En ésta temporada de lluvias y huracanes (1)
Dominicales 29 mayo, 2011
¿Hondureño(a) quieres preservar tu vida y tus bienes?
¡Conoce tu participación en la gestión de riesgo y vulnerabilidad!
¡Conoce tu participación en la gestión de riesgo y vulnerabilidad!
Por: Estela Alejandra García Guerra
I PARTE
Queridos lectores, es nuestro deseo
generar una cultura de prevención en lo relacionado a la gestión de
riesgo, vulnerabilidad y mitigación ante los inminentes desastres
causados por los diferentes fenómenos tanto naturales como sociales que,
experimentamos en nuestro país; es por ello que, en ésta edición de dos
domingos consecutivos, les estaremos proporcionando algunas
herramientas y maneras útiles de prevenir los mismos, antes, durante y
después de la ocurrencia de los más frecuentes de ellos.
No
obstante, es imprescindible como parte de nuestra labor docente y
proyección social conexa a nuestro Trabajo Educativo Social
Universitario (TESU) que realizamos dentro y fuera de la Universidad
Pedagógica Nacional Francisco Morazán, que inicialmente, deseamos sacar a
nuestros compatriotas de ciertos errores que, por años, se ha
arrastrado debido al desconocimiento por una parte, de nuestras marcadas
estaciones del año como por otra de los conceptos relacionados a tan
vital tema que nos ayudarán a tomar acciones o respuestas precisas para
salvaguardar nuestras vidas y bienes.
ESTACIONES DEL AÑO EN HONDURAS.-
En este sentido, es preciso señalar que, nuestro querido país Honduras,
al encontrarse geográficamente ubicado entre el Trópico de Cáncer y el
Ecuador, se le atribuye la denominación de país tropical, siendo su
mayor característica un intenso calor generado por la recepción de la
insolación producida por el sol que deja caer sus rayos
perpendicularmente en la zona intertropical, dando lugar a los llamados
equinoccios de primavera y otoño.
Es así como, en Honduras, el EQUINOCCIO
DE PRIMAVERA se produce entre el 21 de marzo al 20 de junio (aquí los
días y las noches poseen la misma duración en los dos hemisferios, los
cuáles son de 12 horas); el SOLSTICIO DE VERANO inicia el 21 de junio al
22 de septiembre; el EQUINOCCIO DE OTOÑO inicia a partir del 23 de
septiembre al 20 de diciembre, por ende y finalmente el ciclo se cumple
con el SOLSTICIO DE INVIERNO mismo que, inicia el 21 de diciembre al 20
de marzo.
¡A LO QUE LLAMAMOS VERANO NO ES VERANO Y
LA TEMPORADA DE LLUVIAS NO ES INVIERNO! ¿Desconcertante, verdad?, a lo
que nosotros llamamos verano “semana santa o vacaciones veraniegas para
otros” es realmente nuestro Equinoccio de Primavera y, a lo que mal
denominamos invierno por las lluvias que se empiezan a originar en
nuestro territorio, es nuestro Solsticio de Verano; lo que nos demuestra
que, nuestro verano es lluvioso.
La
equivocación se debe a que durante la invasión española en el siglo
XVI, los ex soldados de la guerra contra los moros al sur de España se
vieron sometidos al clima del Mediterráneo, en donde llueve en invierno y
por ello a la estación de lluvias en Las Honduras, también le llamaron
igual. Y, para terminar, es a partir del Solsticio de Otoño que nuestro
país se ve expuesto a las diversas conformaciones de Huracanes que año
con año producen daños incuantificables, no sólo por la pérdida de vidas
valiosas, sino que, también por la pérdida de daños materiales y
económicos. Durante el cuarto viaje y recorriendo las costas de la
actual Mosquitia hondureña, Don Cristóbal Colón y su tripulación fueron
los primeros europeos en disfrutar de un huracán en alta mar.
¡UN POCO DE HISTORIA PARA RECORDAR! De
acuerdo a los registros históricos, las inundaciones son la amenaza de
mayor frecuencia en Honduras, ya que son originadas por ondas, tormentas
tropicales y huracanes y su período comprende a partir del mes de mayo a
noviembre de cada año. En octubre de 1906, las inundaciones en la zona
central, sobre todo en Comayagüela y Tegucigalpa, dañaron la
infraestructura por un costo de Lps. 500,000.00. Esta cifra, medida con
los valores actuales, nos parecerá muy pequeña, pero si nos situamos en
esa época era una cifra realmente alta, porque el Presupuesto Nacional
no alcanzaba los Lps.3.000.000.00. El 5 de octubre de 1933, la capital
se inundó por las aguas embravecidas del río Choluteca.
Los daños se estimaron en
Lps.900.000.00. En octubre de 1954, las inundaciones provocaron grandes
daños en las compañías bananeras y en la zona norte, obligando al cierre
de operaciones de muchos campos bananeros. Las inundaciones del 26 de
septiembre de 1965 causaron daños en Tegucigalpa por valor de Lps.1.5
millones. Durante los años de 1974, 1975 y 1976, Honduras destinó a
proyectos de rehabilitación social y reconstrucción de su
infraestructura Lps. 600,000.000.00. Los impactos en el Presupuesto
Nacional alcanzaron un porcentaje del 30% anual. En resumen, Honduras
durante el presente siglo, ha sufrido pérdidas materiales por unos Lps
100.000,000.00 (cien billones de lempiras) (US$ 7.9 billones de
dólares), debido a inundaciones, desastres naturales y huracanes. A las
pérdidas materiales debe añadirse la incontable e invaluable pérdida de
vidas humanas. Esta experiencia del huracán y tormenta tropical Mitch ha
planteado un nuevo esquema que se traduce en manifestar una Honduras
antes del Mitch y una Honduras después del Mitch (2).
Los deslizamientos también están
presentes en particular en el departamento de Francisco Morazán,
generalmente vienen acompañados por lluvias, que se ven proclives a
venirse abajo por las condiciones topográficas, la inconsistencia del
suelo e incluso por la acción humana, como: la deforestación,
construcción de obras de infraestructura y desarrollo de asentamientos
humanos. La mayor amenaza es generada por los huracanes, como los que
han ocurrido con el Fifí, y El Mitch.
Ahora,
entrando en materia ¿A QUE SE REFIEREN CUANDO SE NOS HABLAN DE: GESTION
DE RIESGO, VULNERABILIDAD, AMENAZA, PREVENCION Y MITIGACIÓN? Gestión de
riesgo, es el proceso social integrado a todo el quehacer humano cuyo
fin último es la prevención, mitigación, reducción y control permanente
del riesgo de desastres; en la búsqueda de un desarrollo humano,
económico, ambiental y territorial, sostenibles a fin de evitar la
probabilidad de pérdidas o daños ocasionados por un evento natural o
provocado por los humanos que afectan a las personas, los bienes o el
ambiente. En ese sentido, el riesgo se concibe conceptualmente como una
función de dos variables: la amenaza y la vulnerabilidad. Y es que las
amenazas no pueden significar el mismo grado de riesgo si la población o
grupo amenazado no tiene el mismo nivel de vulnerabilidad. Veámoslo con
un ejemplo: la amenaza de una erupción de un volcán no puede suponer el
mismo riesgo para los habitantes de un poblado que está localizado en
las faldas del cono volcánico, que para los habitantes de otra población
situada a más de 50 kilómetros de distancia. Y es que el grado de
vulnerabilidad de los primeros es mayor al de los segundos, precisamente
por la cercanía.
VULNERABILIDAD: La
propensión de los seres humanos y grupos sociales de sufrir la muerte,
la enfermedad, lesiones, daños y pérdidas en sus medios, bienes y modos
de vida y encontrar dificultades en recuperarse de manera autónoma. La
vulnerabilidad puede explicarse por la existencia de distintos factores o
causas de naturaleza social, económica, física, estructural,
institucional, organizacional, eco-sistémico, educativa y cultural.
AMENAZA: Peligro o
peligros latentes que representan la probable manifestación de un
fenómeno externo físico de origen natural (geológicos,
hidrometereológicos), de un fenómeno socio-natural o de autoría humana
(tecnológicos/culturales), que se anticipan, con potencial de generar
efectos adversos en las personas, la producción, infraestructura y los
bienes y servicios. TIPO DE AMENAZAS: a) De origen natural:
deslizamiento, inundaciones, sequías, huracanes, etc. b) Provocados por
la acción humana: tala o incendios de los bosques, uso de plaguicidas y
fertilizantes químicos en cultivos cercanos al río, vertido de residuos
industriales, mal manejo de materiales peligrosos.
PREVENCIÓN: Medidas y
acciones dispuestas con anticipación con el fin de evitar, impedir o
suprimir las posibles consecuencias dañinas de un fenómeno peligroso de
origen natural o de autoría humana y proveer protección permanente sobre
la población, los bienes, los servicios y el ambiente. Incluye medidas
legislativas para el control del uso de la tierra y ordenación urbana,
así como su aplicación, al igual que medidas de ingeniería y de
protección física. Ejemplo: no construir viviendas en zonas de riesgo.
MITIGACIÓN: Planificación y ejecución de medidas de intervención
dirigidas a reducir o disminuir el riesgo generado por un fenómeno
natural, socio-natural o de autoría humana. La mitigación es el
resultado de la aceptación de que no es posible controlar el riesgo
totalmente y que es posible atenuar o reducir el impacto previsto sobre
la sociedad y medio ambiente.
RESPUESTA EN CASO DE EMERGENCIA.-
La respuesta en caso de emergencia es lo más importante para salvar
nuestra vida, y en la medida que podamos actuar, también podremos ayudar
a otros y salvar las pertenencias de mayor importancia. ¿EN QUÉ
CONSISTE? En acciones puestas en práctica inmediatamente antes, durante y
después del inicio de desastres de gran magnitud o emergencias a gran
escala con el fin de minimizar la pérdida de vidas y los daños a la
población y a sus bienes y lograr una mayor eficacia en la recuperación.
La respuesta en caso de emergencia abarca la identificación de peligros
y su aviso, la evacuación de poblaciones amenazadas, el refugio de las
víctimas, la atención médica de emergencia, las operaciones de búsqueda y
rescate, la seguridad y protección de los bienes, y la asistencia
familiar. Otros ejemplos incluyen la construcción de diques provisorios,
el cierre de rutas o puentes, la provisión de agua o electricidad de
emergencia, y la respuesta en caso de peligros secundarios, tales como
el fuego o las emisiones liberadas por materiales peligrosos. La calidad
y lo oportuno de la respuesta en caso de desastre son el resultado de
la planificación y la capacitación realizada durante el período de
preparación previo al desastre.
Fuentes:
1.- Guerra Zelaya, Estela Alejandra, Manual Práctico de prevención, gestión de riesgo y desastres naturales, Graficentro Editores, Teg., 2011
2.- Zelaya y Ferrera, Rolando Francisco, Antecedentes de Desastres ocasionados por Huracanes, en el apartado Huracán Mitch, en Lecturas Para Comprender la Historia de Honduras, Pearson Editores, México, 2008.
1.- Guerra Zelaya, Estela Alejandra, Manual Práctico de prevención, gestión de riesgo y desastres naturales, Graficentro Editores, Teg., 2011
2.- Zelaya y Ferrera, Rolando Francisco, Antecedentes de Desastres ocasionados por Huracanes, en el apartado Huracán Mitch, en Lecturas Para Comprender la Historia de Honduras, Pearson Editores, México, 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario