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Apuntes sobre la Ciudad Blanca II: ¿Puede un mito
volverse realidad?
Por Esther Alexandra Garwer y
Rolando Zelaya y Ferrera
De acuerdo a los relatos
de los Pech más ancianos, “…hace unos 500
años llegaron a la Mosquitia al área del Rio Plátano unos seis mil colonos
provenientes según nos han dicho de lugares de lo que hoy conocemos como Sur
América; la primera colonia fue fundada en un lugar que nosotros llamamos
Chilmeca, localizada cerca de "CASA
BLANCA" y nuestros mayores nos relatan que ellos nacieron y crecieron
en una ciudad labrada en piedras blancas y que por eso le llamaban casa blanca,
de boca en boca por cientos de años se ha creado esta historia de "LA CIUDAD BLANCA”. “Esta fue construida por los Dioses, que
transformaron gigantes piedras en diversas figuras, anímales salvajes y gigantes
artefactos de procesar granos (piedras de moler), al preguntárseles a estos
ancianos que fue lo que pasó con esta ciudad, que porque no se pueden encontrar
sus ruinas y el lugar de su asentamiento, ellos dicen que la causa de todo se
inició cuando un indio Tawaka abandonó esta ciudad por haber sido discriminado
por la comunidad que allí vivía, él conjuro un "maleficio" contra la
ciudad y sus habitantes. Poco tiempo
después empezó a suceder toda clase de calamidades, plagas y toda clase de
catástrofes, el pueblo (los Pech) entendieron de que ya no podían seguir
viviendo allí y que tenían que emigrar a otro lado, y es lo último que ellos
han escuchado por medio de los relatos hablados de sus antepasados de esa
ciudad”.
Posteriormente durante
la invasión española en Honduras, el tres de setiembre de 1526, un atribulado
Hernán Cortés escribía sus impresiones de América, al Emperador Carlos V. En
esa misiva, más tarde conocida como Carta
de Relación Nº 5, el conquistador hacía alusión a la existencia de una
ciudad desconocida, y de la cual decía: “Por
otra parte dolíame el ánima dejar aquella tierra en el estado y coyuntura que
la dejaba, porque era perderse totalmente; y tengo por muy cierto que en ella
vuestra majestad ha de ser muy servido y que ha de ser otra Culúa, porque tengo
noticia de muy grandes y ricas provincias, y de grandes señores en ellas, de
mucha manera y servicio, en especial de una que llaman Hueitapalan, y en otra
lengua Xucutaco, que ha seis años que tengo noticia de ella, y por todo este
camino he venido en su rastro, y tuve por nueva muy cierta que está ocho o diez
jornadas de aquella villa de Trujillo, que pueden ser cincuenta o sesenta
leguas. Y de ésta hay tan grandes nuevas, que es cosa de admiración lo que de
ella se dice, que aunque falten los dos tercios, hace mucha ventaja a esta de
México en riqueza, e iguálale en grandeza de pueblos y multitud de gente y
policía de ella. Estando en esta perplejidad, consideré que ninguna cosa puede
ser bien hecha ni guiada si no es por mano del Hacedor y Movedor de todas, e
hice decir misas y hacer procesiones y otros sacrificios, suplicando a Dios me
encaminase en aquello en que él más se sirviese”.
Hueitapalan –Xucutaco, que en el antiguo idioma nahuatl –maya, significa Ciudad Blanca, se creía rivalizaba en majestuosidad con las antiguas metrópolis mexicanas del tiempo anterior a la conquista. La leyenda señalaba a la impenetrable mosquitia hondureña como su lugar de origen, que custodiaría aquellas ruinas míticas, también conocida por los locales como Kaha Kamasa, ciudad del Mono Dios.
La segunda referencia sobre esta misteriosa ciudad tiene lugar 18 años más tarde, a través de la pluma del Obispo Cristóbal Pedraza, que en “Relación de la Provincia de Honduras” (1544) escribe: que “desde la cima de una montaña él pudo observar un ventajoso punto” (mirador), donde describió “un extenso establecimiento indio desconocido, en un plano terreno cerca de la cuenca de los ríos Sico y Negro”. Luego de unos años de silencio, la historia de Ciudad Blanca retoma la luz pública en 1939, a través de Theodore Morde, un estudioso norteamericano, quién inspirado en el relato del Obispo Pedraza, emprende una expedición a la selva de la Mosquitia, en busca de la ciudadela perdida.
Después de él, muchos
buscaron la ciudad e inclusive perdieron su vida por encontrarla. En el proceso
más de 200 sitios arqueológicos fueron hallados y todos fueron en su momento, declarados como la Ciudad
Blanca. Hoy con la exploración de Steve Elkins bajo patrocinio de Nat Geo, se
ha vuelto a poner a la Ciudad Blanca en el centro de la polémica: unos
basándose en la verdad científica y otros en la necesidad de poner un producto
televisivo sensacionalista a disposición de un público ávido de cosas nuevas
para ver.
Sin embargo si las cosas
se ponen en la perspectiva correcta todo se aclara de la siguiente manera:
En el documental de Nat
Geo “La Ciudad Blanca Perdida del Dios
Mono”, con relación al hecho de que la expedición encontró la Ciudad
Blanca, en el minuto 39:12 el narrador afirma “nadie del equipo hizo tal declaración”. En el minuto 39, Douglas
Preston, miembro de la expedición afirma: “ellos
no encontraron la Ciudad Blanca, la Ciudad Blanca es una leyenda; pero lo que
si encontraron fue una gran ciudad antigua que pertenece a una de las culturas
más misteriosas y sin estudiar de América. Ni siquiera tiene nombre formal”.
La comunidad científica
está clara que para afirmar que es la Ciudad Blanca, habría que encontrar
restos materiales con algún símbolo que permitiera identificar la misma con ese
nombre, para que la leyenda dejara de serlo y volverse realidad. Mientras ello
no ocurre, no puede afirmarse que es la Ciudad Blanca, o la énesima Ciudad
Blanca encontrada en la Mosquitia Hondureña. Pero las cadenas de televisión (recuerden
que NatGeo ahora le pertenece a FOX) para mercadear la expedición y su
documental la presentan como el descubrimiento de la Ciudad Blanca; son ellos
los que afirman esto no los científicos.
La confirmación de la Ciudad Blanca sería el
descubrimiento más importante del siglo 21. Expertos de Honduras recomiendan al
Gobierno conformar un comité de alto nivel entre nacionales y extranjeros para
estudiar la zona y hacer un trabajo científico concreto.
Ricardo Agurcia, reconocido arqueólogo hondureño, cuestiona el posible descubrimiento que trasciende a nivel mundial porque el equipo de investigación conformado dice que no es reconocido y tampoco se sabe de las instituciones que participaron y si hay hondureños expertos involucrados. “Lo que he podido ver tiene muy poco criterio científico. Me extraña también que una noticia de este tipo salga publicada primero fuera de Honduras”.
Apunta que lo que muestra la revista no tiene las características de lo que la leyenda menciona y no es desconocido que en La Mosquitia hay muchos asentamientos arqueológicos. “¿Lo que encontraron es una ciudad? Una ciudad se define arqueológicamente como un sitio de ocupación humana con una población mayor de 10 mil habitantes. Eso se verifica con arqueología de campo y registros de casas. ¿Es blanca? En ninguna de las fotos veo que así sea. En la leyenda de la Ciudad Blanca que conozco debe haber una estatua de mono de oro. Si esta es la Ciudad Blanca, dónde está ese mono. Le veo muchos tintes de aventura, de película de Hollywood, como si fuera una cinta de Indiana Jones. Eso no es ciencia”, señala Agurcia.
La arqueóloga hondureña Eva Martínez coincide con Agurcia en que no se trata de un descubrimiento y que la Ciudad Blanca sigue siendo un mito. “La Mosquitia hondureña ha sido estudiada por arqueólogos desde hace varias décadas. El lugar que menciona National Geographic puede ser uno de los sitios arqueológicos ya registrados en el Instituto Hondureño de Antropología e Historia ( Ihah)”. La docente de la carrera de Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras dice que la publicación internacional carece de credibilidad. “Cualquier sitio arqueológico en La Mosquitia podría recibir ese nombre. La Ciudad Blanca es un mito, una leyenda. La publicación no es una investigación académica y nos da una idea equivocada de la labor de la arqueología”, afirmó. Martínez recomienda al Gobierno que siga el proceso legal y normativo del Ihah y se solicite una investigación arqueológica concreta, ya que se desconoce el objetivo del trabajo de campo de la Universidad de Colorado o si se trata de algo preliminar. Ante la difusión del supuesto descubrimiento considera que el Gobierno debe blindar La Mosquitia por los saqueos de piezas que ya se han estado dando y que pueden aumentar.
El arqueólogo estadounidense William Fash, quien radica en Copán desde hace varias décadas, considera la noticia del posible descubrimiento de la Ciudad Blanca como alentadora porque hace del conocimiento mundial que hay asentamientos grandes e importantes con esculturas monumentales característicos de la cultura mesoamericana en Honduras. “Lo que es nuevo para mí como investigador es el hallazgo de una escultura en el lugar. Se sabía que había petroglifos o arte rupestre, pero en la foto aparece una cultura muy mesoamericana. Eso es importante porque ya se había publicado que el sitio tiene un amplio campo de pelota que también es muy mesoamericano. Podemos decir que es de esa cultura y no del área intermedia, como Nicaragua o Costa Rica”, dijo el experto egresado de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
El artículo que publicara la prestigiosa revista National
Geographic la semana pasada sobre el hallazgo de una Ciudad Blanca en la zona
selvática de La Mosquitia, al este de Honduras, ha provocado un revuelo
internacional.
El descubrimiento fue divulgado en decenas de
medios de comunicación de todo el mundo, en vista de la importancia de una
posible civilización perdida aún no perturbada por la mano del hombre.
Sin embargo, la forma en la que se dieron a conocer
los hechos parece haber incomodado a estudiosos en la materia, quienes
calificaron las declaraciones como exageradas. En una carta pública, estudiosos
de diversas centros de educación superior internacionales, entre ellos la
Universidad de Berkely, Kansas, Colorado, Londres, Calgary y hasta de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), sostienen que National
Geographic desconoce investigaciones previas en la zona y sensacionalizó la
arqueología.
"Escribimos
para expresar nuestra seria preocupación sobre los artículos recientes que
proclaman el descubrimiento de una ciudad perdida o civilización perdida en
Honduras.
Consideramos
que estos artículos:
1) realizan
declaraciones exageradas sobre el “descubrimiento”,
2) ignoran
las extensivas investigaciones previas desarrolladas en la región,
3) desconocen
la familiaridad de los residentes locales con la región,
4) sensacionalizan la práctica de la
arqueología y
5) utilizan
un discurso ofensivo y anticuado, contradictorio con los esfuerzos
substanciales de la antropología en aras de la inclusión y la multivocalidad",
inicia la publicación fechada el 6 de marzo.
Aclaran que la región "ha sido objeto de investigación arqueológica durante la mayor parte del
siglo pasado y especialmente en las últimas dos décadas. Las intensivas
investigaciones previas han sido dirigidas por arqueólogos, geógrafos y otros
científicos".
"Lejos
de ser desconocida el área ha sido el foco de varios trabajos académicos y
populares, incluyendo dos tesis de Maestría, una tesis doctoral, dos libros
populares, dos documentales, numerosos artículos y presentaciones y una serie
de folletos recientemente publicados por un periódico hondureño",
apunta en referencia a diario EL HERALDO.
Por su parte, el arqueólogo que encabezó la
expedición a Honduras, Chris Fisher, dijo al diario The Guardian que estaba
sorprendido por las críticas. "Nunca
dijimos que es la Ciudad Blanca o la ciudad perdida del dios mono. Los
artículos no son pensamientos científicos y no negamos que los pobladores
locales pudieran tener conocimiento de estos sitios. Pero el área estaba
desocupada y relativamente virgen después de todos estos siglos",
comentó.
De acuerdo al arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia, "la fuerza motivadora detrás de la expedición es la producción de una película". "Esta es una búsqueda-aventura y pretende hacer ver este mito como la gran Ciudad Blanca perdida en el este de Honduras. Pienso que justo ahí iniciaron con el pie equivocado", dijo Agurcia a The Star.
No se deje sorprender;
no se ha despejado ningún mito, no todavía, y es posible que la Ciudad Blanca
aún esté esperando ser descubierta.
Fuentes:
1.- “Ciudad Blanca Donde reina el Mono Dios” por Débora Goldstern©
en su versión electrónica en http://cronicasubterranea.blogspot.com/2009/09/ciudad-blanca-donde-reina-el-mono-dios.html
2.- Diarios La Tribuna, El Heraldo y La Prensa
3.-
Documental de NAt Geo “Explorer: Legend of the Monkey God”
4.- “Ciudad Blanca es un mito para arqueólogos hondureños”, 4.3.2015, Diario La Prensa, en su versión electrónica en http://www.laprensa.hn/honduras/816926-410/ciudad-blanca-es-un-mito-para-arque%C3%B3logos-hondure%C3%B1os, consultada el 27/4/2016.
5.- "Nunca dijimos que era la Ciudad Blanca o la ciudad del dios mono", 12-3-2015, Diario El Heraldo en su versión electrónica en http://www.elheraldo.hn/pais/821784-214/nunca-dijimos-que-era-la-ciudad-blanca-o-la-ciudad-del-dios consultado el 27/4/2016.
Las noticias del hallazgo de la Ciudad Blanca no son nuevas,
Diario LA TRIBUNA constató en documentos del Archivo Nacional, que esa zona ya había
sido descubierta e incluso fue declarada Parque Arqueológico Nacional, mediante
el decreto número 79-69 del Congreso Nacional, presidido por el extinto nacionalista
Mario Rivera López en 1969.(Foto cortesía La Tribuna)
Toda esa investigación hecha por esta revista , y que contiene visos de mucha fantasia: dará paso para que aparesca el sucesor del actor Harrison Ford, ícono de la de la zaga de aventuras holliwodenses ; el cual se llamará Indiana JOH. Por cierto, oriundo de Honduras el compa .
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