de Santa Elena. Ecuador. Cementerio con 200 enterramientos diferentes fechados en el 10.000 a. C. y vestigios del cultivo del zapallo en el 7.000 a. C.
·    Lauricocha (Huánuco, Perú). Industria lítica, fósiles de animales, plantas y esqueletos humanos y pinturas rupestres de hace 10.000 años.
·    Toquepala (Tacna, Perú). Pinturas rupestres de hace 9.000 años.
·    Lagoa Santa (Brasil). Restos fósiles de hace 8.000 años.
·    Cueva de las Manos (Santa Cruz, Argentina). Pinturas rupestres de hace 7.730 años.
·    Cueva Fell (Tierra del Fuego, Chile). Restos de hace 7.000 años.
·    Intihuasi (Argentina). Restos pre cerámicos de hace 6.000 años.

Referencias

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Bibliografía

·    MANN, Charles C. (2006). 1491: una nueva historia de las Américas antes de Colón. Madrid:Taurus. ISBN 84-306-0611-4.

Teoría del poblamiento tardío

La teoría del poblamiento tardío, Teoría Clovis o Consenso Clovis, es la teoría sobre el poblamiento de América que predominó desde mediados hasta la última década del siglo XX. Sostiene que aproximadamente 13.500 años adP, un pequeño grupo de seres humanos procedente de Siberia, ingresaron al continente americano por el estrecho de Bering hacia Alaska en el período en que bajó el nivel de las aguas durante la era de hielo, y después marcharon hacia el sur a través de un corredor libre de hielo al este de las Montañas Rocosas, el valle del río Mackenzie, en la zona oeste de la actual Canadá, a medida que el glaciar retrocedía, para constituir la Cultura Clovis, de los cuales a su vez descienden todas las demás pueblos originarios de América. La base de la teoría del poblamiento tardío son los yacimientos arqueológicos descubiertos en 1929 que constituyen la bien estudiada Cultura Clovis y su llamativo diseño de las puntas de lanza (punta Clovis).

Científicos que sustentan la teoría


La característica punta Clovis.
La teoría del poblamiento tardío está sostenida mayoritariamente por arqueólogos norteamericanos, entre ellos:
·    Thomas F. Lynch de Cornell University
·    Calbot Vance Haynes
Debate Clovis vs. pre-Clovis:
Actualmente la teoría del poblamiento tardío (Clovis) ha sido puesta seriamente en cuestión por una serie de hallazgos y estudios arqueológicos, linguísticos y genéticos que están produciendo creciente evidencia sobre presencia humana en América muy anterior. Estos estudios, que pueden ser definidos como teoría del poblamiento temprano o pre-Clovis, no solo están cuestionando la fecha de llegada de los primeros seres humanos, sino con ella, el origen y las rutas utilizadas para llegar y para extenderse por el continente.
El cuestionamiento a la teoría del poblamiento tardío ha generado un estruendoso, apasionante y apasionado debate, en la comunidad científica y los medios de comunicación especializados, que suele llegar hasta los agravios.
Los sitios arqueológicos datados antes de 13 mil años adC. tienen muy poca aceptación en la comunidad científica internacional, y principalmente en los científicos norteamericanos seguidores de Aleš Hrdlička. La mayoría de arqueólogos, entre ellos el reconocido Thomas Lynch de la Universidad de Cornell, han cuestionado la seriedad de todos los sitios pre-Clovis.

Teoría del poblamiento temprano

Vista general de la cueva de Pedra Furada, en Brasil. Aquí se han encontrado restos humanos fechados en 32.000 años adp.
La teoría del poblamiento temprano, o teoría preclovis, es en realidad una serie de estudios y hallazgos arqueológicos, lingüísticos y genéticos relativamente recientes, que cuestionan la clásica teoría del poblamiento tardío del continente americano basada en la cultura clovis, y han generado un sonoro debate internacional sobre el tema.
En rigor no se trata de una teoría, pues los científicos involucrados no tienen una posición común sobre el origen del hombre en América, ni sus resultados parecen conducir linealmente a una respuesta coincidente. Pero todos ellos tienen en común el hecho de que son incompatibles con la fecha más antigua propuesta por la teoría del poblamiento tardío (clovis): entre 12.000 y 14.000 años adp.

 

Teoría del poblamiento tardío (clovis)

Rutas migratorias de los haplogrupos A, B, C, D y X.
La teoría clásica sobre el poblamiento de América, sostiene que aproximadamente hace 13.000 años adp un pequeño grupo de seres humanos procedente de Siberia había ingresado al continente americano por el Puente de Beringia hacia Alaska en el período de la era de hielo, y después marcharon hacia el sur a través de un corredor libre de hielo al este de las Montañas Rocosas, el valle del río Mackenzie, en la zona oeste de la actual Canadá, a medida que el glaciar retrocedía, para constituir la cultura clovis, en el actual territorio de Nuevo México (Estados Unidos), de la cual a su vez descienden todas las demás culturas originarias americanas. La base de la teoría del poblamiento tardío son los yacimientos arqueológicos excavados desde la década de 1930 que constituyen la bien estudiada cultura clovis y su llamativo diseño de las puntas de lanza (punta clovis).

Cultura clovis

Hasta los recientes hallazgos que cuestionan la teoría del poblamiento tardío, era inusual que los arqueólogos cavaran más hondo en búsqueda de señales humanas. Puede considerarse que fue Alex Krieger el precursor de la teoría del poblamiento temprano, al proponer desde 1956 y documentar en 1964 un "estadio prepuntas de proyectil" (American Falls, Valsequillos, Muaco) anterior al "estadio paleoindio" (Clovis, Folsom, Sandía). La cultura clovis (también cultura llano) fue considerada a mediados del siglo XX como la más antigua cultura indígena en América, con una antigüedad de 13.500 años, en los últimos años de la última glaciación (era de hielo). Los descubrimientos sobre esta cultura sostuvieron durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX, lo que se conoce como el Consenso Clovis, fundamento de la teoría del poblamiento tardío del continente americano. A partir de las dos últimas décadas del siglo XX, nuevas investigaciones científicas cuestionaron las conclusiones del Consenso Clovis, sosteniendo la existencia de culturas paleoamericanas mucho más antiguas.

 Teoría del poblamiento temprano y los análisis genéticos

Con relación a la teoría del poblamiento temprano y la llegada de los ancestros de todos los pueblos nativos de América que presentan descendientes actuales; los estudios generales a nivel genético permitirían la posibilidad de poblamientos de sus ancestros a partir de fechas menores a los 70.000 años. Esto ya que el análisis genético del cromosoma Y derivados de muy recientes investigaciones indica un antepasado masculino común de origen africano (conocido como Adán cromosomal-Y) para todos los humanos actuales; y sugiere que habría nacido hace alrededor de 70.000 años.1
En este sentido, el análisis genético no podría descartar la llegada de otros posibles grupos humanos más antiguos que no presenten descendientes masculinos actuales; ya que el homo sapiens habría aparecido entre 300.000 a 130.000 años.2 Sin embargo el poblamiento de América por estos grupos más antiguos en fechas anteriores a 70.000 años debería ser realmente muy poco probable; ya que sólo en el oeste de Asia se han encontrado fósiles más antiguos a la fecha genéticamente limitante de 70.000 años fuera de África. (Estos restos son atribuibles a tempranos homo sapiens y presentan una antigüedad de 90.000 años, pero su real relación con los humanos modernos aún es discutida).3 Igualmente un desplazamiento directo de África a América de estos grupos se cree que sería técnicamente improbable de acuerdo al nivel de desarrollo cultural actualmente conocido de estos grupos humanos que existieron en África.

 Cromosoma Y amerindio

Aunque como exponen los genetistas argentinos Néstor Bianchi y Verónica Martínez, «los análisis de herencia uniparental en comunidades indígenas sudamericanas evidenciaron que cerca del 90% de los amerindios actuales derivan de un único linaje paterno fundador que colonizó América desde Asia a través de Beringia hace unos 22.000 años»4 y estos resultados concuerdan con la teoría «Out-of-Beringia» (fuera de Beringia) propuesta por Bonatto y Salzano (1997); es muy importante resaltar que se encuentran otros linajes paternos entre los amerindios, lo cual puede ser el resultado de diferentes corrientes migratorias y es compatible con el poblamiento temprano del continente.
El haplogrupo Q3 (variantes M243, M3 y M19) es el dominante, junto con la variante que lo precede, M242 de Q. Sin embargo se encuentran otros haplogrupos más antiguos, como P (M45), anterior a la separación entre los antepasados de los amerindios y los de la mayoría de los europeos, mayoritario entre los yanomami y los cheyenes y muy frecuente en otros grupos. El haplogrupo F (M89) ha sido encontrado en algunas etnias como los seminola. También está presente entre los amerindios otro haplogrupo aún más antiguo, el DE YAP, originado antes de la salida de África.

ADN mitocondrial

Los estudios genéticos sobre el ADN mitocondrial (ADNmt) sobre la actual población de indígenas americanos han mostrado consistentemente similitudes entre los indígenas americanos y las recientes poblaciones de Asia y Siberia.5 La antigüedad de las variantes americanas de los haplogrupos A, C y D ha sido estimada entre los 35.000 y 20.000 años antes del presente.6 Para el haplogrupo B algunos estudios obtienen cifras menores, por lo que se ha propuesto la hipótesis de migraciones diferenciadas.
La distribución de los haplotipos A, B, C y D en las Américas no es uniforme.7 En el sur de Suramérica predominan C y D, por lo que varios expertos sostienen la hipótesis de que eran los característicos de las primeras migraciones. En cambio B es muy común al noroccidente de Suramérica, Centroamérica y el suroccidente de Norteamérica, lo que sugiere una migración diferenciada por la costa del Pacífico. El haplotipo A parece ser el último en arribar a América, mayoritario entre los esquimales y na-dene, se encuentra en toda Norteamérica y Centroamérica y en el norte de Suramérica, hasta la Amazonia, donde es minoritario y donde en cambio, D alcanza frecuencias altas. D está casi ausente en Centroamérica y sólo es frecuente en la parte norte de Norteamérica, la Amazonia y especialmente en el sur de Suramérica, lo que sugiere que fue portado por las primeras migraciones y por la última
(esquimal), pero no por migraciones antiguas con predominio de B ni por otras intermedias con predominio de A.

Haplogrupo X

Una reciente investigación genética reveló que los actuales indígenas americanos además presentaban un linaje mitocondrial llamado «haplogrupo X», que podría indicar un origen europeo.8 5 Para este linaje, el análisis del ADN mitocondrial también ha entregado pruebas que para algunos expertos apoyarían un poblamiento temprano; indicando la posible llegada de una población a costas orientales de Norteamérica hace alrededor de 15.000 años.9 Este análisis da fundamento a la teoría del antropólogo estadounidense Bruce Bradley y el arqueólogo del Smithsonian Institute, Dennis Stanford, que plantearon en 1999 la existencia de una remota inmigración europea a América, además de las migraciones asiáticas y que se basa en las similitudes entre la industria lítica solutrense, y la cultura clovis.10
Sin embargo Miroslava V. Derenko e Ilia A. Zakharov señalan que el hallazgo del haplogrupo X en pobladores de las montañas de Altai al sur de Siberia, no puede explicarse a partir de presencia europea reciente y el estudio de las secuencias de ADN muestra que la variante X de Altai es muy antigua y concuerda con la predominancia en la región de los otros cuatro haplotipos característicos de los nativos americanos (A, B, C y D). La separación de la variante de X americana se produjo en el paleolítico y no procede de ninguna de las variantes europeas conocidas, sino que se relaciona con una encontrada en Irán.

Casos preclovis

Actualmente existen una cantidad de importantes sitios arqueológicos en los que científicos de todo el mundo están generando hallazgos y pruebas que resultan incompatibles con la teoría del poblamiento tardío (clovis) y evidencian un poblamiento temprano del continente americano.
Los más sólidos son los siguientes:

Topper

·    Ubicación: a lo largo del Río Savannah, en el Condado de Allendale, Carolina del Sur, Estados Unidos.
·    Antigüedad humana detectada: entre 50.000 años adp y 37.000 años adp.
·    Científicos: Albert Goodyear
·    Observaciones: La antigüedad planteada cuestiona también la teoría de poblamiento original por el puente de Beringia.

Pedra Furada

·    Ubicación: al este de Piauí, Brasil.
·    Antigüedad humana detectada: entre 32.000 y 100.000 años adp.
·    Fósiles humanos: un cráneo incompleto y 29 dientes, en sedimentos que, según el método de termoluminiscencia, datan de hace 14.100 años y según el método de luminiscencia óptica, de hace 24.000 años.11
·    Científicos: Niède Guidon, Guaciara dos Santos
·    Observaciones: la antigüedad planteada cuestiona todas las teorías, incluso las de la salida del Hombre de África y las rutas migratorias asiáticas. Abre la hipótesis de un poblamiento original de Sudamérica directamente de África, pero este no debería ser posible por ancestros de los hombres modernos; ya que como se mencionó anteriormente los hombres modernos, genéticamente indican un antepasado común masculino de origen africano menor a 70.000 años. Todo esto hace que la fecha de 100.000 años adp sea cuestionada.

Cuenca del Valsequillo

·    Ubicación: cuenca del río Valsequillo, en Puebla (México).
·    Antigüedad humana detectada: 40.000 años adp.
·    Científicos: Silvia Gonzalez12 13 14
·    Observaciones: la antigüedad planteada cuestiona la teoría Clovis.

Monte Verde

·    Ubicación: sudoeste de Puerto Montt, Chile.
·    Antigüedad humana detectada: 12.500 años adp en Monte Verde II; 33.000 años adp en Monte Verde I.
·    Científicos: Tom Dillehay, Mario Pino
·    Observaciones: es el sitio preclovis más reconocido en la actualidad (2006). En 1997 visitó Monte Verde una delegación de los más importantes investigadores del mundo, entre los que se encontraba Calbot Vance Haynes, el más importante defensor de la teoría del poblamiento tardío. La delegación concluyó que Monte Verde I es real. Por su antigüedad, su ubicación en el otro extremo del continente, y la ausencia de similitudes con la cultura clovis, el reconocimiento de Monte Verde significó el fin del Consenso Clovis.

Meadowcroft Rockshelter

·    Ubicación: 58 kilómetros al sudeste de Pittsburgh, Estados Unidos.
·    Antigüedad humana detectada: 15.000 años adp y posiblemente hasta 19.000 años adp.
·    Científicos: James M. Adovasio
·    Observaciones: junto con Topper señala antiguo poblamiento preclovis en América del Norte.

Cavernas de Tulum

·    Ubicación: sistema de cuevas sumergidas y ríos subterráneos en la zona de Tulum, estado de Quintana Roo, península de Yucatán, México.
·    Antigüedad humana detectada: 14.500 años adp.
·    Científicos: Carmen Rojas Sandoval, Arturo González Alejandro Terrazas Martha Benavente
·    Observaciones: el esqueleto más antiguo, fechado por C14, fue encontrado en la cueva de Naharon, a 368 metros de la entrada y 22,6 m de profundidad; correspondía a una mujer, de 1,41 m de estatura. Al momento de su muerte pudo haber tenido entre 20 y 30 años de edad y pesado 53 kg. Otros dos esqueletos encontrados en otras cuevas, tienen entre 12.000 y 10.000 años.15

Taima Taima

·    Ubicación: 20 kilómetros al este de Coro, en el estado Falcón (Venezuela).
·    Antigüedad humana detectada: 14.000 años.
·    Científicos: Josep María Cruxent, Alan Bryan, Rodolfo Casamiquela, Ruth Gruhn y Claudio Ochsenius.
·    Observaciones: señala antiguo poblamiento preclovis en América del Sur.

 Piedra Museo

·    Ubicación: a 250 km de Pico Truncado, Santa Cruz, Argentina.
·    Antigüedad humana detectada: casi 13.000 años adp.
·    Científicos: Laura Miotti
·    Observaciones: Se vincula con los sitios arqueológicos en el sur de América (Monte Verde, Los Toldos, Cueva de las Manos) y abre la hipótesis de un poblamiento original de América en el sur, y proveniente de Australia, vía la Antártida (teoría Mendes Correa).

 Mujer del Peñón

·    Ubicación: Peñón de los Baños en la Ciudad de México.
·    Antigüedad humana detectada: 13.000 años.
·    Científicos: Silvia Gonzalez
·    Observaciones: el resultado absoluto obtenido de la datación por radiocarbono del cráneo, mediante espectrometría de masas con acelerador, fue de 10.755 años, pero con la calibración arrojó una edad cronológica de 12.700 años.16

 Paisley Caves

·    Ubicación: Paisley Five Mile Point Caves, Oregon
·    Antigüedad humana detectada: 12.300 años adp
·    Científicos: M. Thomas P. Gilbert, Dennis L. Jenkins, Anders Götherstrom, Nuria Naveran, Juan J. Sanchez, Michael Hofreiter, Philip Francis Thomsen, Jonas Binladen, Thomas F. G. Higham, Robert M. Yohe, Robert Parr, Linda Scott Cummings, Eske Willerslev.
·    Observaciones: Se encontraron coprolitos de origen humano que datan de 12.300 años 14C AP. Fue recuperado ADN mitocondrial humano de los coprolitos, correspondiente a los haplogrupos A2 y B2 propios de los nativos americanos. Las fechas estimadas para los los coprolitos son aproximadamente mil años anteriores a las fechas actualmente aceptadas para el complejo de clovis.17

 Lagoa Santa

·    Ubicación: Estado de Minas Gerais (Brasil).
·    Antigüedad humana detectada: 12.000 años adp
·    Científicos: Peter Wilhelm Lund (1843), F. Lacerda y R. Peixoto (1876), Sören Hansen (1888), Annette Laming-Emperaire (1970), Walter Neves (1999).
·    Observaciones: en Lapa Vermelha se encontraron los huesos humanos más antiguos fechados en las Américas (11.400 años adp para el cráneo Luzía).18 Los cráneos secaracterizan por acusada dolicocefalia y otros rasgos que recuerdan a los melanesios y a los habitantes del sureste de Asia.

 Las Vegas

·    Ubicación: Península de Santa Elena, Ecuador.
·    Antigüedad humana detectada: 10.000 años adp.
·    Científicos: Karen Stother, Donald Latharp.
·    Observaciones: En el sitio denominado Las Vegas se encontró una necrópolis con aproximadamente 200 enterramientos humanos, entre primarios y secundarios. De todos, el más famoso es el conocido como "Los Amantes de Sumpa", una pareja hombre-mujer que fue enterrada en posición de abrazo. Unas enormes piedras fueron colocadas en la tumba como símbolo de protección contra los malos espíritus, así como también se descubrió algunos esqueletos cuyos huesos fueron pintados con el pigmento extraído del mineral llamado ocre. También en este sitio los arqueólogos encontraron restos de fitolitos de maíz y de cultivo de calabaza datados en 7.000 a.C. Practicaron la horticultura y complementaron su dieta con los recursos de los manglares que en ese entonces rodeaban el golfo de Guayaquil.

 Otros sitios tempranos

·         Cueva del Pendejo (Nuevo México, EE. UU.). Hueso con señas de uso humano datados en 51.000 y 32.000 años, lezna en un estrato de 36.000 años adp y cabellos humanos datados entre 12.000 y 20.000 adp.
·         Montalvânia, Minas Gerais, Brasil, calcitas que recubren grabados datadas en 50.000 adp.19
·         El Cedral (SLP, México). Restos humanos y artefactos líticos con una antigüedad de 31.000 años.
·         Tlapacoya (Méx, México). Navaja de obsidiana de hace 21.000 años.
·         Paccaicasa (Ayacucho, Perú). Puntas de proyectil, raspadores, cuchillos; de 17.000 años, aproximadamente. El antropólogo Mc Neish opina que estos inmigrantes llegaron a los Andes peruanos hace 22.000 años.
·         Cactus Hill, Virginia. lascas de piedra, puntas de proyectil y raspadores con dataciones entre 15.070 y 19.700 adp.
·         Wilson Butte Cave (sur de Idaho). herramientas de piedra asociadas con huesos fechados 14.500 años adp.
·         Calico, California, herramientas bifaciales que datan de hace 14.400 años.
·         Muaco y El Jobo (Venezuela). Industria lítica muy tosca, de 14.000 y 12.000 años.
·         El Guitarrero (Ancash, Perú). Industria lítica de lascas, una punta de proyectil y un cuchillo; ambas bifaciales, de hace 13.000 años.
·         El Abra (Sabana de Bogotá, Colombia). Tajadores, diferentes tipos de raspadores (laterales, terminales discoidales, convexos), cuchillas elaboradas sobre lascas, así como raederas, que datan de hace 12.400 años.
·         Chivateros (Lima, Perú). Industria lítica para labores de recolección, de hace 12.000 años.
Los Toldos (Santa Cruz), Argentina), Argentina). Restos de caza y recolección de hace 12.000 años.
·         .
·         Tibitó (Sabana de Bogotá, Colombia). Instrumentos de corte, raspadores laterales, un raspador aquillado y artefactos de hueso y asta que se interpretan como cuchillos y perforadores, de hace 11.740 años.
·         Gruta Pedra Pintada (Pará, Amazonia, Brasil). Diversas herramientas asociadas a restos animales, pesca y recolección de frutos Las puntas encontradas están pulidas en forma triangular, no aflautada como las hechas por los cazadores clovis. Cuevas decoradas con figuras geométricas e imágenes antropomorfas. 11.110 años adp.
·         Paiján (La Libertad, Perú). Esqueletos humanos de hace 11.000 años.

 Sitios posteriores

·         Lauricocha (Huánuco, Perú). Industria lítica, fósiles de animales, plantas y esqueletos humanos y pinturas rupestres de hace 10.000 años.
·         Kennewick A orillas del río Columbia en el estado de Washington. Cráneo y esqueleto datados en 9.600 años adp. Con algunos rasgos caucasoides, los científicos han determinado sin embargo, que las medidas craneales se acercan mucho a los ainu de las islas del norte del Japón y que otros rasgos del hombre de Kennewick se parecen más a los habitantes del sur de Asia y Polinesia que a los de los europeos o los de otros nativos americanos.
·         Toquepala (Tacna, Perú). Pinturas rupestres de hace 9.000 años.
·         Cueva de las Manos (Santa Cruz, Argentina). Pinturas rupestres del 7730 a. C.
·         Cueva Fell (Estancia Brazo Norte, Magallanes, Chile). Restos de hace 11.000 años.
·         Intihuasi (Argentina). Restos precerámicos de hace 6.000 años

 Implicaciones

La teoría del poblamiento temprano parece probada actualmente por muy diversos datos empíricos y significa un cuestionamiento definitivo, tanto a la hipótesis de la migración única fundadora de los pueblos amerindios, como a la idea según la cual la entrada de poblaciones humanas al continente se produjo únicamente después del año 14.000 adp.

 La ruta

Si las migraciones paleoamericanas fueron todas por el paso de Bering ¿cómo es posible que los fechados del sur sean más antiguos que los del norte? La respuesta en la que se trabaja actualmente es una posible migración circumpacífica norte-sur, formulada por Bryan (1978) y Fladmark (1979), que aclará el por qué los mayores fechados (Monte Verde, 13 000; Lagoa Santa, 12 000; Cuenca de México, 12 700) son tan antiguos, y rechaza definitivamente de la hipótesis «Clovis the First» (‘clovis los primeros’) sin necesidad de negar la dirección mayoritariamente aceptada. Los primeros paleoamericanos pudieron haber salido de puntos como las islas Aleutianas o la península de Chukotka o, aún más al sur, como la península de Kamchatka, durante la transición pleistoceno-holocénica, circunnavegando la costa pacífica de América desde el norte, y para luego llegar al continente en una o varias entradas sucesivas, aprovechando accidentes naturales situados en latitudes ya libres de barreras de hielo, como la cuenca de México (dando sentido de existencia a los enigmáticos paleoamericanos de Baja California), lo que explicarían los fechados paleoamericanos mayores de 12.000 años. De ahí pudieron haberse desplazado hacia el norte y noreste y hacia el sur, originando las poblaciones cazadoras-recolectoras suramericanas.
Otras hipótesis, como la existencia durante la última glaciación de un «corredor libre de hielo»,20 la llegada a América atravesando el Pacífico desde Melanesia21 o desde Australia por el borde de los hielos de la Antártida,22 o desde Europa y Groenlandia bordeando el Atlántico,23 no pueden ser descartadas, pero de todos modos, por el momento, la ruta circumpacífica parece la hipótesis más probable para explicar el poblamiento temprano.

 La fecha

La fecha de deshielo al finalizar la última glaciación, es de 14.000 años antes del presente, que se fijaba como tope para el comienzo de la dispersión amerindia desde Alaska. Ahora la antigüedad prevista para la primera migración paleoamericana ascendería por lo menos a 15.000 años (Hubbe et al., 2003) hasta 25.000 e inclusive 40.000 años antes del presente.5

 Estudios lingüísticos

Greenberg24 formuló la hipotesis de los tres troncos lingüísticos en la América precolombina: esquimal, nadené y amerindio, correspondientes con tres grandes migraciones. Esta hipótesis puede conciliarse con la teoría del poblamiento tardío: la migración amerindia habría sido la primera y sería testimoniada por la cultura de Clovis. Sin embargo no ha podido probarse el origen único de todas las lenguas amerindias y aunque se han agrupado con seguridad varias familias, otras parecen muy divergentes y provenir de separaciones anteriores a la llegada de la especie humana a América. Las investigaciones actuales exploran las afinidades estructurales profundas entre idiomas indo-americanos e idiomas asiáticos. Desenredar la historia lingüística del nuevo mundo, plantea un sistema de problemas altamente complejo que estará bajo investigación durante los años por venir.5

 Argumentos multidisciplinarios

La evidencia arqueológica muestra que los paleoamericanos eran física y culturalmente diferentes de los amerindios. Debe rescatarse la diferenciación que diversos autores, aún basándose en un criterio tipológico, realizan entre un componente no mongoloide, de cráneo dolicoide, similar al de los tasmanianos, australianos, melanesios o sudafricanos, y un tipo mongolizado, de estatura media y braquicéfalo, porque pueden constituir una base para la diferenciación propuesta actualmente de dos componentes poblacionales (paleoamericano y amerindio)25
La ruta costera de migración está ganando cada vez más aceptación, como vía complementaria del puente entre Siberia y Alaska. La evidencia que emerge sugiere que gente con botes se movió a lo largo de la costa pacífica en Alaska y el noroccidente del Canadá hasta Perú y a Chile desde hace 12.500 años y quizás mucho antes. Investigaciones arqueológicas en Australia, Melanesia, y Japón indican que los botes estaban en uso allí en época tan lejana como hace 25.000 a 40.000 años. Las rutas de mar habrían proporcionado recursos alimenticios abundantes y tal vez un movimiento más fácil y rápido que las rutas terrestres. Muchas áreas costeras estuvieron libres de hielo en este tiempo. Sin embargo, muchos sitios costeros potenciales están ahora sumergidos lo cual hace la investigación difícil.5
El estudio de los haplogrupos del ADN mitocondrial y del cromosoma Y, en Siberia y Asia central, ha permitido hacerse una imagen de las migraciones interasiáticas que precedieron a la salida hacia América. La ausencia en Siberia del haplotipo B de ADNmt y su presencia en América, refuerza la hipótesis de migraciones circumpacíficas. Los haplotipos A y X tienen un origen común en la región del Caspio, mientras que C originario de Asia central y D de Asia oriental, tienen antepasados comunes en el sur de Asia y su paso conjunto y exclusivo a América durante una eventual primera migración, permitiría explicar las características físicas de los cráneos más antiguos. A, C y D confluyen hoy en Siberia. En Asia central están todos los haplotipos de ADNmt que se encuentran en América, por lo cual se piensa que esta región fue el crisol de las migraciones hacia América.
En cuanto a los haplotipos del cromosoma Y, la presenecia frecuente del haplotipo P entre los yanomami de la Amazonia y los ket del río Yenisei (en Siberia) y su registro en porcentajes menores en otros pueblos indígenas de América y entre pueblos asiáticos o el hecho de que cerca del 25% de los chukchi de Siberia registren el haplotipo Q3 mayoritario entre los amerindios, un porcentaje mayor que entre los esquimales (14%), no solamente refuerza los datos sobre el origen de los primeros americanos, sino las hipótesis sobre rutas, migraciones diferenciadas y posibles flujos de regreso a Asia.
En resumen, los científicos conjugan evidencia arqueológica, genética, morfológica y lingüística al determinar quiénes eran los primeros americanos, cuando llegaron a América y qué sucedió posteriormente. Los nuevos descubrimientos en un campo de estudio pueden causar reinterpretaciones de la evidencia no solamente del mismo campo sino también de otros campos. No hay duda en que los descubrimientos y análisis futuros verterán más luz en el cuadro cambiante de la prehistoria del mundo.5

 Científicos que defienden la teoría del poblamiento temprano

·    Tom Dillehay: Monte Verde
·    Mario Pino: Monte Verde
·    James Adovasio: Meadowcroft Rockshelter
·    Laura Miotti: Piedra Museo
·    Albert Goodyear: Topper
·    Niède Guidon: Pedra Furada
·    Guaciara dos Santos: Pedra Furada
·    José María Cruxent: Taima Taima
·    Gonzalo Correal: El Abra
·    Walter Alves Neves: Lapa Vermelha

 Referencias

1. ↑ Peter A. Underhill et al (2000): «Y chromosome sequence variation and the history of human populations», en Nature Genetics, 2000.=
2. ↑ Robert Sanders (2003): «160,000-year-old fossilized skulls uncovered in Ethiopia are oldest anatomically modern humans», UC Berkeley: 11 de junio de 2003
3. ↑ Chris Brown: «The battle over the emergence of modern humans in Eurasia», en New Archaeology, 2002.
4. ↑ Néstor Oscar Bianchi y Verónica Lucrecia Martínez Marignac: «Aporte de la genética y antropología molecular a los derechos de los indígenas argentinos por la posesión de tierras», en Genética y derechos de los indígenas. Buenos Aires: Prodiversitas
5. a b c d e f Chris Brown (2002): «Paleoamerican origins». EE. UU.: Smithsonian Institution, 2002.
6. ↑ Theodore Schurr (2002): «A molecular anthropological perspective on the peopling of the Americas», en Athena Review, 2002.
7. ↑ Xochimi, Citlalin People of the Red Brown Earth
8. ↑ Interscience
9. ↑ «Haplogroup X», The Genographic Project, National Geographic.
10.  ↑ «Clovis and solutrean: is there a common thread?», de James M. Chandler.
11.  ↑ Evelyne Peyre, Jean Granat y Niède Guidon (2009): «Dentes e crânios humanos fósseis do Garrincho (Brasil) e o povoamento antigo da América», en FUMDHAMentos, VIII: págs. 62-69.
12.  ↑ Who were they and where did they come from? Footprints found in a Mexican quarry promise to change everything we thought we knew
13.  ↑ Huellas mexicanas (en)
14.  ↑ Huellas de los primeros americanos (en)
15.  ↑ Confirman presencia humana prehistórica en Tulum
16.  ↑ Cátedra José Luis Lorenzo (2003) «La “Mujer del Peñón” confirma el origen asiático de los individuos americanos». México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 9 de mayo de 2003. Consultado el 27 de febrero de 2008.
17.  ↑ M. Gilbert; P. Thomas; Dennis L. Jenkins; Anders Götherstrom; Nuria Naveran; Juan J. Sánchez; Michael Hofreiter; Philip Francis Thomsen; Jonas Binladen; Thomas F. G. Higham; Robert M. Yohe; Robert Parr; Linda Scott Cummings; Eske Willerslev (2008): «DNA from pre-clovis human coprolites in Oregon, North America», en Science, 320 (5877): págs. 786-789.
18.  ↑ Feathers, James et al. (2010): «How old is Luzia? Luminescence dating and stratigraphic integrity at Lapa Vermelha, Lagoa Santa (Brazil)», en Geoarchaeology, 25 (4): págs. 395-436.
19.  ↑ Sastry, M.D. et al. (2004): «Dating sediment depsits in Montalvanian carvings using EPR and TL methods», en Nuclear instruments and methods in physics research, 213: págs. 751-755.
20.  ↑ W. A. Johnston (1933): «Quaternary geology of North America in relation to the migration of man», en D. Jenness (ed.): The american aborigines, págs. 11-45; University of Toronto Press, 1933.
Ernst Antevs (1935): «The spread of aboriginal man to North America», en Geographical Review, 25 (2): págs. 302-309, 1935.
21.  ↑ Paul Rivet (1943): Los orígenes del hombre americano. Fondo de Cultura Económica, 1943; ISBN 968-16-0762-7.
22.  ↑ A. Mendes Corrêa (1928): «Nouvelles hypothèses sur le peuplement primitif de l’Amerique du Sud», en Annais, Faculdade de Sciencias do Porto, 15: págs. 86-112. L’Anthropologie, 38: págs. 565-567.
23.  ↑ Remy Coteville-Giraudet documentó entre 1928 y 1931 la hipótesis del origen europeo (cromañón) de los pielroja (algonquinos). Emerson Greenman en 1963 planteó la ruta hipotética de la migración europea a América durante el paleolítico superior y el origen europeo de los beotucos de Terranova. Bruce Bradley y Dennis Stanford replantearon en 1999 la existencia de esa migración basados en las similitudes entre la industria lítica solutrense y la de la cultura clovis, refrendados en las investigaciones de ADN mitocondrial realizadas Michael Brown.
24.  ↑ Greenberg, J.M.; Turner II, C.G.; Zegura, S.L. (1986): "The settlement of the Americas: comparisons of linguistic, dental, and genetic evidence". Current Anthropology 27: 477-497.
25.  ↑ G. Steele y F. Powell (1995): «Peopling of the Americas: paleobiological evidence», en Human Biology, 64: págs. 303-306.

 Bibliografía

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·    Bryan, A. L. (1978): "Early man in America from a circum-Pacific perspective», en Occasional Papers 1. Edmonton: Department of Anthropology, University of Alberta.
·    Dillehay, Tom D. (2004): Monte Verde: un asentamiento humano del pleistoceno tardío en el sur de Chile. Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2004.
·    Fladmark, K. R. (1979): «Routes: alternative migration corridors for early man in North America», en American Antiquity, 44: págs. 55-69.
·    Hubbe, M.; E. T. Mazzuia; J. P. V. Atui; W. Neves (2003): A primeira descoberta da América. San Pablo (Brasil): Sociedade Brasileira de Genética, 2003.
·    Krieger, Alex D. (1964): El hombre primitivo en América. Buenos Aires: Nueva Visión, 1974.
·    Lahr, M. M. (1997): «A origem dos ameríndios no contexto da evolução dos povos mongolóides», en Revista USP, 34: págs. 70-81.
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·    Neves, Walter; J. F. Powell; A. Prous; E. G. Ozolins y M. Blum (1999): «Lapa Vermelha IV hominid I: morphological affinities of the earlies known America», en American Genetics and Molecular Biology, 22 (4): págs. 461-469.
·    Pucciarelli, Héctor M. (2003): «Migraciones y variación craneofacial humana en América». La Plata (Buenos Aires): Departamento Científico de Antropología del Museo de La Plata, 2003.
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