jueves, 27 de diciembre de 2012

 ¡No hay dos versiones sobre la muerte de Elempira!

Dominicales  24 julio, 2011
Por: Rolando Zelaya y Ferrera

Basada en historia oral del siglo XVII, la historia del héroe indígena fue copiada inmisericordemente por otros autores y cuando llegó el análisis histórico de la misma, la conclusión fue que jamás existió. Pero gracias al tesón de un historiador hondureño hoy conocemos la verdad de los eventos históricos.

RESISTENCIA INDÍGENA: Si bien es cierto que el nombre del cacique lenca Elempira (más conocido como Lempira) es el único que ha transgredido a nuestra cultura general, no es el único registrado en los anales de nuestra historia. Pizacura fue el jefe de la resistencia indígena contra las huestes de Hernán Cortés, cuando éste realizó su expedición a Honduras. Mazatl, al asumir el cargo de jefe de los papayecas se negó a rendirse y fue capturado y ejecutado por las tropas españolas. En 1526, conquistadores al mando de Diego de Salcedo incursionaron en Ulancho el Viejo en busca de las huestes del cacique Benito, Señor de Silca al igual que Cicumba ante Pedro de Alvarado en el actual Valle de Sula en 1536. Pese a ello, la conquista fue detenida temporalmente en esta parte del país. 1530 fue el año de Copán Galel y Socremba. Tropas de Hernando de Chávez se enfrentaron a los chortí al mando del jefe supremo Copán Galel y los obligaron a replegarse hasta el actual departamento de Ocotepeque, en una resistencia que sólo prolongaría el anunciado final. Cinco años más tarde, Francisco de Montejo, por entonces gobernador de la Provincia de Higueras y Cabo de Honduras, envió al capitán Alonso de Cáceres a pacificar a los lencas que mantenían una fuerte resistencia en la zona centro occidental de Honduras. Llegado a fines de 1536, Cáceres emprendió una tenaz lucha que controló la mayoría de las rebeliones, exceptuando la del cacique Elempira, quien operaba en Cerquín con más de dos mil hombres. Y esta es la historia que nos interesa hoy.

Lempira en una representación más acorde a un lenca del siglo XVI. Anteriormente se le representaba como un indio sioux con una pluma en la cabeza, pero el fallo se corrigió en los años ochenta empezando por los billetes de un lempira. (Imagen cortesía de Skycraperlife).

¿QUIÉN ES LEMPIRA O ELEMPIRA?: Fernando Cruz sostiene que: “En Honduras se ha tomado acertadamente a Lempira, un lenca, como símbolo de la nacionalidad. Por falta de investigación histórica y de divulgación de lo que ya se ha investigado, su figura parece abstracta y etérea, a veces revestida de falsos ropajes en otras ocasiones…”. Lo cierto es que Elempira fue un indígena lenca y no maya-lenca como algunos mal afirman, era un jefe guerrero de Cerquín, quien fue comisionado por el cacique Entepica para que organizara la resistencia a la penetración española en 1537, teniendo como base de operaciones el peñón de Cerquín, aliándose con el subgrupo lenca de los Cares. Su ejemplo sirvió para que otros grupos aborígenes se alzaran también en armas en el Valle de Comayagua. Los intentos hispanos por derrotarlo, dirigidos por Francisco de Montejo y su lugarteniente Alonso de Cáceres, resultaron infructuosos. La versión de la forma en que, finalmente, lograron vencer a Lempira, durante muchos años fue producto de la crónica del cronista Antonio de Herrera y Tordesillas en su “Historia general de los hechos de los castellanos en las islas, tierra firme del Mar Océano”, también conocida como “Décadas”, por ser diez tomos publicados en Madrid entre 1601 y 1615 en las imprentas de Juan Flamenco y Juan de la Cuesta en cuatro volúmenes. Herrera afirmó en el texto que Lempira logró reunir un ejército de 30,000 soldados, procedentes de 200 pueblos y que murió a traición, mientras hablaba con dos emisarios enviados por Montejo, asesinado por un arcabucero montado en la grupa de un caballo. Pero esta versión generaba más preguntas que respuestas. Durante muchos siglos nadie se acordó de Lempira, aparece por primera vez en la “Historia de Centroamérica” de Pepe Milla, quien tomó como fuente la obra de Herrera y Tordesillas; durante la Reforma Liberal centroamericana poetas guatemaltecos cantan la historia, posteriormente, los historiadores hondureños del siglo XIX y XX copian del mismo texto antes citado y así se crea la versión generacional que todos conocimos en algún momento sobre la muerte de Lempira: la traición.

¡LA VERDAD DE LA HISTORIA! Durante muchos años, la existencia de Lempira fue objetada en vista de lo inverosímil que se narraba su muerte sobre todo cuándo uno visita el lugar de los hechos, Cerquín: ¿Cómo se entendieron en español y lenca? ¿Cómo el indio sabía el significado de la bandera blanca? ¿Cómo un arcabuz con un corto alcance de tiros pudo matar a alguien en la cima de una montaña? ¿Qué comían los 30,000 indios en la montaña? El documento encontrado por el doctor Mario Felipe Martínez Castillo nos permite conocer la verdad histórica de los sucesos que acaecieron en aquellos días: el descubrimiento de la Probanza de Méritos de Rodrigo Ruiz, quien afirma en ese documento haber dado muerte a Lempira en combate cuerpo a cuerpo, cortándole la cabeza como prueba fehaciente ante Francisco de Montejo. Las Probanzas de Méritos eran documentos legales en donde un participante de la invasión española solicitaba al rey que cumpliera su palabra y en función de los méritos de batalla le diera tierra e indios para que se la cultivasen.

El cerro de Coyocutena en la zona de Cerquín en donde ocurrieron los hechos. Los españoles fundarían un asentamiento en 1600 que llamarían Cerquín y de allí su mención en las crónicas españolas, hoy es llamado Erandique, respetando siempre la toponimia indígena. (Foto Skycraper-HOLABETO).

Ello implicaba no sólo la declaratoria del demandante, sino también de cuantos testigos pudieran incluirse para dar veracidad a la misma; también debían incluirse cartas de veracidad de los oficiales bajo cuyo mando estuvo el demandante y de autoridades del momento que pudieran dar fe del hecho relatado. Así, don Rodrigo Ruiz, mediante notario, presentó su probanza de méritos con declaraciones de muchos testigos. Esta pieza documental fue localizada por el historiador nacional Mario Felipe Martínez Castillo en el Archivo de Indias en Sevilla, España y es la única de primera mano existente; fue escrita en México en 1558; y al interior del Archivo de Indias está catalogada en Patronato Regio Legajo Núm. 69, Ramo Núm. 5 en el Archivo de Indias, en Sevilla, consta de 90 folios (páginas). En él, don Rodrigo narra los eventos que condujeron a que su patrulla enfrentara las huestes de Elempira y cómo le mató:

… Si saben que viendo yo el dicho Rodrigo Ruiz lo que se hacía y estavamos en gran peligro todos los españoles pues era publico que venían todos los naturales de la provincia a darnos guerra y que no podía ser menos que al salirnos del dicho Real para no volver al asiento de Ciguatepeque como estaba mandado nos havían de matar e tomar vivo algún español por estar como estavamos muchos dellos heridos e malos que no podían pelear, yo el dicho Rodrigo Ruiz como celoso el servicio de su Magestad poniendo en gran peligro mi persona por evitar tanto mal como se esperaba procure entrar en el dicho escuadron de los enemigos con mi espada y rodela y fui a la parte y lugar do estaba animando a su gente el dicho capitan llamado Elempira el que traia vestida y las armas de los españoles que avia muerto y peleando con el le mate y cortele la cabeca la cual por traerla al dicho general recibi muchas heridas ansi en la cabeca como en el rostro con todo lo cual la saque en las manos y nunca la dexe aunque venia peleando y herido de peligrosas heridas de las cuales llegue a un punto de muerte y la cabeca le di al general en sus manos digan lo que saben e vieren para el juramento que tienen hecho y si esto paso ansi en verdad…” (se respeta la ortografía del documento original).

Portada de uno de los volúmenes de las “Décadas” de Antonio Herrera y Tordesillas en donde por testimonios orales de personas que no vivieron los sucesos de 1537, el enciclopedista compiló la crónica de Lempira y su supuesta muerte a traición. (Foto Cortesía Cambridge University).

PARA HONDURAS AVANZA “AGENCIA DE AYUDA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL” ¡ES URGENTE REESCRIBIR ESTA HISTORIA! Con base en su contenido, el doctor Martínez Castillo concluye: “El levantamiento de Cerquín fue totalmente cierto… el Capitán indígena que lideraba a los pueblos de la provincia de Cerquín se llamaba Elempira”. Con la muerte de Lempira se consolidó el dominio territorial español sobre la región central y occidental de Honduras y se fundaron nuevos poblados, entre ellos Gracias, en 1539. Sobre el significado del nombre Lempira, Jorge Larde y Larín sostiene que en la lengua lenca, lempa quiere decir “señor” (título de alta dignidad o jerarquía); y era, “cerro o sierra”. Uniendo ambos vocablos resulta Lempaera, y haciendo la ligación correspondiente Lempira… Lempira, pues, era indio de pura raza lenca o potona, y tal nombre significa “Señor de la Sierra”. Lo cierto es que en el documento referenciado se nombra a un tal Elempira, por lo que tampoco puede considerarse que el nombre haya sido falso. Solo existen dos documentos sobre Lempira: el de Antonio Herrera y el de Rodrigo Ruiz. Producto de una seria investigación histórica, un documento escrito en 1558 por el autor de la muerte del indígena ahora destruye el mito creado por el enciclopedista Antonio Herrera a principios del siglo XVII, por ende, solo nos queda un documento: el que narra la veracidad de los hechos. Sin embargo ninguno de nuestros Ministros de Educación ha tomado el reto de reescribir la historia de forma científica y de aceptar las investigaciones de quienes la están haciendo; de esa manera y se habla de “dos versiones” como si fuera película de Silvester Stallone. No se trata de que existan dos versiones sobre la muerte de Lempira: se trata de que se ha esclarecido un mito histórico arrastrado por años; el documento encontrado por el Dr. Martínez Castillo ha permitido que la verdad salga a luz tal y nos muestre el hecho histórico tal y como ocurrió. Los altos ejecutivos y el personal de Honduras Avanza “Agencia de Ayuda y Transformación Social” (AHATS) en aras de impulsar el fortalecimiento de nuestra identidad nacional, invitan a las autoridades gubernamentales respectivas, a actualizar los textos históricos en lo concerniente a éste tema. En la medida que nuestra historia sea real, el hondureño también percibirá su identidad de manera real y contundente. Solo así… Honduras avanza.

FUENTES:
Martínez Castillo, Mario Felipe, Los últimos días de Lempira y otros documentos, Ediciones Nueva Universidad, 1987.
De Herrera y Tordesillas,  Antonio, Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del Mar Océano, Madrid, 1601, 4 volúmenes, nombrado primer historiador de las Indias por el rey Felipe II.

BREVE PRONUNCIAMIENTO
Por: Esther Alexandra Garwer
 
“La enfermedad del ignorante, es ignorar su propia ignorancia”. Bronson Alcott, Amos.
Cada país tiene dos historias, la oficial y la crítica. En la elaboración de la historia oficial, la historia la escriben aquellos que cuelgan a los héroes, esto es los vencedores, no los vencidos. En cambio, la historia crítica es la escrita de forma imparcial y objetiva con la verdadera cientificidad y sustentación de pruebas y fuentes primarias y secundarias de incansables historiadores e investigadores, entiéndase bien a éstos como científicos aptos en la materia y no cronistas que desde el ejercicio de profesiones distantes a las ya mencionadas, únicamente consiguen generar historietas idílicas y de ensueño poco creíbles, más cercanas al mito que a la realidad histórica. En tal sentido, dedicamos éste apartado a todo el pueblo hondureño, a fin de que entienda y aprenda que, la persona sin un conocimiento verdadero de su historia pasada, sus orígenes y su cultura es como un árbol sin raíces, donde cualquier viento huracanado puede derribarlo fácilmente.

¿POR QUÉ LA HISTORIA RESULTA TAN ABURRIDA PARA MUCHOS CONCIUDADANOS? Actualmente, Honduras cuenta con distinguidos y respetables historiadores e investigadores que han dedicado la mayor parte de su vida a escudriñar la verdad histórica de muchos de los sucesos que hasta hoy, son íconos de nuestra historia e identidad nacional; su ardua labor los ha llevado no solo al confinamiento en bibliotecas, archivos y hemerotecas nacionales, sino que también, los ha llevado fuera de nuestro país, tales como el Archivo de Indias en España; la Biblioteca del Congreso Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica; las bibliotecas y archivos de Guatemala y México entre otros; lo anterior, con el fin primordial de verificar la autenticidad de la historia escrita hace años por personas si bien intencionadas y amantes de su patria, lamentablemente, con visibles limitaciones debido al desconocimiento de la labor científica en cuanto a la construcción de la veracidad histórica, lo que produjo como resultado una descripción o narrativa cronológica de sucesos, muchos de ellos poco creíbles y a su vez aislados de un TODO concatenado históricamente, que ha llevado a muchas generaciones a aborrecer la historia por considerarla aburrida, incongruente y sin ningún tipo de aplicación práctica o utilidad para nuestra vida personal, social y nacional. Dicho lo anterior, lo invitamos a que analice personalmente lo expuesto y deduzca sus propias conclusiones.

Sólo hay dos documentos coloniales que hablan de Lempira: el primero escrito en 1558 por quién le mató; el segundo por Antonio Herrera a quién le contaron los hechos, en forma oral. El primer documento fue encontrado por el historiador hondureño Doctor Mario Felipe Martínez Castillo, quién hizo una de las contribuciones más importantes a la historiografía hondureña en el siglo XX, ayudando a reafirmar la identidad histórica. (Foto cortesía HondurasThisWeek).

ES NECESARIO QUE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN REVISE Y ACTUALICE LOS TEXTOS HISTÓRICOS.- La historia de nuestro país es abundante, rica en conocimiento, pero muy despreciada. Hemos enseñado a nuestras generaciones a odiar la lectura forzándolos a leer las letras sin que éstas motiven a la imaginación por lo que para el hondureño leer es aburrido. Esto ha permitido empantanar una historia nacional escrita desde finales del siglo XIX sin que se actualice o se hagan revisiones conforme se desarrolla la ciencia histórica. Entre otros factores que inciden en los cambios a la historia podemos señalar las nuevas exploraciones arqueológicas; el avance de las ciencias exactas que, al apoyar a la historia, son capaces de arrojar nuevos datos, desechando así las hipótesis anteriores; los cambios filosóficos, que, al superar a previas concepciones del mundo, hacen lo mismo con algunas teorías de la historia; el desarrollo de nuevas ciencias y su utilidad por la historia y las luchas sociales y políticas que son la materia prima de la historia, aunque en Honduras se han dado la mayoría; la historia que estudian nuestros niños a inicios de este siglo XXI continúa siendo la misma que se escribió a finales de siglo XIX. Es urgente una revisión y actualización no solo de textos, sino también de capacitación a los maestros que enseñan tan delicada temática a fin de que forjemos la identidad nacional de estos niños, fundamentada en una realidad histórica indiscutible, capaz de ser puesta a toda prueba, que enorgullezca por su veracidad comprobada y que les permita sentirse parte de la misma sociedad sin importar si es misquito, lenca, mestizo, blanco, o de cualquier otra índole…que le permita sentirse realmente hondureño.

¡LUCHEMOS POR NUESTRA INTEGRACIÓN NACIONAL! Finalmente, deseo dejarles el siguiente pensamiento: Todo proceso de integración nacional va a depender fundamentalmente de los esfuerzos internos del país, de los espacios que genere para establecer las reformas o acciones inmediatas en su derecho interno así como de la efectividad de sus políticas nacionales. En otras palabras el proceso de integración avanza en la medida de lo que hacen los gobernantes de nuestro países y de la correlación de fuerzas políticas que se hallen comprometidas en una visión integracionista. Hay que tomar en cuenta el precedente que nos deja la historia y hay que contemplar: 1.- La identificación de sus inmediatas necesidades y garantizar su desarrollo en todos los niveles como expresión de respeto a su dignidad. 2.-  Una visión integral del ciudadano que el país necesita, fundamentado en su historia, es decir, garantizando la efectividad de los mismos basados en un principio de universalidad, exigibilidad, indivisibilidad e interdependencia y progresividad. 3.- Una identidad de costumbres, tradiciones, cultura; lo cual significa que la integración ha de ser hacia dentro, lo cual implica conocer las costumbres de unos y de otros. Ello indudablemente nos conduce a solventar todo acto de localismo o regionalismo, discriminación, persecución y prejuicios*.

BIBLIOGRAFÍA
*Lesly LLatas Ramírez (abogada especializada en Derechos Humanos. Profesora de Derechos Humanos de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, actual asesora del Despacho de la Fiscal de la Nación para asuntos de Derechos Humanos – Perú), tal y como aparece en su versión electrónica: http://www.editorialox.com/frases.htm

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