¡No hay dos versiones sobre la muerte de Elempira!
Dominicales 24 julio, 2011
Por: Rolando Zelaya y Ferrera
Basada en historia oral del siglo XVII,
la historia del héroe indígena fue copiada inmisericordemente por otros
autores y cuando llegó el análisis histórico de la misma, la conclusión
fue que jamás existió. Pero gracias al tesón de un historiador hondureño
hoy conocemos la verdad de los eventos históricos.
RESISTENCIA INDÍGENA: Si bien es cierto
que el nombre del cacique lenca Elempira (más conocido como Lempira) es
el único que ha transgredido a nuestra cultura general, no es el único
registrado en los anales de nuestra historia. Pizacura fue el jefe de la
resistencia indígena contra las huestes de Hernán Cortés, cuando éste
realizó su expedición a Honduras. Mazatl, al asumir el cargo de jefe de
los papayecas se negó a rendirse y fue capturado y ejecutado por las
tropas españolas. En 1526, conquistadores al mando de Diego de Salcedo
incursionaron en Ulancho el Viejo en busca de las huestes del cacique
Benito, Señor de Silca al igual que Cicumba ante Pedro de Alvarado en el
actual Valle de Sula en 1536. Pese a ello, la conquista fue detenida
temporalmente en esta parte del país. 1530 fue el año de Copán Galel y
Socremba. Tropas de Hernando de Chávez se enfrentaron a los chortí al
mando del jefe supremo Copán Galel y los obligaron a replegarse hasta el
actual departamento de Ocotepeque, en una resistencia que sólo
prolongaría el anunciado final. Cinco años más tarde, Francisco de
Montejo, por entonces gobernador de la Provincia de Higueras y Cabo de
Honduras, envió al capitán Alonso de Cáceres a pacificar a los lencas
que mantenían una fuerte resistencia en la zona centro occidental de
Honduras. Llegado a fines de 1536, Cáceres emprendió una tenaz lucha que
controló la mayoría de las rebeliones, exceptuando la del cacique
Elempira, quien operaba en Cerquín con más de dos mil hombres. Y esta es
la historia que nos interesa hoy.
¿QUIÉN ES LEMPIRA O ELEMPIRA?: Fernando Cruz sostiene que: “En
Honduras se ha tomado acertadamente a Lempira, un lenca, como símbolo de
la nacionalidad. Por falta de investigación histórica y de divulgación
de lo que ya se ha investigado, su figura parece abstracta y etérea, a
veces revestida de falsos ropajes en otras ocasiones…”. Lo cierto es que
Elempira fue un indígena lenca y no maya-lenca como algunos mal
afirman, era un jefe guerrero de Cerquín, quien fue comisionado por el
cacique Entepica para que organizara la resistencia a la penetración
española en 1537, teniendo como base de operaciones el peñón de Cerquín,
aliándose con el subgrupo lenca de los Cares. Su ejemplo sirvió para
que otros grupos aborígenes se alzaran también en armas en el Valle de
Comayagua. Los intentos hispanos por derrotarlo, dirigidos por Francisco
de Montejo y su lugarteniente Alonso de Cáceres, resultaron
infructuosos. La versión de la forma en que, finalmente, lograron vencer
a Lempira, durante muchos años fue producto de la crónica del cronista
Antonio de Herrera y Tordesillas en su “Historia general de los hechos
de los castellanos en las islas, tierra firme del Mar Océano”, también
conocida como “Décadas”, por ser diez tomos publicados en Madrid entre
1601 y 1615 en las imprentas de Juan Flamenco y Juan de la Cuesta en
cuatro volúmenes. Herrera afirmó en el texto que Lempira logró reunir un
ejército de 30,000 soldados, procedentes de 200 pueblos y que murió a
traición, mientras hablaba con dos emisarios enviados por Montejo,
asesinado por un arcabucero montado en la grupa de un caballo. Pero esta
versión generaba más preguntas que respuestas. Durante muchos siglos
nadie se acordó de Lempira, aparece por primera vez en la “Historia de
Centroamérica” de Pepe Milla, quien tomó como fuente la obra de Herrera y
Tordesillas; durante la Reforma Liberal centroamericana poetas
guatemaltecos cantan la historia, posteriormente, los historiadores
hondureños del siglo XIX y XX copian del mismo texto antes citado y así
se crea la versión generacional que todos conocimos en algún momento
sobre la muerte de Lempira: la traición.
¡LA VERDAD DE LA HISTORIA! Durante
muchos años, la existencia de Lempira fue objetada en vista de lo
inverosímil que se narraba su muerte sobre todo cuándo uno visita el
lugar de los hechos, Cerquín: ¿Cómo se entendieron en español y lenca?
¿Cómo el indio sabía el significado de la bandera blanca? ¿Cómo un
arcabuz con un corto alcance de tiros pudo matar a alguien en la cima de
una montaña? ¿Qué comían los 30,000 indios en la montaña? El documento
encontrado por el doctor Mario Felipe Martínez Castillo nos permite
conocer la verdad histórica de los sucesos que acaecieron en aquellos
días: el descubrimiento de la Probanza de Méritos de Rodrigo Ruiz, quien
afirma en ese documento haber dado muerte a Lempira en combate cuerpo a
cuerpo, cortándole la cabeza como prueba fehaciente ante Francisco de
Montejo. Las Probanzas de Méritos eran documentos legales en donde un
participante de la invasión española solicitaba al rey que cumpliera su
palabra y en función de los méritos de batalla le diera tierra e indios
para que se la cultivasen.
Ello implicaba no sólo la declaratoria
del demandante, sino también de cuantos testigos pudieran incluirse para
dar veracidad a la misma; también debían incluirse cartas de veracidad
de los oficiales bajo cuyo mando estuvo el demandante y de autoridades
del momento que pudieran dar fe del hecho relatado. Así, don Rodrigo
Ruiz, mediante notario, presentó su probanza de méritos con
declaraciones de muchos testigos. Esta pieza documental fue localizada
por el historiador nacional Mario Felipe Martínez Castillo en el Archivo
de Indias en Sevilla, España y es la única de primera mano existente;
fue escrita en México en 1558; y al interior del Archivo de Indias está
catalogada en Patronato Regio Legajo Núm. 69, Ramo Núm. 5 en el Archivo
de Indias, en Sevilla, consta de 90 folios (páginas). En él, don Rodrigo
narra los eventos que condujeron a que su patrulla enfrentara las
huestes de Elempira y cómo le mató:
“… Si saben que viendo yo el dicho
Rodrigo Ruiz lo que se hacía y estavamos en gran peligro todos los
españoles pues era publico que venían todos los naturales de la
provincia a darnos guerra y que no podía ser menos que al salirnos del
dicho Real para no volver al asiento de Ciguatepeque como estaba mandado
nos havían de matar e tomar vivo algún español por estar como estavamos
muchos dellos heridos e malos que no podían pelear, yo el dicho Rodrigo
Ruiz como celoso el servicio de su Magestad poniendo en gran peligro mi
persona por evitar tanto mal como se esperaba procure entrar en el
dicho escuadron de los enemigos con mi espada y rodela y fui a la parte y
lugar do estaba animando a su gente el dicho capitan llamado Elempira
el que traia vestida y las armas de los españoles que avia muerto y
peleando con el le mate y cortele la cabeca la cual por traerla al dicho
general recibi muchas heridas ansi en la cabeca como en el rostro con
todo lo cual la saque en las manos y nunca la dexe aunque venia peleando
y herido de peligrosas heridas de las cuales llegue a un punto de
muerte y la cabeca le di al general en sus manos digan lo que saben e
vieren para el juramento que tienen hecho y si esto paso ansi en
verdad…” (se respeta la ortografía del documento original).
PARA HONDURAS AVANZA “AGENCIA DE AYUDA Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL” ¡ES
URGENTE REESCRIBIR ESTA HISTORIA! Con base en su contenido, el doctor
Martínez Castillo concluye: “El levantamiento de Cerquín fue totalmente
cierto… el Capitán indígena que lideraba a los pueblos de la provincia
de Cerquín se llamaba Elempira”. Con la muerte de Lempira se consolidó
el dominio territorial español sobre la región central y occidental de
Honduras y se fundaron nuevos poblados, entre ellos Gracias, en 1539.
Sobre el significado del nombre Lempira, Jorge Larde y Larín sostiene
que en la lengua lenca, lempa quiere decir “señor” (título de alta
dignidad o jerarquía); y era, “cerro o sierra”. Uniendo ambos vocablos
resulta Lempaera, y haciendo la ligación correspondiente Lempira…
Lempira, pues, era indio de pura raza lenca o potona, y tal nombre
significa “Señor de la Sierra”. Lo cierto es que en el documento
referenciado se nombra a un tal Elempira, por lo que tampoco puede
considerarse que el nombre haya sido falso. Solo existen dos documentos
sobre Lempira: el de Antonio Herrera y el de Rodrigo Ruiz. Producto de
una seria investigación histórica, un documento escrito en 1558 por el
autor de la muerte del indígena ahora destruye el mito creado por el
enciclopedista Antonio Herrera a principios del siglo XVII, por ende,
solo nos queda un documento: el que narra la veracidad de los hechos.
Sin embargo ninguno de nuestros Ministros de Educación ha tomado el reto
de reescribir la historia de forma científica y de aceptar las
investigaciones de quienes la están haciendo; de esa manera y se habla
de “dos versiones” como si fuera película de Silvester Stallone. No se
trata de que existan dos versiones sobre la muerte de Lempira: se trata
de que se ha esclarecido un mito histórico arrastrado por años; el
documento encontrado por el Dr. Martínez Castillo ha permitido que la
verdad salga a luz tal y nos muestre el hecho histórico tal y como
ocurrió. Los altos ejecutivos y el personal de Honduras Avanza “Agencia
de Ayuda y Transformación Social” (AHATS) en aras de impulsar el
fortalecimiento de nuestra identidad nacional, invitan a las autoridades
gubernamentales respectivas, a actualizar los textos históricos en lo
concerniente a éste tema. En la medida que nuestra historia sea real, el
hondureño también percibirá su identidad de manera real y contundente.
Solo así… Honduras avanza.
FUENTES:
Martínez Castillo, Mario Felipe, Los últimos días de Lempira y otros documentos, Ediciones Nueva Universidad, 1987.
Martínez Castillo, Mario Felipe, Los últimos días de Lempira y otros documentos, Ediciones Nueva Universidad, 1987.
De Herrera y Tordesillas, Antonio,
Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierra
firme del Mar Océano, Madrid, 1601, 4 volúmenes, nombrado primer
historiador de las Indias por el rey Felipe II.
BREVE PRONUNCIAMIENTO
Por: Esther Alexandra Garwer
Por: Esther Alexandra Garwer
“La enfermedad del ignorante, es ignorar su propia ignorancia”. Bronson Alcott, Amos.
Cada país tiene dos historias, la
oficial y la crítica. En la elaboración de la historia oficial, la
historia la escriben aquellos que cuelgan a los héroes, esto es los
vencedores, no los vencidos. En cambio, la historia crítica es la
escrita de forma imparcial y objetiva con la verdadera cientificidad y
sustentación de pruebas y fuentes primarias y secundarias de incansables
historiadores e investigadores, entiéndase bien a éstos como
científicos aptos en la materia y no cronistas que desde el ejercicio de
profesiones distantes a las ya mencionadas, únicamente consiguen
generar historietas idílicas y de ensueño poco creíbles, más cercanas al
mito que a la realidad histórica. En tal sentido, dedicamos éste
apartado a todo el pueblo hondureño, a fin de que entienda y aprenda
que, la persona sin un conocimiento verdadero de su historia pasada, sus
orígenes y su cultura es como un árbol sin raíces, donde cualquier
viento huracanado puede derribarlo fácilmente.
¿POR QUÉ LA HISTORIA RESULTA TAN
ABURRIDA PARA MUCHOS CONCIUDADANOS? Actualmente, Honduras cuenta con
distinguidos y respetables historiadores e investigadores que han
dedicado la mayor parte de su vida a escudriñar la verdad histórica de
muchos de los sucesos que hasta hoy, son íconos de nuestra historia e
identidad nacional; su ardua labor los ha llevado no solo al
confinamiento en bibliotecas, archivos y hemerotecas nacionales, sino
que también, los ha llevado fuera de nuestro país, tales como el Archivo
de Indias en España; la Biblioteca del Congreso Nacional de los Estados
Unidos de Norteamérica; las bibliotecas y archivos de Guatemala y
México entre otros; lo anterior, con el fin primordial de verificar la
autenticidad de la historia escrita hace años por personas si bien
intencionadas y amantes de su patria, lamentablemente, con visibles
limitaciones debido al desconocimiento de la labor científica en cuanto a
la construcción de la veracidad histórica, lo que produjo como
resultado una descripción o narrativa cronológica de sucesos, muchos de
ellos poco creíbles y a su vez aislados de un TODO concatenado
históricamente, que ha llevado a muchas generaciones a aborrecer la
historia por considerarla aburrida, incongruente y sin ningún tipo de
aplicación práctica o utilidad para nuestra vida personal, social y
nacional. Dicho lo anterior, lo invitamos a que analice personalmente lo
expuesto y deduzca sus propias conclusiones.
ES NECESARIO QUE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN REVISE Y ACTUALICE LOS
TEXTOS HISTÓRICOS.- La historia de nuestro país es abundante, rica en
conocimiento, pero muy despreciada. Hemos enseñado a nuestras
generaciones a odiar la lectura forzándolos a leer las letras sin que
éstas motiven a la imaginación por lo que para el hondureño leer es
aburrido. Esto ha permitido empantanar una historia nacional escrita
desde finales del siglo XIX sin que se actualice o se hagan revisiones
conforme se desarrolla la ciencia histórica. Entre otros factores que
inciden en los cambios a la historia podemos señalar las nuevas
exploraciones arqueológicas; el avance de las ciencias exactas que, al
apoyar a la historia, son capaces de arrojar nuevos datos, desechando
así las hipótesis anteriores; los cambios filosóficos, que, al superar a
previas concepciones del mundo, hacen lo mismo con algunas teorías de
la historia; el desarrollo de nuevas ciencias y su utilidad por la
historia y las luchas sociales y políticas que son la materia prima de
la historia, aunque en Honduras se han dado la mayoría; la historia que
estudian nuestros niños a inicios de este siglo XXI continúa siendo la
misma que se escribió a finales de siglo XIX. Es urgente una revisión y
actualización no solo de textos, sino también de capacitación a los
maestros que enseñan tan delicada temática a fin de que forjemos la
identidad nacional de estos niños, fundamentada en una realidad
histórica indiscutible, capaz de ser puesta a toda prueba, que
enorgullezca por su veracidad comprobada y que les permita sentirse
parte de la misma sociedad sin importar si es misquito, lenca, mestizo,
blanco, o de cualquier otra índole…que le permita sentirse realmente
hondureño.
¡LUCHEMOS POR NUESTRA INTEGRACIÓN
NACIONAL! Finalmente, deseo dejarles el siguiente pensamiento: Todo
proceso de integración nacional va a depender fundamentalmente de los
esfuerzos internos del país, de los espacios que genere para establecer
las reformas o acciones inmediatas en su derecho interno así como de la
efectividad de sus políticas nacionales. En otras palabras el proceso de
integración avanza en la medida de lo que hacen los gobernantes de
nuestro países y de la correlación de fuerzas políticas que se hallen
comprometidas en una visión integracionista. Hay que tomar en cuenta el
precedente que nos deja la historia y hay que contemplar: 1.- La
identificación de sus inmediatas necesidades y garantizar su desarrollo
en todos los niveles como expresión de respeto a su dignidad. 2.- Una
visión integral del ciudadano que el país necesita, fundamentado en su
historia, es decir, garantizando la efectividad de los mismos basados en
un principio de universalidad, exigibilidad, indivisibilidad e
interdependencia y progresividad. 3.- Una identidad de costumbres,
tradiciones, cultura; lo cual significa que la integración ha de ser
hacia dentro, lo cual implica conocer las costumbres de unos y de otros.
Ello indudablemente nos conduce a solventar todo acto de localismo o
regionalismo, discriminación, persecución y prejuicios*.
BIBLIOGRAFÍA
*Lesly LLatas Ramírez (abogada especializada en Derechos Humanos. Profesora de Derechos Humanos de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, actual asesora del Despacho de la Fiscal de la Nación para asuntos de Derechos Humanos – Perú), tal y como aparece en su versión electrónica: http://www.editorialox.com/frases.htm
*Lesly LLatas Ramírez (abogada especializada en Derechos Humanos. Profesora de Derechos Humanos de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, actual asesora del Despacho de la Fiscal de la Nación para asuntos de Derechos Humanos – Perú), tal y como aparece en su versión electrónica: http://www.editorialox.com/frases.htm
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