domingo, 10 de marzo de 2013

¿POR QUÉ FRACASÓ LA FEDERACIÓN CENTROAMERICANA?





Por: Rolando Zelaya y Ferrera.

En 1823, una vez fracasado el Imperio Mexicano, el Congreso, reunido en Guatemala, proclamó la independencia absoluta de Centro América, que unía las cinco provincias en una República Federal, cuyo primer Presidente fue el salvadoreño Manuel José Arce, que favorecía los intereses de los principales comerciantes del extinto Reino de Guatemala, los Aycinena y los Valle.

Su establecimiento significó el triunfo de los liberales y de los ideales republicanos y progresistas; sin embargo, la vida de esta República fue difícil desde el principio ya que nació endeudada: ya para el 15 de septiembre de 1821 se debían 3,138,451 pesos incluyendo un adelanto de un millón de pesos de la Casa de la Moneda que debían ser reintegrados.

En 1831, la deuda federal engrosada por la deuda externa ascendía a 4,748,966 pesos. El caos financiero acompañó la constitución de la república por lo que inicia con un poder débil y en crisis permanente, cuya existencia administrativa dependió de préstamos que en una década endeudaron al país en más del 50%. Francisco Morazán, caudillo hondureño, electo presidente en 1830, se propuso fortalecer la Federación, pero con métodos que crearon repudio dentro de los estados y enfrentamientos, sobre todo con los sectores más conservadores.

La gran dificultad del nuevo país centroamericano consistió en hacer funcionar armónicamente un poder federal y cinco voluntades estatales; por ello,  la constitución federal es una transacción entre el federalismo y el estatismo.

Se copia el régimen federal adecuándolo a las necesidades de las oligarquías locales del momento, por esta razón, la primera constitución más que estar plagada de contradicciones (creación de un senado federal y un órgano legislativo local…Un presidente federal y un jefe de estado independiente por cada una de las provincias), nos ejemplifica claramente como los distintos grupos negociaron a través de ella, los alcances y limitaciones que permitirían a todos ellos co-existir.

Es tan fuerte este sentimiento que, aún en la constitución de Honduras de 1982 se encuentran este tipo de contradicciones (ver artículos 2 y 3 de la Constitución de Honduras de 1980).

La gran dificultad del estado federal fue la falta de apoyo económico, la falta de un sentido de integración por parte de cada uno de los estados, la manipulación Guatemalteca y la inconsistencia de la legislación federal que lejos de incentivar la estructuración regional incentivo la estructuración local.

Aunado a esto, hay que sumar la casi total ausencia de vías de comunicación, el irregular poblamiento de las regiones, el sistema de aduanas que funcionaba internamente (entre cada partido) y no externamente con otros países; la supervivencia de la economía de subsistencia agrícola-ganadera y la no existencia de rubros agrícolas de exportación significativos.

Bajo todas estas perspectivas podemos afirmar con toda certeza,  que el federalismo era un lujo y a la vez una solución para la república: era un lujo, porque demandaba grandes cantidades de dinero para cubrir un presupuesto Centroamericano, lo que obviamente hubiera mantenido unidos a estos países permitiéndoles un mejor desarrollo económico como región, representando la solución a largo plazo de la República.
Hay que sumar a ello las guerras civiles. La fuerza militar se vuelve regla en la resolución de los conflictos; esto demandó grandes gastos y debilitó al Estado y a las fuerzas productivas; el aislamiento entre los estados, agudizado por la falta de sistemas de transporte; la desarticulación regional; el enfrentamiento entre Guatemaltecos y provincianos, por resentimientos acumulados a través de décadas. Se veía a Guatemala como privilegiada y favorecida por el gobierno federal. "Con la proclamación de la Independencia vieron las oligarquías locales la oportunidad de librarse, no solo del tutelaje español, sino también del guatemalteco que, por su proximidad geográfica, resultaba más real y molesta" afirma Julio César Pinto.

También la libertad de cultos, reducción de diezmos y aprobación del matrimonio civil, que generaron el descontento del ala conservadora de la iglesia, la cual manejó a las masas a su favor; los decretos liberales revelaron el deseo de levantar a los humildes. Se abolieron la esclavitud y los títulos nobiliarios, y se hicieron planes para la enseñanza gratuita. Sin embargo, en su celo por el progreso, el comercio y la modernidad, olvidaron a los indígenas.

Con el fracaso de la federación se abre el camino para que cada estado sea realmente una república independiente, y se abre también el camino de lo que será la pauta futura del desarrollo político centroamericano: el separatismo.

Pese a no haberse seguido este camino, es notorio que Centroamérica actualmente, tanto en el plano regional como internacional, económicamente, es vista como un conjunto y funciona en conjunto, la unión política es la única que se desmembró entre 1836 y 1838, pero fuera de ella, Centroamérica continua funcionando como una sola unidad social, económica y comercial.

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