sábado, 23 de marzo de 2013

Próceres emparentados...

 RAICES HONDUREÑAS DEL GENERAL CABAÑAS

Juan Valladares Rodríguez

-I-
Un de los fines primordiales que profesa la Academia Hondureña de Geografía e Historia de Honduras, es el mejor conocimiento y la exaltación que debemos a quienes nos legaron patria y honor. En cumplimiento de esta obligación, tan grata a sus miembros, la academia ha dedicado un número extraordinario de su revista a la memoria del General Cabañas, en el primer centenario de su tránsito a la inmortalidad.
Por causas no previstas, este breve ensayo no pudo ser incluido en la publicación conmemorativa. Pero la fecha natalicia de José Trinidad Cabañas es oportuna para recordar las hondas raíces que él tiene en esta tierra generosa, que también es madre de sus consanguíneos Dionisio de Herrera y Juan Lindo.

Investigar los vínculos que nos muestran el profundo arraigo que en esa parcela centroamericana tienen algunos de los constructores de nuestra nacionalidad; probar que su hondureñidad se ahonda a lo largo de varias  generaciones; ubicarlos dentro de su familia y bajo el cielo donde ellos vieron la luz primera; anudarlos con los lazos indestructibles de la sangre y de los caros afectos de la niñez y juventud y fortalecer nuestro origen común como nación;  es sustentar los vínculos indisolubles de la sangre y del espíritu hondureñista que  debe mantenernos unidos para que de veras formemos la patria digna, libre y respetable que soñaron nuestros mayores.

Dar a conocer las profundas y entrañables raíces que el General Cabañas tiene en la hondureñidad, exhumando fechas, nombres y parentescos, es tarea gratísima para quienes todavía profesamos amor y veneración a la memoria de nuestros pares, y a la de los padres de nuestros padres, que también es amor a la patria.

Los nombres y vinculaciones que irán apareciendo en el curso del presente ensayo pueden servir para que otro aficionado a las genealogías componga un estudio menos breve y más enaltecedor para el General Cabañas, el hondureño que con su probidad heroica nos sigue enseñando que el primer deber de todo ciudadano es servir a la patria con total desprendimiento.

En Escritura que paso ante Don Gabriel de Irías, alcalde Ordinario de Segunda Nominación de la Real Villa de Tegucigalpa, consta que a 19 de noviembre de 1792, doña Josefa, doña Joaquina y don José María Cabañas; padre de don José Trinidad “hermanos, hijos legítimos del Capitán don Vicente Cabañas, vecino que fue del partido de  Olancho, y de doña María Antonia Herrera”, declararon:  “que resultas de haver (estado) prisionero su padre por los yngleses en la guerra del año de mil setecientos setenta y dos en la Isla de Jamaica, de donde se restituyo en La Habana, y en servicio del Rey Nuestro Señor, tienen noticias que por esta causa existen en la caja militar de Comayagua algunos dineros de sueldos devengados por el citado su padre, y para poderlos cobrar han venido en otorgar su poder cumplido, quanto en derecho se requiere y es necesario, al Rexidor de este Ayuntamiento Dn. Manuel Antonio Vásquez y Rivera…”.

Por la partida de matrimonio de los padres del General Cabañas conocemos los nombres de sus cuatro abuelos;  pero esta escritura de poder también nos revela los nombres de doña Joaquina y doña Josefa Cabañas, hermanas legítimas de don José María, quienes de seguro eran solteras en aquella fecha, porque de otra manera constaría la necesaria licencia marital.

Muchos años antes del nacimiento de don José María Cabañas, vivía en el Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa con Francisco Cabañas, casado con doña María del Rosario Rivera, tal vez emparentado con la familia de don Vicente Cabañas, abuelo del General Cabañas, hija de este matrimonio tegucigalpense fue doña María Francisca Cabañas, señora que a principios de 1754 se veló en esta parroquia con don Francisco Antonio Urmeneta natural de los reinos de España e  hijo legítimo de don Gaspar Urmeneta, y de doña Luisa Alcain. Años mas tarde, cuando estaba por nacer o recién nacido don José Maria Cabañas, a mediados de 1771, en esta misma parroquia de Tegucigalpa, otra hija del matrimonio Rivera-Cabañas, llamada Juana, caso con don Matías Mariano del Pino, natural de la ciudad de Quito e hijo legítimo de don Esteban del Pino y de doña Maria Manuela de Jara y Garcés.

Alguien con más dedicación y con mejor suerte puede llegar a esclarecer los enlaces consanguíneos que puedan haber existido entre los Cabañas de Olancho el viejo con la familia del capitán don Vicente Cabañas, abuelo de don José Trinidad.

-II-

Doña Maria Antonia Herrera, la abuela paterna del General Cabañas, fue hija legítima de don José de  Herrera y de doña Leocadia Rivera, que también fueron los padres de Maria Francisca, José Antonio, Maria Mercedes, Maria Manuela, Francisca, Juan Jacinto, Maria Escolástica y Maria del Carmen Herrera Rivera. De estos hermanos, don Juan  Jacinto de Herrera caso en primeras nupcias con doña  Paula Díaz del Valle, tía carnal del sabio Valle,  unión de la que  nacieron don Dionisio, don Justo y don Prospero de Herrera.

Don Juan Jacinto de Herrera fue cuñado del capitán don Vicente Cabañas, esposo de doña Maria Antonia Herrera; por consiguiente, don José Maria, el padre del General  Cabañas, fue primo hermano carnal de don Dionisio de Herrera; de aquel ciudadano prudente, integro, que después de haber sido gobernante de dos estados y de haber rehusado el gobierno de otro, murió en honrosa pobreza cuando era maestro de una humilde escuela de primeras letras.

Viudo de doña Paula Díaz del Valle, don Juan  Jacinto de Herrera contrajo matrimonio con doña Isidora Borjas, viuda en primeras nupcias de don Andrés de Cepeda. En la información matrimonial seguida por el Br. Don Juan Francisco Márquez, cura propio de la Villa de Tegucigalpa, a 3 de Enero de 1809 aparece declarando “Dn. Josef Maria Cavañas, vecino conocido dijo ser de edad de  treinta y seis, quien premiso el juramento del caso ofreció decir verdad en lo que fuese interrogado; y siéndolo conforme al tenor del escrito y demás artículos de la materia, dice: “que conoce de trato y comunicación a su tío Dn. Juan Jacinto Herrera, Alcalde Provisional de este Noble Ayuntamiento, y a doña Ysidora Borjas, viuda últimamente de Dn. Miguel Guerrero…”. Esta declaración viene a confirmar dos hechos apuntados arriba: el cercano parentesco entre don Dionisio de Herrera y don José María Cabañas y la época del nacimiento de este, ocurrido por los años de 1771 y 1772.

Don Céleo Arias refiere que cuando fue sitiada la ciudad de Comayagua por tropas federales al mando del Coronel Justo Milla, en abril y mayo de 1827, don José María Cabañas se presentó con sus tres hijos Trinidad, Urbano y Gregorio al Jefe de Estado don Dionisio de Herrera, ofreciéndole los servicios de los tres jóvenes. Agrega, que “desde ese día el joven José Trinidad Cabañas se hizo notable por su entusiasmo y valor”. Pero no fue en el asedio de Comayagua donde por primera vez empuñó las armas el soldado José Trinidad Cabañas, porque él mismo afirma que “comenzó su carrera militar en el año de 1826” según aparece de la certificación en que hace constar los servicios del Teniente Coronel don Ciriaco Mejía, extendida en Comayagua el 5 de enero de 1870.

De los hermanos del General Cabañas, apenas he logrado averiguar que el primogénito del matrimonio Cabañas-Fiallos nació en la Villa de Tegucigalpa el 27 de Noviembre de 1802, a quien se le impusieron los nombres de José Gregorio Francisco María, sacándolo de pila doña Juana María Rivera, la misma que también fue Madrina de bautismo del General Cabañas.

A 1º de Diciembre de 1814 del Dr. Don Juan Miguel Fiallos, Dignidad de Arcediano, Provisor y Vicario General de la Diócesis de Comayagua, fue nombrado Gobernador General del obispado, sin limitación alguna, por el Ilmo. Sr. Don Manuel Julián Rodríguez del Barranco, el ultimo Obispo hizo viaje a la ciudad de Guatemala en busca de salud, para no volver más a su silla.

Probablemente, a fines del año de 1810 don José María Cabañas se trasladó con su familia a Comayagua, buscando la protección o llamado por el Dr. Fiallos, hermano legítimo de su esposa doña Juana María Fiallos. Estando cerca de tan poderoso protector y pariente, la familia Cabañas-Fiallos debe de haber subsistido con algún desahogo. Prueba de ello es que no hay constancia de que regresaran a vivir de nuevo a Tegucigalpa.

Parece que el General Cabañas no tuvo hijos de su matrimonio con doña Petronila Barrios. De sus hijos naturales, si acaso tuvo varios, solo conozco a doña Rafaela Cabañas, casada con don Manuel Antonio Ugarte, hijo legítimo de don Dámaso Ugarte y de doña María Francisca Laínez. Del matrimonio Ugarte-Cabañas nació el 11 de junio de 1866 una niña, hija única de este matrimonio bautizada con los nombres de María Francisca, esposa que fue de don Julio Díaz Ugarte. Doña Rafaela Cabañas falleció a la edad de veintiocho años, el  3 de septiembre de 1866, según apuntes familiares de su esposo don Manuel Antonio Ugarte.

-III-

El Capitán de Granaderos don José de Zelaya y Midence, “descendiente de los más antiguos pobladores y conquistadores”, Regidor perpetuo del Noble Ayuntamiento de la Villa  de Tegucigalpa y Alcalde Provisional de la Santa Hermandad, fue hijo  legítimo del Comisario don Francisco de Zelaya y de doña Antonia Midence. El Capitán Zelaya Midence casó en esta  parroquia de San Miguel con doña María de la Rosa Fiallos, hija legítima de don José Fiallos y de doña Bernarda Lozano Peña. De este matrimonio, cuya velación tuvo lugar el 27 de Enero  de 1763, nacieron: Antonia Josefa, María Antonia, Ubalda Josefa, Juana Josefa, Bárbara Josefa, José Simón, José Ramón y José Jerónimo Zelaya Fiallos.

Doña Bárbara Zelaya Fiallos contrajo matrimonio  con don Joaquín Fernández Lindo, natural de la ciudad de León de Nicaragua, en donde nació el 19 de octubre de 1764, del matrimonio de don Alonso Lindo con doña María Mercedes Molina. De la alianza Fernández Lindo-Zelaya, verificado el 21 de diciembre de 1785,  vino al mundo don Juan Nepomuceno Fernández Lindo, que debe de haber nacido hacia el año de 1790, Jefe de dos Estados Centroamericanos, don Juan Lindo promovió y protegió la fundación de sus respectivas universidades.

Doña Rosa Fiallos, abuela materna de don Juan Lindo, fue hermana de don Manuel Fiallos, el abuelo materno del General Cabañas; de manera que éste y don Juan Lindo eran primos segundos, hijos ambos de dos primas hermanas: doña Juana María Fiallos y doña Bárbara Zelaya Fiallos.

Don José  de Zelaya y Midence, en pago de un voto hecho a la Santísima Virgen por haberlo sanado milagrosamente del mal de piedra, de su peculio y con la ayuda de los vecinos y limosnas que al efecto recaudó, en el año de 1780 levantó la primera ermita que tuvo Nuestra Señora de Suyapa.

El 31 de agosto de 1743, ante el Maestro de Campo don Gaspar de Artica, Teniente de Alcalde Mayor del Real de Minas de Tegucigalpa, el Alférez don José Fiallos, hijo legitimo de don Pedro Fiallos y de doña Juana de Cepeda (tatarabuelos del General Cabañas); encontrándose  el testador enfermo en cama, “de achaques de Dios Nuestro Señor ha sido servido de darme, pero en mi entero juicio, memoria y entendimiento natural”, otorgo  su última voluntad, en la que declara haber sido casado y velado con doña Bernarda Lozano Peña, difunta, con quien procrearon a Juana María, María de La Rosa (abuela materna de don Juan Lindo), José Alejandro y Manuel (abuelo materno del General Cabañas). También declaro ser dueño, entre otros bienes, de ocho caballerías de tierra medidas y compuestas con su Majestad en el sitio de Suyapa, y en ellas casa de vivienda de tejas y otra de trapiche corriente y moliente, una suerte de caña…”.

El abuelo paterno del General Cabañas, don Manuel Fiallos, contrajo matrimonio con doña Isabel María Castellón, hija legítima de don Nicolás Castellón y de doña María de la Concepción Díaz; se desposaron el 20 de mayo de 1754 en la parroquia del Real de Minas de Tegucigalpa, habiéndose velado el 22 de noviembre del mismo año.

Dejo para otra ocasión  -si el Señor  me concede otra prórroga- escribir algo sobre otra rama de la familia Fiallos, cuyo origen viene de otro don Pedro Fiallos, casado con doña Isabel García, de quienes descienden el Dr. Máximo Soto Fiallos,  el Dr. Ramón Rosa, el Dr. Marco Aurelio Soto, el  Dr. Carlos Alberto Uclés, el Dr. Juan Manuel Fiallos  Salgado, el Ing. don Enrique Constantino Fiallos Montiel,  el Presbo. don Agapito Fiallos Martínez y Monseñor Ernesto Fiallos Lanza, entre otros nombres ilustres.

En Honduras, donde hay hasta profesionales cuya genealogía no va más allá de su padre, porque ignoran los nombres de sus abuelos, conocer los nombres de estos es toda una  proeza genealógica. En esta medida, los datos apuntados sobre los próximos ascendientes del General Cabañas serían bastante para contentar a cualquiera; pero demasiado sé que no son otra cosa que elementos para formar, con la seguridad que dan documentos de primera mano, la genealogía de tres de nuestros grandes hombres, que están unidos por los vínculos de la sangre: Dionisio de Herrera, el gobernante que supo perdonar, ordenando destruir los documentos en que aparecían comprometidos los enemigos que intentaban derrocarlo; Juan Lindo, promotor de dos universidades, y José Trinidad Cabañas, el ciudadano de la probidad acrisolada, el que se conformó con el tesoro de la plata que resplandece sobre su pecho.  Porque un pelo de la barba de Cabañas es todo un programa de gobierno: resume la probidad, la entereza y el valor cívico de que tanto necesita nuestra pobre Honduras.

Tegucigalpa, doce de junio de 1871.
Tomado de  la REVISTA EXTRA, Año XI, Junio de 1971, páginas 15, 16 y 17
Director Oscar Acosta
Tegucigalpa, Honduras, C.A.

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