lunes, 27 de enero de 2014

Homenaje a la mujer en su día

Por Esther Alexandra Garwer

PAPEL DE LA MUJER EN LA HISTORIA. Aunque existe gran diversidad, dependiendo del tipo de sociedad -matriarcado, patriarcado, cazadores recolectores, agrícola, etc.- y de la filiación, puede decirse que desde la prehistoria, las mujeres, como los varones, han asumido un papel cultural particular normalmente diferenciado. En sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que recogían los productos vegetales, mientras que los varones suministraban la carne mediante la caza.
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, una trabajadora labra piezas en un torno revólver para aviones en la fábrica de Consolidated Aircraft Corporation en Fort Worth, Texas, Estados Unidos. La incorporación de la mujer a trabajos tradicionalmente masculinos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial ante la ausencia de hombres que estaban en el frente fue un paso decisivo para la incorporación plena de la mujer al mercado de trabajo.(Foto cortesía National Archives, USA)
En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, una trabajadora labra piezas en un torno revólver para aviones en la fábrica de Consolidated Aircraft Corporation en Fort Worth, Texas, Estados Unidos. La incorporación de la mujer a trabajos tradicionalmente masculinos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial ante la ausencia de hombres que estaban en el frente fue un paso decisivo para la incorporación plena de la mujer al mercado de trabajo.(Foto cortesía National Archives, USA)

A causa de su conocimiento profundo de la flora, la mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras agricultoras. En la Edad Media, los autores masculinos, pertenecientes a una estirpe, religiosos, tratadistas laicos y sobre todo, predicadores, hablaron de las condiciones y conductas que les exigen a las niñas, a las jóvenes y a las mayores. La conducta femenina fue pautada para cada momento y situación de la vida.

Casi siempre la edad corresponde a un estado civil y a una función de acuerdo a ella. Tal es así que la mujer se representaba en la imagen de la novia, la prometida, la casada, la viuda, es decir, siempre ligada inexorablemente a un varón que debía responsabilizarse de ella y su conducta. El papel más importante atribuido a la mujer era el de esposa y madre. Ya en la historia reciente, las funciones de las mujeres han cambiado enormemente. La burguesía trajo consigo una nueva concepción de la familia donde la mujer desempeñaba un papel restringido al hogar. Hasta entonces la mujer había participado, aunque de modo distinto al hombre, en tareas de aprovisionamiento y trabajo para la supervivencia familiar fuera del domicilio u hogar.

Las funciones sociales tradicionales de las mujeres de la clase media consistían en las tareas domésticas, acentuando el cuidado de niños, y no solían acceder a un puesto de trabajo remunerado. Para las mujeres más pobres, sobre todo entre las clases obreras, esta situación era aveces un objetivo, ya que la necesidad económica las ha obligado durante mucho tiempo a buscar un empleo fuera de casa, aunque las ocupaciones en que se empleaban tradicionalmente las mujeres de clase obrera eran inferiores en prestigio y salario que aquellas que llevaban a cabo los varones. Eventualmente, el liberar a las mujeres de la necesidad de un trabajo remunerado se convirtió en una señal de riqueza y prestigio familiar, mientras que la presencia de mujeres trabajadoras en una casa denotaba a una familia de clase inferior.

Mujeres manifestándose en El Progreso durante la huelga de trabajadores de 1954. (Foto cortesía Proyecto Website historia de Honduras)
Mujeres manifestándose en El Progreso durante la huelga de trabajadores de 1954. (Foto cortesía Proyecto Website historia de Honduras)

¡LA MUJER HOY! Recién a fines del siglo XIX y a partir de la primera guerra mundial, la mujer comienza a incorporarse a la educación universitaria y a participar con su trabajo en ciertas áreas específicas. Antes de esa época, no era bien visto por la sociedad que una mujer trabajara, viéndose relegada a hacer tareas de servicio o ejercer la docencia, si no tenía fortuna o no se casaba; ya que la expectativa de rol en esos tiempos era que fuera casada, que tuviera hijos y que se dedicara a cuidar su hogar, y por lo tanto esos eran generalmente también sus objetivos. La segunda guerra mundial produce una nueva revolución industrial con la aparición de la línea de montaje y la producción en serie y el surgimiento de grandes fábricas de armamentos, aviones y material de guerra, que después de la guerra da origen a la fabricación masiva de electrodomésticos. El lugar de los hombres, asimilados a las fuerzas armadas, fue ocupado por las mujeres, y debido a las circunstancias su nuevo rol en las fábricas fue aceptado socialmente.

La fabricación de electrodomésticos aliviaron a las mujeres de las tareas hogareñas, que en esos momentos no eran compartidas por los hombres. Después de la segunda guerra mundial se produce un gran cambio de cosmovisión. El relativismo cultural cambia los valores y comienza una nueva era de rebeldía hacia la tradición, la familia y la religión. Mientras tanto, en el siglo XX, en todos los países civilizados se reconocen los derechos de la mujer como persona adulta en iguales condiciones que los hombres. Actualmente, las mujeres tienen pleno protagonismo, invaden las universidades y compiten con los hombres en todas las áreas de la sociedad; tanto en los puestos de trabajo de jerarquía, como en las investigaciones científicas y la medicina; los puestos políticos de más alto nivel y en todos los campos de la cultura.

Fuentes:
Malena, (2008), “El Rol de la Mujer a través de la Historia”, tal y como aparece en su versión electrónica: http://psicologia.laguia2000.com/general/el-rol-de-la-mujer-a-traves-de-la-historia.
Edición de Sylvia Marcos (2004). Religión y género. Enciclopedia Iberoamericana de las Regiones 3. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-656-6.
VV. AA. (2005). Historia de las mujeres en España y América Latina. Coordinadora: Isabel Morant. Cuatro tomos. Madrid: Editorial Cátedra.
Universidad Técnica Particular de Loja, Proyecto Lojanidad. Matilde Hidalgo de Prócel, http://www.utpl.edu.ec/lojanidad/index.php/matilde_hidalgo.html, sitio web consultado el 6 de marzo de 2009.
Blog Nuevo Trato con el Estado, Universidad de Chile, La mujer latinoamericana y el derecho a voto, sitio web consultado el 6 de marzo de 2009.

jueves, 9 de enero de 2014

Ante un nuevo ajuste...reflexionemos...



¿En qué momento perdimos la Soberanía Económica Nacional?


Esther Alexandra Garwer y
Rolando Zelaya y Ferrera

Las políticas de ajuste estructural emergen de las condiciones que dos de las instituciones  Bretton Woods, el FMI y el BM, habían estado adjuntando a sus préstamos desde principios de los años 1950. Al principio estas condicionalidades se enfocaron principalmente en la política macro económica de los países. En nuestro país, Gálvez fomentó la modernización del Estado y la economía del país con medidas que incluyeron, entre otras la creación del Banco Central de Honduras, Banco Nacional de Fomento hoy renombrado como BANADESA, la oficialización del uso del Lempira como moneda nacional y el impuesto sobre la renta. La emisión de la Ley del impuesto sobre la Renta creó un instrumento de recaudación que posibilitó una mejor estructura del presupuesto y la inversión pública, que fue lo que le recomendó el Fondo Monetario Internacional al gobierno de Gálvez, con la creación del impuesto sobre la renta, y un banco encargado de financiar el desarrollo agrícola e industrial. La misma contempló un impuesto sobre ventas como forma permanente de recaudación por volumen mientras el ISR sería una vez al año.


El 15 de Octubre de 1949 en el Mensaje dirigido al Congreso Nacional durante su sesión inaugural, Gálvez afirmaba “…Ley que se hace necesario para liberar al pueblo…de la imposición indirecta que han venido pagando desde hace tiempo…pues el impuesto…es y ha sido siempre considerado como la imposición más justa y equitativa para el sostenimiento de las cargas, cada vez más crecidas que tiene que sufragar el Estado para sus necesidades. Con él, los individuos o corporaciones de negocios de hondureños o extranjeros radicados en el país, contribuirán con el producto de sus utilidades….”


En los años subsiguientes, los programas de ajuste estructural (PAE) como son conocidos hoy en día, se originaron debido a una serie de desastres económicos globales a finales de la década de 1970: la crisis de petróleo, la crisis de la deuda, múltiples depresiones económicas y ala estanflación. Estos desastres fiscales llevaron a algunos políticos a decidir que era necesaria una intervención más profunda para mejorar el bienestar de un país en su conjunto. Es así como el electorado hondureño al favorecer al Dr. Roberto Suazo Córdova, candidato del Partido Liberal, para que asumiera la Presidencia el 27 de enero de 1982, sin imaginar que el apoyo que también le brindara los Estados Unidos de Norteamérica,  obligaría a dicha administración, a tomar decisiones ante la difícil situación económica que ocurre al producirse un déficit en la balanza comercial y un mayor endeudamiento del Estado; propondrían para contrarrestar estos aspectos, el aumento de impuestos, la reducción del gasto público, la privatización de instituciones estatales, semiautónomo y deficitaria. Pese a que en su campaña electoral Suazo Córdova ofreció al pueblo, la promesa de llevar a cabo un ambicioso programa de desarrollo económico y social en Honduras con el fin de revertir los efectos de la recesión por la cual atravesaba el país.



El gobierno siguiente de José Simón Azcona, heredó una situación de claroscuros, ya que si por una parte se registraba un crecimiento sustancial, basado en las exportaciones bananeras y cafetaleras, y además no inflacionista, por otra parte las actividades industriales y del sector de la construcción estaban en franco declive a causa de la penuria de inversiones, los compromisos de la deuda externa, que ascendía a 2.400 millones de dólares y cuyo servicio comprometía una cuota creciente de los ingresos del Estado, y el paro, que afectaba al 25% de la población activa. Y todo ello sobre un fondo de pobreza y, en muchos puntos del país, de subdesarrollo endémicos. Además, la ayuda económica de Estados Unidos, otorgada a modo de complemento de la ayuda militar y rara vez considerada suficiente por las autoridades de Tegucigalpa, estaba adquiriendo la traza de un subsidio que más bien reforzaba la dependencia exterior de Honduras, en ausencia de verdaderas políticas de crecimiento y desarrollo estructurales.



En el plano económico, Rafael Leonardo Callejas afrontó las dificultades de otros gobiernos de la zona a la hora de aplicar medidas de estabilización financiera y ajuste estructural siguiendo el precepto del FMI, trascendental empresa que puso en marcha confiado en la popularidad de la que gozaba como flamante mandatario. Objetivo prioritario de Callejas era retomar el diálogo con los organismos multilaterales de crédito, cuando se cumplía un año de la declaración por el Banco Mundial a Honduras como país inelegible para el desembolso de nuevos préstamos. La Ley de Ordenamiento Económico, traducida en sucesivas devaluaciones de la moneda nacional, el lempira -que desde 1920 había mantenido un tipo de cambio fijo con el dólar-, los despidos masivos en el sector público y la reducción del gasto social, castigó inevitablemente a extensas capas de la población ya de por sí golpeadas por las carencias propias de un país pobre y con un reparto de rentas muy desequilibrado, y el reciente y agudo desabastecimiento de todo tipo de productos de primera necesidad, provocando, ya en los primeros meses de la administración de Callejas, una fuerte contestación social que se expresó en agitaciones callejeras y huelgas sectoriales convocadas por unas organizaciones sindicales muy batalladoras. Por de pronto, el presidente, al menos, pudo presentar como un logro la reanudación de la asistencia financiera internacional, lo cual, unido a las excelentes relaciones con la potencia norteamericana, facilitó la condonación por Washington en septiembre de 1991 de 430 millones de dólares de deuda bilateral. Al final de su mandato, la política neoliberal de Callejas se saldaba con un balance bastante discreto en la macroeconomía, con un crecimiento anual medio de sólo el 1,5% del PIB y una inflación errática que únicamente en el ejercicio de 1992 cayó por debajo del 10% anual, e indiscutiblemente desastroso en el terreno social.



En 2002, las políticas de ajuste estructural experimentaron otra transición: la introducción de documentos de estrategias para la reducción de la pobreza, como respuesta a la creencia de que “los programas exitosos de economía política deben ser fundados en una fuerte propiedad del país en cuestión”. Además, los programas de ajuste estructural con su énfasis en la reducción de la pobreza habían intentado alinearse a sí mismos con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Como resultados de los documentos de Estrategias para la Reducción de la Pobreza, se implementó en el FMI y en el Banco Mundial una aproximación más flexible y creativa a la creación de políticas. Si bien el enfoque central de los programas de ajuste estructural  ha seguido siendo el equilibrio de la Deuda externa y el déficit comercial, los motivos de estas deudas han sido objeto de una transición. Hoy en día los programas de ajuste estructural y sus instituciones prestamistas han incrementado su esfera de influencia al proveer ayuda a países que experimentan problemas económicos debido a desastres naturales o a una MALA ADMINISTRACIÓN ECONÓMICA.



Existen múltiples críticas que se enfocan en diferentes elementos del programa de ajuste estructural, entre éstos, los críticos afirman que estos programas ponen en peligro la soberanía de las economías nacionales, ya que una organización exterior dicta la política económica nacional. Asimismo argumentan que, la creación de una buena política es de propio interés de la nación soberana; por lo tanto, los programas de ajuste estructural serían innecesarios, dado que el Estado estaría actuando en su mejor interés. No obstante, en muchos países pobres, el Gobierno favorece las ganancias políticas sobre los intereses económicos nacionales, de forma que buscan rentas prácticas para consolidar su poder político, en lugar de abordar los problemas económicos cruciales.



Si bien la deuda pública en países en desarrollo y desarrollados es un hecho casi universal, los países de bajos ingresos se enfrentan a una posición mucho más vulnerable para mantener una balanza de pagos equilibrada, si se toma en cuenta que las 47 naciones más pobres del mundo tenían una deuda de $488 mil millones de dólares en 2003. Por otra parte, debido a la casi universalidad de la deuda, una crítica popular es que los términos del ajuste estructural se han convertido en un modelo para la gestión de gran parte de la humanidad. Por lo tanto, algunos argumentan que el proceso político democrático de un sinnúmero de países se ha visto socavado por las decisiones formuladas a kilómetros de distancia por burócratas económicos occidentales y que la implementación de tales políticas solo ha beneficiado a los más grandes donantes (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Japón). Por ejemplo, la apertura de países a las inversiones extranjeras permite a las empresas de Estados Unidos construir fábricas en zonas empobrecidas. Las corporaciones son capaces de aprovechar el excedente de mano de obra barata y la falta de reglamentaciones ambientales para crear bienes a un precio inferior. Como resultado de ello, los beneficios corporativos aumentan y los flujos comerciales se incrementan hacia ese país en particular. Si bien esto aumenta el PIB, la mayoría de los ingresos en realidad beneficia a la corporación y al país donde la empresa está basada. Por el contrario, muchos sostienen que las personas empleadas por las corporaciones están desesperadamente necesitadas de cualquier tipo de trabajo, pues las formas alternativas de empleo o estilos de vida disponibles son mucho peores.

 


Finalmente una política común necesaria en el ajuste estructural es la privatización de las industrias y los recursos de propiedad estatal. Aparentemente, esta política tiene como objetivo aumentar la eficiencia y la inversión, a la vez que disminuye el gasto público. Los recursos de propiedad del Estado deben ser vendidos sea que generen beneficios fiscales o no lo. No obstante, los críticos han condenado los requisitos de la privatización. Cuando los recursos son transferidos a las empresas extranjeras o a las élites nacionales, el objetivo de la prosperidad pública es reemplazado por el objetivo de acumulación privada. Además, las empresas estatales pueden tener pérdidas fiscales, ya que cumplen un rol social más amplio, como puede ser el suministro de servicios públicos a bajo costo y puestos de trabajo.



La privatización convierte a las necesidades básicas, tales como el agua y el sistema de salud, en una mercancía que no es accesible para quienes no puedan pagar por ellas. Por ello, muchos académicos han sostenido que los programas de ajuste estructural no responden al interés del país prestatario, sino más bien a las élites del mundo en desarrollo y desarrollado. Así, los PAE son extremadamente perjudiciales para los países pobres que los implementan, ya que muchas personas no pueden permitirse el lujo de pagar por un sistema de salud o por educación, lo que deja a la población más enferma y menos educada. Las consecuencias negativas se encontrarían en que personas enfermas no son productivas y no pueden trabajar para librarse de las deudas; por tanto, la privatización de un servicio previamente social, como es el caso de la salud, iría contra el supuesto propósito de los programas de ajuste estructural.



Fuente:
1.     1. Argueta Mario, Juan Manuel Gálvez: su trayectoria gubernativa, 1ª Edición, Tegucigalpa, BCH, 2066, pp. 36; tomado a su vez del Boletín del Congreso Nacional Extraordinario de la República de Honduras, Serie I, No. 18, de enero de 1950, pp.10-11.
2.       2. Ajuste Estructural, en su versión electrónica en http://es.wikipedia.org/wiki/ajuste:estructural.html
3.       3. http://www.historiadehonduras.hn/Historia/Independiente/EventosRecientes.htm
4.       4. Greenberg, James B. (1997). «A Political Ecology of Structural-Adjustment Policies: The Case of the Dominican Republic». Culture & Agriculture, 19 (3): 85-93.
5.       5. «Factsheet - IMF Conditionality».
6.       6.  Structural Adjustment Programs
7.       7. Towson.edu
8.       8. Steger, Manfred (2003). Globalization A Very Short Introduction. Oxford: Oxford University Press
9.        9. Cardoso y Helwege (1992). "Latin America's Economy" Cambridge, MA: MIT Press.
10. McPake, Barbara (2009). «Hospital Policy in Sub-Saharan Africa and Post-Colonial Development Impasse». Soc Hist Med 22 (2): 341-360. 
       11. Feo, Oscar (2008). «Neoliberal Policies and their Impact on Public Health Education: Observations on the Venezuelan Experience». Social Medicine, 3 (4): 223-231.
12.    Adepoju, Aderanti (ed.) The Impact of Structural Adjustment on the Population of Africa. London: United Nations Population Fund, 1993. 
13.     Chossudovsky, Michel. Globalización de la pobreza y nuevo orden mundial. Siglo XXI, 2002. ISBN 968-23-2351-7 
15.     Davis, Mike. Planet of Slums. NLR, 2005
16.     Desai, Manisha. "Transnational Solidarity: Women's Agency, Structural Adjustment, and Globalization". En: Women's Activism and Globalization: Linking Local Struggles and Transnational Politics. Routledge, 2002. ISBN 0-415-93144-4
16.     Elmendorf, A. Edward. Structural Adjustment and Health in Africa in the 1980s. Washington D.C.: The American Public Health Association, 1993.
17.     Juhasz, Antonia. The Bush Agenda: Invading the World, One Economy at a Time. HaperCollins, 2006. ISBN 0-06-084687-9
18.     Moore, David The World Bank: Development, Poverty, Hegemony", UKZN press, 2007
19.     Perkins, J. Confessions of an Economic Hitman. Berrett-Koehler Publishers, 2004. ISBN 1-57675-301-8
20.     SAPRIN, (Structural Adjustment Participatory Review International Network) Structural Adjustment: The SAPRI Report. Zed Books, 2004
21.     Stewart, Frances. Adjustment and Poverty: Options and Choices. Routledge, 1995. ISBN 0-415-09134-9
22.     Stiglitz, Joseph El malestar en la globalización. Taurus, 2002. ISBN 968-19-1187-3

jueves, 2 de enero de 2014

¡Por la dignidad de Honduras!



¡Mensaje de la Historia para los hondureños

en Conmemoración del Nuevo Año 2014!


Recopilación de
Esther Alexandra Garwer y
Rolando Zelaya y Ferrera

“Al transmitir a los representantes del pueblo el Poder Supremo que se me había confiado, colmo los votos de mi corazón, los de mis conciudadanos y los de nuestras futuras generaciones, que todo lo esperan de vuestra sabiduría, rectitud y prudencia… Yo no he podido hacer ni bien ni mal; fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de nuestros sucesos; atribuírmelos no sería justo, y sería darme una importancia que no merezco. ¿Queréis conocer los autores de los acontecimientos pasados y del orden actual? Consultad los anales; examinad las leyes, el régimen de los antiguos mandatarios, la influencia de la religión y del dominio extranjero; observad los primeros actos del gobierno republicano, la ferocidad de nuestros enemigos y el carácter nacional.

¡Legisladores! Yo deposito en vuestras manos el mando supremo. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de la República: en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria; ellas sellarán los decretos que fijen nuestra Libertad. Multitud de beneméritos hijos tiene la patria, capaces de dirigirla, talentos, virtudes, experiencia y cuanto se requiere para mandar a hombres libres, son el patrimonio de muchos de los que aquí representan el pueblo; y fuera de este soberano cuerpo se encuentran ciudadanos que en todas épocas han demostrado valor para arrostrar los peligros, prudencia para evitarlos y el arte, en fin, de gobernarse y de gobernar a otros. Estos ilustres varones merecerán sin duda los sufragios del Congreso y a ellos se encargará del gobierno, que tan cordial y sinceramente acabo de renunciar para siempre.

La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente. Ya, pues, que por este acto de mi adhesión a la libertad puedo aspirar a la gloria de ser contado entre sus más fieles amantes; permitidme.

Echando una ojeada sobre lo pasado, veremos cuál es la base de la República.
Al desprenderse la América de la Monarquía Española, cada desmembración formó entonces una nación independiente conforme a su situación o a sus intereses; pero con la diferencia de que aquellos miembros volvían a restablecer sus primeras asociaciones. Nosotros ni aún conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiempo; no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el más extraordinario y complicado. Todavía hay más; nuestra suerte ha sido siempre puramente pasiva, nuestra existencia política ha sido siempre nula y nos hallamos en tanta más dificultad para alcanzar la Libertad, cuanto que estábamos colocados en un grado inferior al de la servidumbre; porque no solamente se nos había robado la Libertad, sino también la tiranía activa y doméstica. Permítaseme explicar esta paradoja. En el régimen absoluto, el poder autorizado no admite límites. La voluntad del déspota es la Ley Suprema, ejecutada arbitrariamente por los subalternos que participan de la opresión organizada en razón de la autoridad de que gozan. Ellos están encargados de las funciones civiles, políticas, militares y religiosas; pero al fin son persas los sátrapas de Persia, son turcos los bajaes del gran señor, son tártaros los sultanes de la Tartaria. La China no envía a buscar mandarines a la cuna de Gengis Kan, que la conquistó. Por el contrario, la América todo lo recibía de España que realmente la había privado del goce y ejercicio de la tiranía activa, no permitiéndose sus funciones en nuestros asuntos domésticos y administración interior. Esta abnegación nos había puesto en la imposibilidad de conocer el curso de los negocios públicos; tampoco gozábamos de la consideración personal que inspira el brillo del poder a los ojos de la multitud, y que es de tanta importancia en las grandes revoluciones. Lo diré de una vez, estábamos abstraídos, ausentes del universo en cuanto era relativo a la ciencia del Gobierno.

Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que, instigado por el sentimiento de su fuerza, marcha con la seguridad del hombre más perspicaz, y dando en todos los escollos no puede rectificar sus pasos. Un pueblo pervertido si alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles, y todo debe someterse a su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes que el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad. Así, legisladores, vuestra empresa es tanto más ímproba cuanto que tenéis que constituir a hombres pervertidos por las ilusiones del error y por incentivos nocivos. La libertad, dice Rousseau, es un alimento suculento pero de difícil digestión. Nuestros débiles conciudadanos tendrán que enrobustecer su espíritu mucho antes que logren digerir el saludable nutritivo de la libertad. Entumidos sus miembros por las cadenas, debilitada su vista en las sombras de las mazmorras, y aniquilados por las pestilencias serviles, ¿serán capaces de marchar con pasos firmes hacia el augusto Templo de la Libertad? ¿Serán capaces de admirar de cerca sus espléndidos rayos y respirar sin opresión el éter puro que allí reina?

Mi deseo es que todas las partes del gobierno y administración adquieran el grado de vigor que únicamente puede mantener el equilibrio, no sólo entre los miembros que componen el Gobierno, sino entre las diferentes fracciones de que se compone nuestra sociedad. Nada importaría que los resortes de un sistema político se relajasen por su debilidad, si esta relajación no arrastrase consigo la disolución del cuerpo social y la ruina de los asociados. Los gritos del género humano en los campos de batalla, o en los campos tumultuarios claman al cielo contra los inconsiderados y ciegos legisladores, que han pensado que se pueden hacer impunemente ensayos de quiméricas instituciones. Todos los pueblos del mundo han pretendido la libertad; los unos por las armas, los otros por las leyes, pasando alternativamente de la anarquía al despotismo o del despotismo a la anarquía; muy pocos son los que se han contentado con pretensiones moderadas, constituyéndose de un modo conforme a sus medios, a su espíritu y a sus circunstancias.

No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la región de la libertad, descendamos a la región de la tiranía. De la libertad absoluta se desciende siempre al poder absoluto, y el medio entre estos dos términos es la suprema libertad social. Teorías abstractas son las que producen la perniciosa idea de una libertad ilimitada. Hagamos que la fuerza pública se contenga en los límites que la razón y el interés prescriben; que la voluntad nacional se contenga en los límites que un justo poder le señala: que una legislación civil y criminal, análoga a nuestra actual Constitución domine imperiosamente sobre el Poder Judiciario, y entonces habrá un equilibrio, y no habrá el choque que embaraza la marcha del Estado, y no habrá esa complicación que traba, en vez de ligar, la sociedad.


Para formar un gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional, que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales: moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública. Los términos que fijan teóricamente estos dos puntos son de una difícil asignación; pero se puede concebir que la regla que debe dirigirlos es la restricción, y la concentración reciproca a fin de que haya la menos frotación posible entre la voluntad y el poder legítimo. Esta ciencia se adquiere insensiblemente por la práctica y por el estudio. El progreso de la luces es el que ensancha el progreso de la práctica, y la rectitud del espíritu es la que ensancha el progreso de las luces.

Dignaos conceder un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad.”


Fuente: Excertas de Bolívar, Simón, “Congreso de Angostura: Discurso pronunciado el 15 de febrero de 1819” en su versión electrónica en http://www.retoricas.com/2009/06/discurso-simon-bolivar-angostura-1819.html