Tegucigalpa, ciudad de siglos…
Dominicales 23 septiembre, 2012 - 10:35 AM
Por Esther Garwer y Rolando Zelaya y Ferrera
La existencia del río provocó una sedimentación en las áreas aledañas
a los montes, generando pequeños valles sedimentarios en ambas márgenes
del río, la acumulación de arena y otros residuos en la confluencia con
el río Chiquito creó una isla artificial de regular tamaño, en la que
el río se partía en dos brazos, uno a cada lado de la misma; de tanta
significación fue este islote, que desde la época colonial el lugar se
conoce con el nombre de La Isla, aunque en épocas recientes, su forma
difiera tanto de la que originalmente tuvo. Frente a este islote, el Rio
también formó una gran planeada que será de gran importancia en épocas
posteriores; lo cierto es que para finales del siglo XIV pequeños
poblados indígenas se encontraban viviendo en el lugar. Se presupone que
estos pobladores fueron producto de la trashumancia, ya que Tegucigalpa
era una ruta alterna hacia el valle de Comayagua para los pobladores de
Texiguat y zonas aledañas, así como para los que venían de Comayagua
hacia el Valle de Olancho. De hecho, en la mayoría de los documentos
del siglo XVI se habla de Tegucigalpa al referirse al poblado de
aborígenes. Estos primeros pobladores, fueron indígenas de diferentes
etnias aunque con un fuerte predominio de raza lenca, fuerte al momento
del contacto, aunque no podemos dejar por aparte la aculturación que en
épocas posteriores recibirían de otros grupos indígenas como ser
xicaques, payas y chorotegas.
Estos primitivos habitantes dependían en su economía de los indígenas
del Valle de Comayagua. Los habitantes del área de Tegucigalpa no eran
más que grupos humanos con culturas marginales que nunca tuvieron un
centro urbano. De hecho se encontraban dispersos, unos en lo que hoy se
conoce como el Barrio Abajo, otros en el área del actual mercado San
Isidro en Comayagüela y otros en las faldas del cerro El Picacho. Sin
embargo, estudios recientes han revelado que, quizás antes del contacto
con los españoles, las zonas circundantes que se encontraban el la parte
alta de las pequeñas mesetas del lugar, si crearon culturas incipientes
que dejaron montículos y otras estructuras de menor importancia, como
las encontradas cerca de la actual Colonia Kennedy y El Tablón. El hecho
de encontrarse en las partes altas de las mesetas aunado al tipo de
estructuras encontradas, hacen suponer que podrían tratarse de pequeños
fuertes defensivos o resguardos para el trafico humano hacia los
distintos lugares del país, aunque la falta de un proyecto arqueológico
para Tegucigalpa, nos impide comprobar la veracidad de tal hipótesis. De
hecho, mucho de lo que pudo haberse rescatado se ha perdido con el
crecimiento urbano, lo que hará mas difícil la labor antes mencionada
si llega a hacerse.
El dato histórico más antiguo es el documento redactado por Don Pedro
de Alvarado al hacer el repartimiento de la Villa de San Pedro de
Puerto Caballos en 1536, donde aparece el nombre de Tegucigalpa; aunque
el primer documento más fiable sobre su existencia es una carta informe
de Alonso de Cáceres en donde refiere los hechos que lo llevan a conocer
el valle de Olancho y funda la Villa de San Jorge de Olancho. Don
Alonso de Cáceres informa al Adelantado de Yucatán Francisco de Montejo
“que tanto cuando iba como cuando venía de fundar la dicha Villa pasó
por un pueblo de indios que llaman Tegucigalpa y que está en un cruce de
caminos que conectan el centro con el oriente”. Esta carta informe está
fechada en el Año de nuestro Señor de 1546, aunque a juicio del
historiador Mario Felipe Martínez es curioso que dicha población no se
mencione en otros documentos de la época, en especial los testamentos de
varios españoles ya afincados en el territorio. En 1580 el gobernador
de Las Honduras, Don Alonso Contreras de Guevara informa al Rey desde
Guatemala que “el 16 de Abril de 1580 comunico a S.M. que unos yndios
del pueblo de Tegucigalpa le llevaron al Justicia Mayor de Valladolid de
Comayagua Don José de Santiaponce un buen mineral que al fundirlo se
vió que era plata de buena lei”.
Por ser una ruta alterna de tráfico comercial y migratorio, es
factible que entre 1540 y 1560, habitantes de Comayagua hayan emigrado a
la zona y posteriormente encontrado vetas de plata en las montañas, en
especial las de Santa Lucía y que desde esa fecha se haya iniciado una
incipiente extracción minera y por ende, un pequeño pero significativo
flujo migratorio hacia la zona. Prueba de ello podría ser los siguientes
hechos: “Hernando Bermejo, Teniente Gobernador y Visitador en las
Provincias de Higueras y Honduras, por el ille. señor Licenciado Alonso
Ortiz de Elgueta, Gobernador por Su Majestad de ellas, recibió una
solicitud de Lope de Cáceres, vecino de la ciudad de Valladolid del
Valle de Comayagua, en que éste manifestaba tener una necesidad de poner
una estancia de yeguas en la Sacualpa Vieja del pueblo de Tapale.
Serían ocho leguas del dicho pueblo y quería tener allí unos garañones
para su granjería y para ayuda a su sustento. Pidió, pues, que se le
hiciera merced del dicho sitio y tierras. Bermejo hizo comparecer a los
indios, les hizo entender la solicitud por un intérprete y ellos dijeron
que no tenían necesidad de dicha tierra ni les causarían perjuicio las
yeguas y hasta podía el solicitante poner vacas, aunque éstas corrían
mucha tierra. Atento a esto, Bermejo, en nombre de Su Majestad, hizo
merced a Lope de Cáceres, en Agalteca, a 15 de Abril de 1567, de dicha
tierra y sitio, para que allí pudiera tener la estancia de yeguas y
garañones, a condición de tenerla poblada en dos años de la fecha y en
los siguientes años, porque, no haciéndolo y cumpliendo así, no habría
merced y se podría otorgar la tierra a otra persona. Cáceres podía
vender y enajenar el sitio, como no fuera a iglesia o monasterio ni
hospital ni cofradía ni a persona poderosa, salvo que fuera llana y
abandonada; se le hizo la merced sin perjuicio del tercero.
El primero de Agosto de 1576, Alonso de Cáceres, fundador de
Valladolid de Comayagua, Alcalde Mayor mandado por el Licenciado Alonzo
Ortiz de Elgueta, Teniente General de la Provincia de Higueras y
Honduras por el ille. señor don Diego de Herrera, Gobernador y Justicia
Mayor de ella por Su Majestad, fue a la parte y lugar que le señaló
Gregorio Muñoz, para poner a éste en posesión del sitio que había
pedido, en señal de la cuál se paseó por el dicho sitio, y cortó unas
ramas, y arrancó, etc…. En el Valle de Agalteca, en la Ciuadad de
Valladolid en 16 de Septiembre de 1579, ante el Teniente Alonso de
Cáceres por Su Majestad, en estas provincias y ante Andrés de Rodas,
escribano nombrado, se presentó una petición de Gregorio Muñoz, en que
solicita éste cuatro caballerías en el Valle de Siria, riberas de un
Rio grande, para sembrar maíz. Estas caballerías, que no estaban
sembradas y eran tierras yermas, se medirían desde donde los indios
solían sembrar junto al paso viejo del Rio hasta el lugar de dicho Rio
por donde se pasaba a la vega en que estaba el hato de Muñoz. Se mediría
para arriba y para abajo. En estos idas el lugar aparece como cabecera
del partido de Agalteca y nada se habla de Tegucigalpa.”
Mario Felipe Martínez en su escrito “Apuntamientos para una historia
de Tegucigalpa y su Alcaldía Mayor”, hace referencia a un documento en
donde se hace saber al rey que “hará cosa de 12 a 15 años se
descubrieron unas minas de plata que llaman de Tegucigalpa y que al
presente están en escasa producción”, la fecha que el autor propone al
hacer la retrospección a la fecha del documento, es el año 1574 o 1577.
La primera constancia histórica oficial de la existencia de Tegucigalpa
como poblado reconocido, data del año 1578 cuando la Audiencia nombra
como alcalde mayor a Don Juan de la Cueva. sin embargo, Carlos Molina
Arguello, afirma que a 30 de Marzo de 1580, desde Guatemala, el
Gobernador de Honduras Alonso de Contreras Guevara daba cuenta a Su
Majestad del descubrimiento de las minas que ya para entonces llamaban
Tegucigalpa. La primera noticia del descubrimiento que había dado un
indio a un vecino de la ciudad de Comayagua llamado Gaspar de
Santiaponce, la remontaba él a quince meses atrás, es decir, a fines de
diciembre de 1578. Aunque lo más probable es que el hecho no ocurriera a
fines sino exactamente el día 13 de dicho mes, en que se celebra la
fiesta de Santa Lucia, nombre con el que precisamente se bautizó esta
mina desde la primera carta de su descubridor Gaspar de Santiaponce. En
aquella carta refería el gobernador el entusiasmo inicial con que se
acudió al descubrimiento y del poco caso que luego se hizo de él. A
párrafo seguido, el gobernador añade la noticia del gran descubrimiento
efectuado en el mismo sitio por los vecinos de Comayagua Juan Moreno y
Pedro de Torres ocurrido hace seis meses. Esto debió ser a inicios de
Octubre de 1579 puesto que el gobernador no se hizo presente en el
paraje del definitivo descubrimiento sino días después, el 15 de ese
mes, como lo decía expresamente. Pero el presidente Gobernador de
Guatemala, el licenciado García de Valverde, se apresuro a proveer una
autoridad propia, por lo que a 22 de Junio de 1579 expidió el titulo de
Alcalde Mayor de las minas de Honduras que allí se declaraban a favor de
Juan de la Cueva y con jurisdicción en los pueblos de Indios que allí
se nombraban. Comenzó este servicio a 17 de agosto, quedando erigida la
Alcaldia Mayor que solamente dejaría de existir entre 1788 y 1812 bajo
el régimen de la Intendencia de Comayagua.
1. http://www.historiadehonduras.hn/
Muchos siglos, es increible y grato para mi saber que desde entonces la mayoria de estos nombres se conservan y el resto de nombres se deriva de aquellos entonces, de nuevo gracias por compartir con nosotros.
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