RAICES HONDUREÑAS DEL GENERAL CABAÑAS
Tomado de Diario La Tribuna, Anales Históricos 19 junio, 2011
Juan Valladares Rodríguez
-I-
Un de los fines primordiales que profesa la Academia Hondureña de
Geografía e Historia de Honduras, es el mejor conocimiento y la
exaltación que debemos a quienes nos legaron patria y honor. En
cumplimiento de esta obligación, tan grata a sus miembros, la academia
ha dedicado un número extraordinario de su revista a la memoria del
General Cabañas, en el primer centenario de su tránsito a la
inmortalidad.
Por
causas no previstas, este breve ensayo no pudo ser incluido en la
publicación conmemorativa. Pero la fecha natalicia de José Trinidad
Cabañas es oportuna para recordar las hondas raíces que él tiene en esta
tierra generosa, que también es madre de sus consanguíneos Dionisio de
Herrera y Juan Lindo.
Investigar los vínculos que nos muestran el profundo arraigo que en
esa parcela centroamericana tienen algunos de los constructores de
nuestra nacionalidad; probar que su hondureñidad se ahonda a lo largo de
varias generaciones; ubicarlos dentro de su familia y bajo el cielo
donde ellos vieron la luz primera; anudarlos con los lazos
indestructibles de la sangre y de los caros afectos de la niñez y
juventud y fortalecer nuestro origen común como nación; es sustentar
los vínculos indisolubles de la sangre y del espíritu hondureñista que
debe mantenernos unidos para que de veras formemos la patria digna,
libre y respetable que soñaron nuestros mayores.
Dar a conocer las profundas y entrañables raíces que el General
Cabañas tiene en la hondureñidad, exhumando fechas, nombres y
parentescos, es tarea gratísima para quienes todavía profesamos amor y
veneración a la memoria de nuestros pares, y a la de los padres de
nuestros padres, que también es amor a la patria.
Los nombres y vinculaciones que irán apareciendo en el curso del
presente ensayo pueden servir para que otro aficionado a las genealogías
componga un estudio menos breve y más enaltecedor para el General
Cabañas, el hondureño que con su probidad heroica nos sigue enseñando
que el primer deber de todo ciudadano es servir a la patria con total
desprendimiento.
En Escritura que paso ante Don Gabriel de Irías, alcalde Ordinario de
Segunda Nominación de la Real Villa de Tegucigalpa, consta que a 19 de
noviembre de 1792, doña Josefa, doña Joaquina y don José María Cabañas;
padre de don José Trinidad “hermanos, hijos legítimos del Capitán don
Vicente Cabañas, vecino que fue del partido de Olancho, y de doña María
Antonia Herrera”, declararon: “que resultas de haver (estado)
prisionero su padre por los yngleses en la guerra del año de mil
setecientos setenta y dos en la Isla de Jamaica, de donde se restituyo
en La Habana, y en servicio del Rey Nuestro Señor, tienen noticias que
por esta causa existen en la caja militar de Comayagua algunos dineros
de sueldos devengados por el citado su padre, y para poderlos cobrar han
venido en otorgar su poder cumplido, quanto en derecho se requiere y es
necesario, al Rexidor de este Ayuntamiento Dn. Manuel Antonio Vásquez y
Rivera…”.
Por la partida de matrimonio de los padres del General Cabañas
conocemos los nombres de sus cuatro abuelos; pero esta escritura de
poder también nos revela los nombres de doña Joaquina y doña Josefa
Cabañas, hermanas legítimas de don José María, quienes de seguro eran
solteras en aquella fecha, porque de otra manera constaría la necesaria
licencia marital.
Muchos años antes del nacimiento de don José María Cabañas, vivía en
el Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa con Francisco Cabañas,
casado con doña María del Rosario Rivera, tal vez emparentado con la
familia de don Vicente Cabañas, abuelo del General Cabañas, hija de este
matrimonio tegucigalpense fue doña María Francisca Cabañas, señora que a
principios de 1754 se veló en esta parroquia con don Francisco Antonio
Urmeneta natural de los reinos de España e hijo legítimo de don Gaspar
Urmeneta, y de doña Luisa Alcain. Años mas tarde, cuando estaba por
nacer o recién nacido don José Maria Cabañas, a mediados de 1771, en
esta misma parroquia de Tegucigalpa, otra hija del matrimonio
Rivera-Cabañas, llamada Juana, caso con don Matías Mariano del Pino,
natural de la ciudad de Quito e hijo legítimo de don Esteban del Pino y
de doña Maria Manuela de Jara y Garcés.
Alguien con más dedicación y con mejor suerte puede llegar a
esclarecer los enlaces consanguíneos que puedan haber existido entre los
Cabañas de Olancho el viejo con la familia del capitán don Vicente
Cabañas, abuelo de don José Trinidad.
-II-
Doña Maria Antonia Herrera, la abuela paterna del General Cabañas,
fue hija legítima de don José de Herrera y de doña Leocadia Rivera, que
también fueron los padres de Maria Francisca, José Antonio, Maria
Mercedes, Maria Manuela, Francisca, Juan Jacinto, Maria Escolástica y
Maria del Carmen Herrera Rivera. De estos hermanos, don Juan Jacinto de
Herrera caso en primeras nupcias con doña Paula Díaz del Valle, tía
carnal del sabio Valle, unión de la que nacieron don Dionisio, don
Justo y don Prospero de Herrera.
Don Juan Jacinto de Herrera fue cuñado del capitán don Vicente
Cabañas, esposo de doña Maria Antonia Herrera; por consiguiente, don
José Maria, el padre del General Cabañas, fue primo hermano carnal de
don Dionisio de Herrera; de aquel ciudadano prudente, integro, que
después de haber sido gobernante de dos estados y de haber rehusado el
gobierno de otro, murió en honrosa pobreza cuando era maestro de una
humilde escuela de primeras letras.
Viudo de doña Paula Díaz del Valle, don Juan Jacinto de Herrera
contrajo matrimonio con doña Isidora Borjas, viuda en primeras nupcias
de don Andrés de Cepeda. En la información matrimonial seguida por el
Br. Don Juan Francisco Márquez, cura propio de la Villa de Tegucigalpa, a
3 de Enero de 1809 aparece declarando “Dn. Josef Maria Cavañas, vecino
conocido dijo ser de edad de treinta y seis, quien premiso el juramento
del caso ofreció decir verdad en lo que fuese interrogado; y siéndolo
conforme al tenor del escrito y demás artículos de la materia, dice:
“que conoce de trato y comunicación a su tío Dn. Juan Jacinto Herrera,
Alcalde Provisional de este Noble Ayuntamiento, y a doña Ysidora Borjas,
viuda últimamente de Dn. Miguel Guerrero…”. Esta declaración viene a
confirmar dos hechos apuntados arriba: el cercano parentesco entre don
Dionisio de Herrera y don José María Cabañas y la época del nacimiento
de este, ocurrido por los años de 1771 y 1772.
Don Céleo Arias refiere que cuando fue sitiada la ciudad de Comayagua
por tropas federales al mando del Coronel Justo Milla, en abril y mayo
de 1827, don José María Cabañas se presentó con sus tres hijos Trinidad,
Urbano y Gregorio al Jefe de Estado don Dionisio de Herrera,
ofreciéndole los servicios de los tres jóvenes. Agrega, que “desde ese
día el joven José Trinidad Cabañas se hizo notable por su entusiasmo y
valor”. Pero no fue en el asedio de Comayagua donde por primera vez
empuñó las armas el soldado José Trinidad Cabañas, porque él mismo
afirma que “comenzó su carrera militar en el año de 1826” según aparece
de la certificación en que hace constar los servicios del Teniente
Coronel don Ciriaco Mejía, extendida en Comayagua el 5 de enero de 1870.
De los hermanos del General Cabañas, apenas he logrado averiguar que
el primogénito del matrimonio Cabañas-Fiallos nació en la Villa de
Tegucigalpa el 27 de Noviembre de 1802, a quien se le impusieron los
nombres de José Gregorio Francisco María, sacándolo de pila doña Juana
María Rivera, la misma que también fue Madrina de bautismo del General
Cabañas.
A 1º de Diciembre de 1814 del Dr. Don Juan Miguel Fiallos, Dignidad
de Arcediano, Provisor y Vicario General de la Diócesis de Comayagua,
fue nombrado Gobernador General del obispado, sin limitación alguna, por
el Ilmo. Sr. Don Manuel Julián Rodríguez del Barranco, el ultimo Obispo
hizo viaje a la ciudad de Guatemala en busca de salud, para no volver
más a su silla.
Probablemente, a fines del año de 1810 don José María Cabañas se
trasladó con su familia a Comayagua, buscando la protección o llamado
por el Dr. Fiallos, hermano legítimo de su esposa doña Juana María
Fiallos. Estando cerca de tan poderoso protector y pariente, la familia
Cabañas-Fiallos debe de haber subsistido con algún desahogo. Prueba de
ello es que no hay constancia de que regresaran a vivir de nuevo a
Tegucigalpa.
Parece que el General Cabañas no tuvo hijos de su matrimonio con doña
Petronila Barrios. De sus hijos naturales, si acaso tuvo varios, solo
conozco a doña Rafaela Cabañas, casada con don Manuel Antonio Ugarte,
hijo legítimo de don Dámaso Ugarte y de doña María Francisca Laínez. Del
matrimonio Ugarte-Cabañas nació el 11 de junio de 1866 una niña, hija
única de este matrimonio bautizada con los nombres de María Francisca,
esposa que fue de don Julio Díaz Ugarte. Doña Rafaela Cabañas falleció a
la edad de veintiocho años, el 3 de septiembre de 1866, según apuntes
familiares de su esposo don Manuel Antonio Ugarte.
-III-
El Capitán de Granaderos don José de Zelaya y Midence, “descendiente
de los más antiguos pobladores y conquistadores”, Regidor perpetuo del
Noble Ayuntamiento de la Villa de Tegucigalpa y Alcalde Provisional de
la Santa Hermandad, fue hijo legítimo del Comisario don Francisco de
Zelaya y de doña Antonia Midence. El Capitán Zelaya Midence casó en
esta parroquia de San Miguel con doña María de la Rosa Fiallos, hija
legítima de don José Fiallos y de doña Bernarda Lozano Peña. De este
matrimonio, cuya velación tuvo lugar el 27 de Enero de 1763, nacieron:
Antonia Josefa, María Antonia, Ubalda Josefa, Juana Josefa, Bárbara
Josefa, José Simón, José Ramón y José Jerónimo Zelaya Fiallos.
Doña Bárbara Zelaya Fiallos contrajo matrimonio con don Joaquín
Fernández Lindo, natural de la ciudad de León de Nicaragua, en donde
nació el 19 de octubre de 1764, del matrimonio de don Alonso Lindo con
doña María Mercedes Molina. De la alianza Fernández Lindo-Zelaya,
verificado el 21 de diciembre de 1785, vino al mundo don Juan
Nepomuceno Fernández Lindo, que debe de haber nacido hacia el año de
1790, Jefe de dos Estados Centroamericanos, don Juan Lindo promovió y
protegió la fundación de sus respectivas universidades.
Doña Rosa Fiallos, abuela materna de don Juan Lindo, fue hermana de
don Manuel Fiallos, el abuelo materno del General Cabañas; de manera que éste y don Juan Lindo eran primos segundos, hijos ambos de dos
primas hermanas: doña Juana María Fiallos y doña Bárbara Zelaya Fiallos.
Don José de Zelaya y Midence, en pago de un voto hecho a la
Santísima Virgen por haberlo sanado milagrosamente del mal de piedra, de
su peculio y con la ayuda de los vecinos y limosnas que al efecto
recaudó, en el año de 1780 levantó la primera ermita que tuvo Nuestra
Señora de Suyapa.
El 31 de agosto de 1743, ante el Maestro de Campo don Gaspar de
Artica, Teniente de Alcalde Mayor del Real de Minas de Tegucigalpa, el
Alférez don José Fiallos, hijo legitimo de don Pedro Fiallos y de doña
Juana de Cepeda (tatarabuelos del General Cabañas); encontrándose el
testador enfermo en cama, “de achaques de Dios Nuestro Señor ha sido
servido de darme, pero en mi entero juicio, memoria y entendimiento
natural”, otorgo su última voluntad, en la que declara haber sido
casado y velado con doña Bernarda Lozano Peña, difunta, con quien
procrearon a Juana María, María de La Rosa (abuela materna de don Juan
Lindo), José Alejandro y Manuel (abuelo materno del General Cabañas).
También declaro ser dueño, entre otros bienes, de ocho caballerías de
tierra medidas y compuestas con su Majestad en el sitio de Suyapa, y en
ellas casa de vivienda de tejas y otra de trapiche corriente y moliente,
una suerte de caña…”.
El abuelo paterno del General Cabañas, don Manuel Fiallos, contrajo
matrimonio con doña Isabel María Castellón, hija legítima de don Nicolás
Castellón y de doña María de la Concepción Díaz; se desposaron el 20 de
mayo de 1754 en la parroquia del Real de Minas de Tegucigalpa,
habiéndose velado el 22 de noviembre del mismo año.
Dejo para otra ocasión -si el Señor me concede otra prórroga-
escribir algo sobre otra rama de la familia Fiallos, cuyo origen viene
de otro don Pedro Fiallos, casado con doña Isabel García, de quienes
descienden el Dr. Máximo Soto Fiallos, el Dr. Ramón Rosa, el Dr. Marco
Aurelio Soto, el Dr. Carlos Alberto Uclés, el Dr. Juan Manuel Fiallos
Salgado, el Ing. don Enrique Constantino Fiallos Montiel, el Presbo.
don Agapito Fiallos Martínez y Monseñor Ernesto Fiallos Lanza, entre
otros nombres ilustres.
En Honduras, donde hay hasta profesionales cuya genealogía no va más
allá de su padre, porque ignoran los nombres de sus abuelos, conocer los
nombres de estos es toda una proeza genealógica. En esta medida, los
datos apuntados sobre los próximos ascendientes del General Cabañas
serían bastante para contentar a cualquiera; pero demasiado sé que no
son otra cosa que elementos para formar, con la seguridad que dan
documentos de primera mano, la genealogía de tres de nuestros grandes
hombres, que están unidos por los vínculos de la sangre: Dionisio de
Herrera, el gobernante que supo perdonar, ordenando destruir los
documentos en que aparecían comprometidos los enemigos que intentaban
derrocarlo; Juan Lindo, promotor de dos universidades, y José Trinidad
Cabañas, el ciudadano de la probidad acrisolada, el que se conformó con
el tesoro de la plata que resplandece sobre su pecho. Porque un pelo de
la barba de Cabañas es todo un programa de gobierno: resume la
probidad, la entereza y el valor cívico de que tanto necesita nuestra
pobre Honduras.
Tegucigalpa, doce de junio de 1871.
Tomado de la REVISTA EXTRA, Año XI, Junio de 1971, páginas 15, 16 y 17
Director Oscar Acosta
Tegucigalpa, Honduras, C.A.