La historia como arma
Dominicales 17 abril, 2011
Rolando Zelaya y Ferrera
Es innegable que con la historia se puede mentir deliberadamente. El
historiador es un ser humano producto de una sociedad concreta,
determinado por una realidad socio histórica, sujeto él mismo a ciertos
valores y juicios que lo inducen a “tornar partido”. Sin embargo, hay
que aclarar que no es con toda la historia que se puede mentir, en este
caso vale explicar que solo se puede mentir con la historia
interpretación (la deducción que el historiador hace del pasado). La
otra, la Historia acontecimiento (los hechos históricos) no se puede
cambiar. Básicamente, lo que queremos exponer a continuación es la
utilización de la historia -interpretación como arma, ideológica.
“Por ideología entendemos el sistema de ideas y representaciones que domina el espíritu de un ser humano o un grupo social.”
Alberto Asís indica que todas las ideologías se caracterizan por tener tres elementos fundamentales:
- Un componente utópico: todas las ideologías tienen un componte
utópico desde donde se deducen los valores y comportamientos de quienes
las siguen.
- Manipulación del tiempo: toda ideología que se trata de legitimar regularmente realiza una manipulación del tiempo, de tal forma que critica al tiempo presente haciendo ver que sí su ideología se impone sobre las demás, el tiempo futuro será mejor si se le compara con el pasado.)
- Toda ideología implica la designación del enemigo: para tomar fuerza, todas las ideologías definen un enemigo que puede ser interior o exterior.
- Manipulación del tiempo: toda ideología que se trata de legitimar regularmente realiza una manipulación del tiempo, de tal forma que critica al tiempo presente haciendo ver que sí su ideología se impone sobre las demás, el tiempo futuro será mejor si se le compara con el pasado.)
- Toda ideología implica la designación del enemigo: para tomar fuerza, todas las ideologías definen un enemigo que puede ser interior o exterior.
Además de estas características de las ideologías, también es
necesario situar sus niveles de funcionamiento, los contextos en que
estas ideologías se presentan. El autor que mejor describe esta
situación es Louis Allthusser, quien expresa que las ideologías son
cierto número de realidades que se presentan al observador bajo la forma
de instituciones precisas y especializadas y que tienen como función
esencial contribuir a preservar el tipo de explotación característico de
una sociedad clasista, que a la vez las enuncia como Aparatos
Ideológicos del Estado (AIE). Él los divide en:
- religiosos (el sistema de las distintas iglesias).
- escolares (el sistema de las distintas escuelas, colegios, universidades, etcétera).
- familiares (el matrimonio civil, los Códigos Civiles, y de Familia).
- políticos.
- jurídicos.
- de información (prensa, radio, televisión, etcétera).
- culturales (literatura, bellas artes, etcétera).
- escolares (el sistema de las distintas escuelas, colegios, universidades, etcétera).
- familiares (el matrimonio civil, los Códigos Civiles, y de Familia).
- políticos.
- jurídicos.
- de información (prensa, radio, televisión, etcétera).
- culturales (literatura, bellas artes, etcétera).
De esta manera, podemos concluir que en la visión de la historia como
arma ideológica, existen dos perspectivas distintas, que son:
A) La Historia discurso de poder
B) La Historia crítica
B) La Historia crítica
Historia discurso de poder
La Historia Discurso de poder es la historia interpretada por quienes
están en el poder político y tienen en sus manos los medios de
producción. “En este caso, el interés de esta clase política es la
conservación de esos poderes y del orden que de ellos se desprende. Se
orientará a hacer de la historia una ideología justificadora del estado
de cosas presente y a convertirla, en consecuencia, en un discurso de
poder. En este aspecto, la historia forma parte de los instrumentos
ideológicos con los cuales la clase dirigente mantiene el poder, y lo
hace, de varias maneras; una de ellas es mediante el control de las
fuentes históricas, las cuales incondicionalmente se encuentran bajo
posesión absoluta del Estado. En efecto, casi todas las fuentes
históricas se encuentran en manos del Estado (monumentos, ruinas,
archivos y documentos) de tal suerte que cualquier historiador que
pretenda hacer un estudio sobre el pasado de la historia de Honduras
tendrá la difícil misión de revisar solo aquellos documentos que el
Estado le permita. La Historia Discurso de Poder se refiere a la también
denominada por algunos autores como “Historia Oficial”, la historia
escrita y dirigida desde “arriba” -desde el Estado- la cual obviamente
es una historia parcializada y al servicio de la élite que conserva el
poder económico y político, quienes se sirven de intelectu e
historiadores cuyo interés se orientará a hacer de la historia una
ideología justificadora del estado de cosas presente y a convertirla, en
consecuencia, en un discurso de poder que pretende mantener el status
quo de esa elite.
La historia crítica
La Historia ,Crítica, en términos generales, implica el rechazo la
Historia oficial, la desmitificación imprescindible de la misma y la
construcción de otra historia alternativa, con una visión mas dinámica,
popular, masiva y completa hasta donde sea posible, o sea; la Historia
Crítica, a diferencia de la Historia Discurso de Poder, es la historia
hecha por el pueblo, por las masas o por sus representantes.
Por esa razón, uno de los elementos centrales de la Historia Crítica
es el de rescatar el pasado que de alguna manera rechaza otro pasado,
aquel del que se ha apropiado la Historia oficial. Pero el rechazo del
pasado no excluye el rechazo al pasado. A la versión oficial del pasado,
conforme con los intereses del poder, y por tanto mutilada, censurada,
deformada; las masas oponen una imagen más sólida, una imagen conforme
con sus aspiraciones y que refleja la riqueza real de su pasado.
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